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Las Cadenas del Destino

Las Cadenas del Destino

Cynthia Torres

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Capítulo

Cuando Tara Bell cumplió 18 años, su destino fue intencionalmente retorcido por los malévolos planes de su prima, quien se dejó llevar por la envidia y el odio que sentía hacia ella. Esa noche la drogo y la orilló a dormir con un completo desconocido. El caos que provoco Siena en el destino de Tara la llevaron a alejarse del gran amor de su vida, Vladímir Petrov. Quien era 9 años mayor que Tara, pero la diferencia de edades, no era el problema entre ellos, sino que ella estaba enamorada de su hermano menor, Benjamín. Intentando huir de la vergüenza de ser juzgada por su familia y la sociedad que la rodeaba, pues sus padres eran personas muy honorables. Tara decidió irse a Londres a estudiar medicina, y no solo logro ser la mejor, sino que también se convirtió en una mujer más fuerte y valiente, pero con un gran secreto que deberá proteger con su vida. Un secreto que se convirtió en su razón para seguir viviendo tras un intento fallido de suicidio después de vivir los más duros obstáculos. 7 años después de estar lejos de todo, Tara se ve forzada a regresar a lado de su familia, al lugar donde todo comenzó. Su recuentro con Vladímir, encenderá las llamas del amor, el deseo y la pasión entre ellos. No obstante, descubrir la verdad de lo que pasó aquella noche y la revelación de sus secretos; son los principales obstáculos que debe superar para que, al fin, pueda liberarse de su pasado y pueda ser inmensamente feliz. Y esta vez el amor de Vladímir le dará fuerza para superar todas las dificultades que se le presente en su camino y entonces, no habrá poder humano ni divino que rompa las cadenas del destino, que siempre fue estar juntos.

Capítulo 1 CAP. 1 - MI VIDA EN LONDRES

Capítulo 1

Tara

Estoy por terminar mi turno en el hospital donde trabajo como médico cirujano desde hace dos años. Ahora mismo son las 7 am y en este preciso momento, estoy saliendo muy agotada del quirófano después de realizar una cirugía a corazón abierto muy complicada, donde tardamos más de 6 horas, pero que al final resultó todo un éxito y no es por presumir, pero soy muy buena en mi trabajo. Y aunque no he dormido absolutamente nada en las últimas 20 horas, saber mi paciente esta salvo gracias a la excelente cirugía que acabo de ejecutar, me hacen sentir muy feliz. Aunque debo admitir que agradezco mucho a Dios, que a lo largo de mi corta carrera no he tenido el trago amargo de perder a ningún de mis pacientes y espero jamás experimentar esa horrible experiencia.

- Como doctores nos preparamos para salvar vidas y perder una significa mucho para nosotros, nos hace creer que hemos fallado en nuestra misión.

**Mi nombre es Tara Bell y provengo de una familia muy conservadora y tradicional, pero también muy amorosa con valores únicos. Llevo los últimos 7 años viviendo en Londres, donde decidí estudiar medicina en la facultad de Queen Mary, una de las mejores del país, desde hace muchos años atras. Al concluir mi periodo de interinato en el hospital central de Londres y graduarme de la facultad de medicina, debo presumir que fui una de las mejores en mi generación. Además, gracias al magnífico desempeño que tuve en el hospital durante mi pasantía, logré ganarme un puesto en este gran hospital gracias a mi esfuerzo y dedicación.

Actualmente, trabajo en el área de urgencias médicas, así que por lo general tengo mucho trabajo, ya que tengo tres turnos nocturnos, dos de día y dos gloriosos días de descanso. Mis horarios laborales normalmente son 12 horas o más, según la carga de trabajo y en algunas ocasiones mi descanso es interrumpido por alguna emergencia urgente, es muy agotador, pero, aun así, amo mi trabajo.

