¡Jefe, nos enamoramos!
n bo
borizaría? No es que
isto al hombre con el
lza un
de qué
! ¿Viste que
al frente a
aún no te
izás no lo veas así porque seguro no es tu tipo. Pero para ser un hombre c
s fantaseado con
iano. Mi aprecio va mucho más allá. Él es tan
mbre, por supu
da de punta. Quizás podría darle una abofeteada a esa mujer por no haberlo aceptado. Pero
ntendido. Él no se vio...-toma la cucharada
cir que no esté s
icho que fue hace días? Yo escuché de Esmerald
ny, consternada-. ¿¡Dos meses!? Ape
e alzar l
solo sea
, pero ya
arecer. Y si lo notas, el señor D'Angelo ha estado más cabi
e, y se encoge de hombro. No es un
a víspera de Navidad y el frío aún calaba las entrañas de Nueva
n el préstamo del banco
guen estar cómodas para la charla y más cálidas
os ojos mie
cuento
eír, incapaz
rá el proyecto que más se beneficie. Sé que hay mucho para dar, pero no puedo dejar de tener esperanzas. ¡Y Chris, nena! Chr
ra una sonr
voluntad se notarán y estarás sin duda entre las mejores. Ya verás que sí. Tambiénson
ebrar. Quizás Jason pueda venir, o inc
ara dejarlo en la mesa, y le sonríe a la mu
La construcción, claro. Pero la competencia dentro de un mes o menos. Estoy m
vierno creo que será mejor. Pero si está Phoenix, no s
taría? Quedaron com
y, moviendo la cabeza, como si f
te, bebiendo
reo que sea una pena, Maya. No sé si lo entendieras. Tú y el famoso beisbolista de los Yankees
tir amargo el dulce sabor del café frío. Y gruñe
o es para que
a las manos
o v
Phoenix. Y esto es muy importante para mí
nte, como
ez podamos ha
verse amigos, reconfortar aquel vacío, porque antes de lo que fueron, ust
us lentes. Su pelo rubio también se acomoda encima de su hombro-
a a su amiga
ás estar lista cuando se vuelvan a volver a ver. ¿D
ny as
osa. L
e te reanime. O los libro
in de semana. Lejos de todo esto. Fabrizia, ella es italiana pero habla bien
bien, Jenny -exclama
o romance. No sé, fuera de las grande
ntas cosas en la cabeza. El trabajo me tie
aximiliano debe se
resar, pero para la mañana siguiente, que ya sería viernes, como siempre, lo encontraría bebiendo su capuccino y absorto y con gesto simpático el computador, mientras
rta y su sonrisa, así que de
si es un
elve a so
decir que e
me quejaría si llega un hombre como él a mi vida. Portador de e
y, por
sin embargo, corto hasta los hombros, que siempre usa teniendo un lado detrás de su oreja, dándole una característica siempre dulce y muy de ella. Y con s