Gina:
Hoy llegaba a casa temprano, bueno, no es mi casa, es la de mi prometido. Si, voy a casarme en unos meses y estoy feliz por ello. Marco es un gran hombre además del más guapo del mundo. Cinco años no pasan en vano - inserte risa victoriosa -
Hoy era su cumpleaños y quería darle una sorpresa, le compre un hermoso arreglo con cervezas y un disco qué quería desde hace tiempo.
Llegue a casa y abrí la puerta con cuidado para no hacer ruido, deje todo sobre la mesa y por supuesto el regalo. Fruncí el ceño cuando vi toda esa ropa en el suelo, me acerque un poco hacia la habitación y escuché gemidos.. Pero no eran cualquier gemido.
Abrí la puerta de golpe y me paralice al ver a Marco penetrando a Louis, su mejor amigo y el mío, bueno, ya no es el mio.
—No me jodas Marco.
Detuvo su acción y salió de él, quería vomitar, pero tenía que respirar, vamos Gina, piensa en la paz mundial, en el calentamiento global, gatitos.. Respira.
—Gina amor.. Yo puedo explicarlo.
—No tienes que explicarme nada Marco, esta claro que te gustan las pollas y está bien, cada quien puede disfrutar de su sexualidad con quien se le pegue la gana ¿no?
Deje mi mejor sonrisa y fui hasta el closet donde el guardaba sus cosas, busque mientras tarareaba una canción ¡Bingo! Encontré el bate de béisbol que le regale hace un año, salí de la casa, apreté el bate en mis manos y empecé a partirle los vidrios a su auto.
—¡Gina! ¡¿Que haces?! ¡¿Estas loca?!
—¡Si estoy loca Marco! —lo amenace con el bate— ¡Me has engañado y con Louis maldita sea! ¡Con Louis!