Voy en dirección a mi consultorio para terminar los reportes que tengo que entregar antes de ir a casa. – Gracias al cielo, mañana es mi día de descanso, mientras camino por los pasillos del hospital voy saludando y dando los buenos días con una enorme sonrisa, a todas las personas que encuentro a mi paso. El gruñido de mi estómago por el hambre voraz que siento, me hace sonreír al recordar que no he comido nada desde hace 8 horas. La verdad es que este trabajo es muy exigente y complicado, porque cuando tenemos demasiado trabajo, nos olvidamos de todo y ni tiempo de comer a nuestras horas nos da. Así que cuando mi cuerpo me exige alimento gruñe y debo atenderlo primero. Desvió mi ruta hacia la cafetería del hospital por un merecido café americano bien cargado y un emparedado de pollo para calmar el hambre mientras termino mis pendientes y llego a casa.

Después de realizar mi pedido, lo espero por unos minutos, me encuentro con algunos colegas, los saludo e intercambio algunas palabras con ellos y luego me despido para seguir mi camino. Al entrar a mi consultorio, coloco mi almuerzo en el escritorio, me siento en la silla donde reposo mi espalda, estiro mis piernas y brazos sumamente cansados, luego tomo un sorbo de mi café y – Dios, esto es la gloria. – siento como pasa el calor por mi garganta y la cafeína despierta todos mis sentidos, recostada en mi silla, reposo la cabeza y cierro un momento mis ojos para descansarlos un poco. Mi mente solo puede pensar en llegar a casa para descansar y recargarme de energía, gracias a mis dos grandes motivaciones que me esperan en casa cada día.

Dios han paso siete largos años y mi vida es perfecta, aunque no lo parezca. Vivo en mi propia burbuja sin mirar atrás, pues mi pasado esconde muchos secretos muy dolorosos que prefiero dejar dormidos muy en el interior de mi mente. El teléfono suena sacándome de mi momento de relajación y de mis profundos pensamientos, abro los ojos y estiro mi mano para descolgar y atender la llamada…

– Buenos días, habla con la Dra. Tara Bell.

– Buenos días, Dra. Bell disculpe molestarla, sé que está cansada, pero el Doc. Brown solicita que pase un momento a su oficina, antes de retirarse – me comunica Nina, la secretaria del director de urgencias médicas.

– Enterada Nina, le puedes decir por favor que en cuanto termine con mis pendientes iré para allá.

– Claro que sí, yo se lo comunicó al director.

– Gracias Nina – doy un largo suspiro, porque realmente estoy súper agotada y de lo último que tengo ganas es de hablar con Alek.

Tomo otro gran sorbo de mi delicioso café y le doy un par de mordidas a mi emparedado que está riquísimo y mi estómago me lo agradece, como mientras leo los reportes que tengo que entregar, al terminar recuesto mi cabeza de nuevo en el respaldo de silla – Me pregunto, qué asunto quera tratar Alek conmigo, esta vez – me digo a mí misma, honestamente mis reuniones con él, tienden a prolongarse, ya que después de tratar asuntos profesionales, Alek siempre termina invitándome a salir y la verdad es que me da mucha pena negarme casi siempre, ya no tengo más pretextos para rechazarlo de una manera sutil, Alek lleva más de un año detrás de mí y un que es un hombre muy guapo y lindo, sinceramente no me quiero involucrar con él ni con ningún otro hombre, pues tengo tantas preocupaciones que no me he querido dar la oportunidad de iniciar una relación con nadie.

** Alek Brown es un médico de 35 años muy atractivo para que negarlo, es alto, mide aproximadamente 1.85 de estatura, es de cuerpo atlético, un poco musculoso, pero no tanto, su cabello rubio, piel blanca, ojos marrones claros, nariz perfilada y labios finamente delgados. Y además de ser un hombre físicamente atractivo, Alek es muy inteligente, noble, divertido, caballeroso, profesional y serio en lo que respecta a su trabajo, algo que admiro mucho de él, pues a su corta edad ya es el director del área de urgencias médicas de este hospital, gracias a sus grandes logros y estudios.

