En el frio de Liubertsy, una ciudad de Rusia, la joven Bela esperaba ansiosa el día de su cumpleaños que como era de esperarse, su padre Alexey Ivanov, propietario de una importante cadena hotelera de Rusia y Alemania, dedicaría el día a pasarlo junto a ella y en la noche, daría una gran fiesta; sin embargo, al salir de su habitación preparada para compartir el día con su padre, se encontró con la dolorosa sorpresa del abandono de aquel cariñoso hombre que la había estado esperando para compartir su día, sin embargo, recibió la llamada de su oficina con la sorpresiva visita de un interesado in
versionista que venía de Francia y acudió deprisa dejando en el olvido la tradición familiar.
La reunión con la familia Bonet en las oficinas principales del magnate ruso, distrajo por completo al padre de la cumpleañera, el interés de Orson Bonet, apoyado por su esposa y la incondicional ayuda de su hijo André Bonet de veintiún años, hizo que el señor Alexey dedicara total atención a la irresistible oferta de inversión y posibilidades de expansión de su cadena hotelera.
Habiendo perdido la noción del tiempo, el celular ignorado por Alexey y el cansancio de todos en aquella sala de reunión los hizo sentir el peso de la noche – amor, creo que no regresaremos hoy, nos quedaremos en el hotel – la tierna voz de Orson Bonet hablando a su esposa, llamo la atención de la elegante mujer que participaba activamente de la reunión – nada de eso, sean bienvenidos en mi casa – invito Alexey y la familia Bonet se miró inquieta aceptando la gentil invitación.
Camino a casa, la preocupación por el inminente enfado de su hija invadió notoriamente a Alexey sin encontrar una valida excusa para Bela – señor Alexey, pronto mi hijo se hará cargo de todos mis negocios – la voz de Orson orgulloso de su hijo, interrumpió la preocupación de Alexey y éste asintió mirando al joven – él ha estado conmigo en todas las reuniones y negociaciones y yo diría que en un año podré retirarme para que sea él quien asuma el control de todo – el joven André sonrió asintiendo y una enorme mansión marcó en el rostro de los invitados la inevitable expresión de sorpresa – bienvenidos – la voz de Alexey los trajo de regreso antes de empezar bajar del auto sin equipaje ya que no esperaban quedarse esa noche en esa fría ciudad.
La noche de esa mansión estaba llena de música y elegantes invitados haciendo sentir incomodos a la familia recién llegada – creo que lo mejor será ir al hotel – susurró Marie a su esposo – lo siento, había olvidado por completo esto – se disculpó Alexey y llevo a la familia a una de las habitaciones dobles especial para invitados – pueden refrescarse y bajar a compartir con nosotros, es el cumpleaños de mi hija – invito el dueño de casa y la familia acepto.
Sin encontrar a su hija en la habitación, Alexey buscaba la manera de disculparse; la joven Bela al igual que el joven André querían escapar del cansancio y salieron al frio jardín – ¡Bela, hija, perdóname! – escucho André la imponente voz de Alexey gritar y camino en busca aquel sonido al otro lado del jardín – papá, no puedo creer que ni siquiera me esperaste para saludarme – escucho una dulce voz reclamar al imponente hombre – hija, son negocios – explico aquel hombre del que logró tener visibilidad frene a un menudo y elegante cuerpo femenino del que solo podía ver un hermoso y largo cabello negro en su espalda – supongo que siempre serán más importantes que yo – reclamo la joven con voz entrecortada – Alexey, están preguntando por ti – una voz de mujer sonó desde la enorme puerta de cristal – al final, estas fiestas terminan siempre siendo solo negocios – se quejó la joven y se giró rumbo a la dirección del joven André.
