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Dos Locos Enamorados.

Dos Locos Enamorados.

Mia'S

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Capítulo

Un hombre decidido y de buenos principios, además con un ejemplo que seguir de parte de sus padres planea una vida plena y feliz al lado.de una chica que se cree gris, ella adocta una postura pasiva, tranquila dejando que su familia laa maltrate, la pisoteen hasta que llega él con todo su aura arrogante, altiva a mostrarle una perspectiva diferente de la vida, a apoyarla, a amarla en todo su esplendor...

Capítulo 1 Universidad

- ¡Déjame en paz de una vez, Alejandra! - A veces, no soportaba la intensidad de mi hermana. Como éramos solo los dos en casa, parecía que esperaba a que llegara del trabajo para ponerme al día de todo. Era realmente innecesario; hablaba más que un perdido que acaba de encontrar el camino. En serio, era exasperante.

-¡No! Serás mi mandadero hoy y me llevarás a la universidad. - dijo, seria y con las manos en la cintura.

- No debí apostar nada contigo. Eres una piedra en el zapato - murmuré. Aposté con mi hermana al tiro al blanco y, obviamente haciendo trampa, me ganó dos de tres. Ahora me toca hacer lo que ella diga. Espero que no se ponga demasiado caprichosa.

- ¡Ya deja de quejarte, mariposista! ¡Vamos! - dijo, caminando hacia la salida.

-¡Estúpida! Deja de llamarme así -gruñí. Tanto ella como mis amigos me llamaban así. Era incómodo, pero era un apodo de años. No tenía otra opción que resistir y, por favor, recuérdenme no volver a hacer tratos con una chica malcriada y tramposa. Alejandra y yo nos llevábamos muy bien. Éramos muy unidos y la amaba. Hemos estado juntos siempre y por ella he tomado grandes decisiones, de las cuales no me arrepiento. Ella está en la universidad, a punto de terminar su carrera de administración de empresas, y hoy seré su mandadero.

-Ya llegamos, bájate -digo cuando llegamos a la universidad. Cuando pensé que ya había terminado mi trabajo, me salió con otra de sus exigencias.

-Acompáñame a la puerta. Quiero que todas mis amigas se mueran de la envidia. -dijo, riéndose.

-Olvídalo. - respondí. ¿Qué se estaba creyendo esta niña?

-Eres mi mandadero, no lo olvides. ¡Vamos! -bajamos del auto e hice lo que me pidió. Era todo un fastidio y sus amiguitas peor, un par de crías en la etapa de rebeldía adolescente igual que mi hermana. Las saludé, hablé con ellas un rato, un coqueteo, unas sonrisas falsas. Por Dios, que alguien me saque de esto. Fingí una llamada y me despedí. Justo cuando iba caminando, de verdad recibí una llamada de la oficina. Miré al cielo en señal de agradecimiento y contesté enseguida, pues había varias obras en marcha y podían requerirme con urgencia en cualquier momento. Iba distraído con mis asuntos laborales y choqué con una chica. La ayudé a recoger sus cosas e intercambiamos miradas. Sentí como si el mundo se detuviera y me perdí en esos hermosos ojos color miel. Bajé la mirada y lo que vi me confundió un poco: grandes anteojos, ropa holgada y gris. La típica nerd o ratón de biblioteca, pensé.

-Lo siento, iba distraída. Discúlpame de verdad-dijo, dejándome en shock.

-Tranquila, no pasa nada. Iba igual de distraído, pero con una llamada importante. -dije con tono sarcástico. Esa voz me encantó, tan suave y delicada. La chica se levantó y se fue. El viento hizo de las suyas y atrajo su exquisito olor a mis fosas nasales. ¡Qué delicioso huele! Me quedé parado, sumergido en mis pensamientos, hasta que el celular volvió a sonar. Después de ese encuentro tan raro, no dejé de pensar en ella, en su olor, en su voz. Era como si me hubiera hechizado con esos ojos tan hermosos. Apenas fue un segundo, pero suficiente para que quedara obsesionado con ella. Así pasaron los días entre el trabajo y pensar en esa chica misteriosa. Sus ojos no salían de mi mente, ojos tristes y perdidos. ¿Le pasaba algo? Sacudí mis pensamientos y seguí trabajando.

Llego el fin de semana y el sábado me reuní con los chicos en una discoteca que frecuentábamos y donde éramos clientes VIP. Mis mejores amigos, Andrés y Matías, son los mejores. Andrés trabaja conmigo como abogado en la empresa y Matías es CEO de las empresas de su familia. Nos conocimos en la universidad y desde entonces hemos sido inseparables.

- ¡Hola, chicos! Hace tiempo no salíamos. - los saludé cuando llegué a donde estaban reunidos.

- El trabajo está en alta. Hoy necesito unas buenas piernas para relajarme. -comentó Matías, recorriendo el lugar con la mirada. Reimos ante su comentario.

- No cambias. Además, no creo que aquí consigas de las que te gustan. - soltó Andrés, refiriéndose a que a Matías le gustan las mujeres de talla grande.

-No importa, bro. Mientras llega mi gordita, no me quejo si una flacucha se me pasa por el lado. - todos reímos ante el comentario de Matías.

- ¡Idiota! Oye, estás muy callado... ¿Todo bien?-preguntó Andrés fijando la mirada en mi en su ultima oración.

- Todo bien, solo exceso de trabajo. - respondí, pensando en cómo encontrarla. En la universidad hay miles de chicas.

- Tú no eres así. Algo te pasa. ¡Suéltalo! -insistió Matías. Era obvio que no se quedarían con la duda, me conocen muy bien.

- Conocí a una chica y... es algo complicado. Déjenme resolverlo y les cuento. Mejor vamos a divertirnos esta noche. - les dije. Mis amigos me conocen muy bien, a veces demasiado bien. Quisiera poder guardar algunas cosas para mí.

-Adelántanos algo... ¿Tenemos cuñada? -insistió Andrés.

-No lo presiones, Andrés. Debe ser una chica muy especial para que esté así tan perturbado.- Matías, siempre más comprensivo.

- Sí, es especial y algo rara, pero no quiero adelantarme a nada. No sé realmente si esta es la chica o no. Pero lo voy a averiguar. El lunes comienzo con la misión. Aún no sé qué hacer, pero algo se me ocurrirá. Si es la chica, no se me escapará. - les comenté confiado. De aquí al lunes, algo se me ocurrirá.

Los chicos asienten y Andres me pasa un trago, luego de mi confesión a medias nos enfocamos en disfrutar la noche, varias chicas entraron a la sala y empezó la fiesta. Matías bajó con dos chicas a bailar a la pista de baile mientras Andrés sentó a un par en sus piernas; entre los tres hacíamos buena rumba. Yo sentía los toques de la rubia a mi lado y no pude evitar por varios segundos quedarme ido pensando en la chica que había conocido hoy, pues me confunde un poco pero también me intriga, me gustaron muchísimo los detalles, su apariencia es diferente a lo que estoy acostumbrado pero no soy un tipo superficial y es por eso que me tiene embelesado su mirado y su olor me parece en serio embriagante, ella es una en un millón, quiero averiguar que esconde detrás de esa fachada, quiero más, mi mente y mi intuición me dice que hay más...

- ¿Todo bien contigo? - Pregunta la chica sacándome de mis pensamientos. - Pareces de piedra, - Me dice y sonrío.

- ¿Quieres bailar? - Pregunto ignorando su pregunta anterior a lo que ella sonríe y asiente. Luego de eso nos unimos a la fiesta y confieso que tomé tanto que no recuerdo cómo amanecí en un cuarto de hotel con esa chica al lado...

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