Como ya lo mencioné, Alek siempre me ha invitado a salir, y aunque no siempre he logrado rechazarlo – si así es, he salido con él al menos unas cuatro veces solos y en las demás hemos salido con nuestros compañeros y amigos en común. Y es que la verdad es que, Alek se ha convertido en un bien amigo, es muy lindo y paciente conmigo, tanto que cuando he necesitado algún favor de su parte siempre me ha ayudado sin pedir explicaciones y sin condiciones, es por eso me da mucha pena estarlo rechazando casi siempre, pero honestamente después de lo que me paso en el pasado se me ha hecho difícil convivir con los hombres de una manera romántica, pues aunque mi vida aparenta ser muy perfecta, la verdad es que no lo es y sé que no cualquier hombre estaría dispuesto a aceptarme con todos mis problemas, no quiero lastimar a nadie ni salir lastimada, por eso es que me he negado a no abrirle mi corazón a alguien. Yo sé que Alek es un buen hombre, pero hay algo en mi interior que me dice que él no es el indicado, que él no es el hombre que mi corazón espera, porque simplemente no siento nada más allá que un afecto que no es amor, así que no quiero equivocarme y romperle el corazón, ni mucho menos terminar con la bonita amistad que tenemos.

Desde que llegue a Londres, me enfoque de lleno en mis estudios, ya que nada fue fácil y tuve muchas pruebas en mi camino, las cuales me han hecho madurar y hacerme más fuerte. Durante cuatro años me esforcé mucho hasta convertirme en lo que soy ahora. En mi estadía en este maravilloso país, aprendí mucho sobre la gente y sus costumbres. Tuve experiencias que me ayudaron a ser más fuerte e independiente. Con el paso del tiempo mejore mis habilidades y fije las metas que quería lograr en esta profesión y en mi vida, claro. Gracias a las personas que están a mi alrededor he logrado tener una vida tranquila y llena de retos. Retos que me ayudan a crecer día a día para salir adelante.

Y así como tengo mis días felices, llenos de satisfacciones y motivaciones, también días de nostalgia y depresión, porque desde que vivo aquí, casi no he visto a mi familia ni a mis amigos y la verdad es que lo extraño, muchísimo. En algunas ocasiones me hacen tan falta que me deprime estar lejos de ellos. Y aunque nos comunicamos todo el tiempo y en algunas ocasiones han venido a visitarme, siento que no es lo mismo porque solo vienen por unos días y para mí es muy poco tiempo.

Hay días que me deprime pensar en que no solamente mi vida ha cambiado, sino que también la de ellos, mi familia y mis amigos. Desde que nos separamos, cada uno tomo un camino diferente y así como yo, sé que mis amigos también han tenido triunfos y momentos de felices y de decepción, en los que yo no he estado ahí para alentarlos o verlos crecer. Ahora todos tenemos trabajos y vidas propias, lo que hace difícil la posibilidad vernos más seguido, porque, aunque ellos quisieran venir, sus trabajos y ocupaciones, no se los permites. Pero aun así les agradezco mucho, que siempre están pendientes de mí. Y sé que se preguntaran, ¿por qué yo no voy a verlos si los extraño tanto? Bueno, es muy simple, porque desde que llegue a Londres guardo secretos de los cuales, ninguno de ellos sabe y no sé si en algún momento tenga el valor revelárselos. Honestamente, me siento un poco culpable y egoísta porque mis miedos me hicieron alejarme de ellos, aun así, espero ellos no me guarden rencor. Y tal vez, algún día tenga el valor de enfrentarme a ellos y revelarles todos los secretos que oculto, para al fin ser libre de culpas.