Ignorando al curioso invitado de su padre, Bela esperaba ser perseguida por el magnate clamando atención y sin contenerse al sentir la soledad, un llanto de rabia y decepción se hizo presente – lo siento – se disculpó André sorprendiendo a Bela quien, pese a la aterrada mirada, irradiaba ternura; un hermoso rostro blanco con poco maquillaje, una cautivadora mirada en unos mágicos ojos verde esmeralda y un largo cabello negro liso - ¿Quién demonios eres? – pregunto ella sorprendida – soy uno de los que te robo a tu papá todo el día – respondió André y Bela se sumergió en la mirada azul turquesa del joven; enjugó sus lágrimas y se acercó a él – ¿me vas a decir que eras tú quien hacia negocios con mi padre? – pregunto ella con ironía y él sonrió de lado, puso sus manos en los bolsillos de su pantalón acercándose a la joven – mi familia y yo – explico él presuntuoso y ella lo barrio con la mirada hasta los elegantes zapatos negros – Bela – la voz de la que parecía la madre de la joven se escuchó de nuevo en la gran puerta y ella ignoro el llamado – tu madre no tiene culpa alguna – aconsejo él y ella meneo la cabeza – mi nombre es André Bonnet Moreu – se presentó él sonriendo y ella asintió con la cabeza – Bela Ivanov Sokolov – se presentó ella con altivez y regresó a la fiesta.
Con el corazón acelerado, Bela busco con la mirada entre los invitados a su leal amiga y confidente; Odessa Vasíliev, una joven huérfana recibida en casa de la familia Ivanov y de quien no se separó el resto de la noche aun cuando curiosa, seguía disimuladamente a André y su familia camuflándose con los invitados – esto es algo incómodo – murmuro la mujer invitada en francés y Bela frunció el ceño sin entender el idioma; a sus recién cumplidos diecisiete años, Bela estaba empezado sus estudios en administración hotelera y turismo para participar con su padre en el negocio y sabía perfectamente inglés pero solo tenía nociones de Frances, alemán y su idioma favorito, Italiano; por el rabillo del ojo el señor Orson notó un extraño movimiento junto a ellos y tenso su cuerpo preocupado al sentirse espiado – creo regresamos a la habitación – Bela sacudió la cabeza frustrada al no entender el idioma y André sonrió de lado al reconocer la joven espía – es solo la cumpleañera – explico él a su padre con una sonrisa ladina al entender la preocupación y pudo verlo respirar aliviado.
La familia Bonnet Moreu, fue presentada cordialmente por el magnate ruso a diferentes empresarios asistentes a la fiesta y a su familia llamando la especial atención de Bela quien por timidez, se excusó alejándose con su amiga a un pasillo apartado del lugar siendo seguida por André – te enviaron a espiarnos – la voz de André tras ellas en un perfecto ruso las hizo girar y con mucha más luz que en el jardín, Bela pudo ver los varoniles y perfectos rasgos del elegante joven, la tierna sonrisa formada por los hermosos y rosados labios – no estábamos espiando, solo saludaba a los invitados – explico ella pausadamente por el nerviosismo y él asintió con la cabeza – ¿se quedaran mucho tiempo? – interrogo la joven y él negó con la cabeza reconociendo decepción en la mirada de la joven – pero depende los acuerdos a los que podamos llegar, regresaremos – aclaro él y un inconsciente suspiro de alivio salió del interior de Bela junto a su joven amiga que escuchaba de lejos con los brazos cruzados en su pecho – está bien – respondió ella – si quieres un guía turístico puedes llamarme – ofreció ella con inconsciente coquetería y se giró para continuar el camino junto a su amiga – supongo que me darás tu numero para contactarte – bromeo André y ella se giró lentamente con timidez asintiendo.
Habían pasado algunos días después de su regreso a Lyon, Francia y en una aburrida clase, André veía ansioso el número de Bela; sin poder concentrarse, salió del aula para llamar a la hermosa joven
• Hola – susurró ella respondiendo en su salón de clase el número que registraba privado en su identificador
• Lo siento, estas ocupada – respondió él y la ilusión se dibujó en la mirada de ella reconociendo la hermosa voz al otro lado de la línea – creo te llamo luego
• ¡No¡- grito ella haciendo que el docente la descubriera con su móvil en la mano – so siento – susurro ella disculpándose con la clase y saliendo del salón haciendo reír a André al otro lado de la línea
• No quiero causarte problemas – se disculpó él y ella negó con la cabeza
• Creí que nunca llamarías
• Había estado algo ocupado con las cosas de papá y responsabilidades de la universidad
• Entiendo, siempre soy la última de la que se acuerdan – se quejó ella y él suspiro