A pesar de la distancia, hablo con ellos todo el tiempo, pues tememos un grupo de chat para comunicarnos todos al mismo tiempo y en algunas ocasiones hacemos videollamadas, para poder venos la cara. Porque según mi amiga Pía podemos olvidarnos de cómo somos en persona, está loca lo sé, pero entre sus locuras hay algo de verdad.

* Mis amados amigos, Pía Anderson y Ana Williams, son mis mejores amigas desde el jardín de niños y Eliot White no solamente es mi amigo, sino que también es hermano de crianza, pues hemos crecido juntos, casi desde que estábamos en el vientre de nuestras madres. Ya que ellas también son mejores amigas desde su infancia, además su padre, es socio de mi mamá, así que prácticamente son familia para nosotros. Los cuatro juntos hemos hecho de nuestra amistad una gran hermandad, siempre nos hemos apoyado y cuidado mutuamente en las buenas y en las malas. A veces no entiendo cómo es que somos tan unidos, si todos tenemos distintas personalidades, pero aun así nuestra relación es inigualable, cargada de afecto y confianza, sin duda siempre cuento con ellos y ellos conmigo.

Cuando nos separamos yo vine a Londres a estudiar medicina, Eliot se fue a Nueva York a estudiar Arquitectura y Pía a San francisco a estudiar Negocios Internacionales. Anna es la única que se quedó a estudiar diseño, porque es muy apegada a sus papás y además siempre le ha tenido miedo a la aventura y salir lejos de casa no es una opción para ella. En fin, todos tomamos caminos distintos, solo espero que en un futuro no muy lejano nos volvamos a ver para estar juntos como antes, porque los lazos de nuestra amistad son muy fuertes.

Hace unos días recibí una llamada inesperada de mi amiga Ana, anunciado que se iba a casar con Eliot, obvio yo quedé totalmente sorprendida porque hemos sido amigos de toda la vida y nunca me imaginé que ellos dos acabarían juntos. Ana me invito a la boda que es en tres meses y me advirtió, no bueno, me amenazó, pues me dijo que debo estar presente y si no lo estoy me dejará de hablar para siempre, porque en definitiva soy su dama de honor, al igual que Pía. Así que me hizo prometer que estaré ahí sin falta. También me contó que tiene una gran noticia que compartir conmigo, pero que me la dirá cuando me vea en persona.

Y por si eso no es suficiente, mis padres llevan meses pidiéndome regresar a casa de manera definitiva, ya que mi papá se ha enfermado del corazón, por tanto, estrés en el trabajo, la familia y fundación benéfica de su primera esposa que maneja, lo tienen muy ocupado. Desde entonces mi hermano Ian se hace cargo de la mayor parte de los negocios familiares junto a mi tío Aníbal y a mi amiga Pía, que desde que se graduó se quedó a trabajar con ellos. Mi madre me contó en una de sus llamadas de desahogo, que ella también se siente muy cansada, pues entre su trabajo y los cuidados que mi papá requiere, se siente muy cansada y quiere tomarse un descanso para poder descansar y pasar más tiempo cuidando a papá.

Mientras se desahoga conmigo la pobre se puso a llorar, me dijo que le hago mucha falta y eso me partió el alma, porque sé que me necesitan. Sé que ya han sido muchos años los que he estado lejos de casa y es entendible que ellos me extrañen mucho, al igual que yo a ellos por su puesto. Mi padre, por su parte, me pregunto si lo que me preocupa mi profesión y mi trabajo. Si es por eso, él me propuso hablar con su amigo, el Doc. Marshall, director del Hospital Central de Ciudad sur, uno de los mejores hospitales de la zona, para que me diera trabajo en el hospital.

Honestamente, desde que recibí esa llamada, me entro una gran nostalgia y culpa, por eso lo he pensado durante muchos días. Así que, llegue a la conclusión de que no puedo vivir toda mi vida lejos de ellos, ocultándome por mis miedos. Además, de que soy consciente de que en este momento ellos me necesitan. Los extraños y los amo mucho, por eso debo volver.

Me aterra el hecho de regresar, solo de considerarlo, los recuerdos de aquellos momentos de mi vida llenos de agonía y desesperación vuelvan a mí. Volver al lugar donde mis males comenzaron me sofocan de una manera descomunal. Aunque he crecido mentalmente y ya no soy la misma chica temerosa que solía ser, hay un gran secreto, me detiene. Un secreto que debo proteger con mi vida si es posible. Un secreto que me acompañara por siempre, que se volvió mi razón de ser y que no sé si los demás sean capaces perdonarme por ocultarlo.

Mis padres suelen mandarme dinero cada mes para mis necesidades desde que estaba en la universidad, y aunque ya les dije que ya no es necesario, puesto que el salario que me pagan en hospital es muy bueno. Además, desde que llegue a Londres he vivido con mi tía Mía, su casa se encuentra en una zona residencial, muy bonita, sencilla y tranquila, ósea, no pago renta. Pero aun así mis padres me envían dinero y es dinero lo utilizo para donarlo a la caridad y ayudar a los más necesitados. Además, también realizo un poco de servicio comunitario por mi cuenta, en algunos lugares marginados. Sinceramente, los países europeos tienes un excelente sistema de salud, pero aun así hay sitios que no cuentan con todos los servicios, es por eso que yo junto con algunos amigos los ayudamos.

** Déjenme hablarles un poco de mi tía Mía, ella es la hermana gemela de mi madre y aunque parecen una copia exacta sin exagerar, son muy distintas en muchos aspectos. Tener a mi tía en mi vida ha sido una bendición, porque ella se ha cometido en mi ángel de la guarda, en mi mejor amiga, mi refugio y mi mayor apoyo. Gracias al parecido entre mi tía y mi madre, cuando me siento sola y la extraño, abrazo a mi tía para sentir que mi madre está conmigo.

Como les decía mi tía y mi madre, a pesar de ser gemelas idénticas, tiene personalidades muy distintas en carácter, en gustos y en la forma de pensar. Bueno, en casi todos los aspectos, para ser exactos, es por eso que a mi tía puedo decirle todo lo que a mi madre le parecería una locura. Mi madre es, muy conservadora y siempre se preocupa por el qué dirán, ella es arquitecta como su difunto padre, heredo la empresa de su familia y su trabajo la posiciona como una persona de alta honorabilidad e influencia en el mundo de los negocios. Mi tía Mía, por su parte, rompió con las tradiciones familiares de generación de arquitectos, pues ella se negó a ser una esclava, atada a una oficina. Ella estudió gastronomía y se convirtió en una de las mejores chefs de Londres, es muy reconocida por su inicial manera de cocinar.

Mía es dueña de dos de los restaurantes cinco estrellas más lujoso y visitado de toda la ciudad. Además, también creo un restaurante sencillo y económico, porque según mi tía, todas las personas, sin importar su estatus social o económico, todos absolutamente todos tiene derecho a disfrutar de una buena comida.

Mi vida aquí en Londres es tan tranquila, sencilla y pacífica, que, de solo imaginar que debo regresar a Ciudad sur, entro en pánico total, porque debo cambiar mi tranquilidad, por el sitio que traerá de regreso todos aquellos malos recuerdos de los que he querido escapar. Pero, aun así, he decidido que debo regresar por el bien de mis padres que me necesitan, no puedo simplemente ser egoísta y huir a mi destino toda la vida. Además, sabía que, tarde o temprano, debía volver a mi casa a lado de mi familia y amigos.

¡Dios! Siento que todo mi pasado revolotea en mi cabeza, sé que debo ser valiente y enfrentar a los fantasmas de mi pasado para al fin vivir tranquila. Pero honestamente tengo mucho miedo de que mi familia no lo entienda lo que paso y me rechace. Sé que tengo que ser fuerte no solo por mí, sino también por ellos, mis grandes tesoros, porque después de todo las cosas siempre cambian.

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