¡Jefe, nos enamoramos!
ía en e
as a
e Nueva York. Una vez más tiene que alzar las bolsas que apenas había comprado en la tienda de dos cuadras más detrás. Piensa en cómo la hora se había pa
vista para nada favorable de una mujer hablando por te
! -la mujer
s y señala con lo
r, ¿No ha visto que e
ado sin tener la decencia de seguirle el habla. A lo
u zapato roto, le finge dar un empuje para hacer chocar
te at
í! ¡Permi
ada bufanda para el invierno se queda enrollada hasta en sus pensamientos. Volcando por la calle séptima, el parque central vuelve y se observa a la esquin
s, d
cio Chrysler se vuelve a observar cuando ella ha dado vuelta. Una vez más se pregunta si había sido la mejor idea andar caminando, pero como las ideas ya no se ven ni que volviera a pensarlas, no las reco
e el aliento y se tira la cabeza a la mesa. La mujer, mastica el chicle y quita el ca
al verla l
stiada. Pone un dedo encima de la cabellera de la damisel
funfuña-. Me he quedado sin
ta. Tu suerte ca
irando hacia arriba-. Observa estás bolsas, apenas se recibieron hoy y tuve que levantarme a las cuatro de la mañana para
de brazos-. No es a mí con quién debes culparme. Sino a tu jefe, querida. S
Él puede entenderlo. Tú sabes muy bien
ahí. Toma esecafé, arreglaré ese pelo y ven hacia acá, ten
de la recepción y bufa-. Mira que mi suerte pas
...-dic
r alza
, Jenny. Dime,
s lentes, y tambi
ndo ahora. ¡Es tan inverosímil! Casi
as dos zapatillas no duda en
qué das tan
én la toma
jefe, q
de pronto se pone a tomar
-. El señor Maximiliano ha
los ojos. Como si un gran bendito balde d
ede mencionar. Un poco
casarse. Y de repente ya no. ¿Acaso no lo sabías? ¿
personales. Y ven tú, ¿desde cuándo ha
to y coloca las manos abajo del escritorio para buscar a
lar. Y se toca la frente en buscar de aire y sin desperdic
as partes -r
e saberlo. Lo único grotesco es que ya lo sabe media ciudad. Subiré
den, bon
llame
lla de toda la ciudad. Imperioso, y en Nueva York. Se ha puesto unas horquillas en las orejas y besa la mejilla de Jenny, sonriendo a regañadientes. Toca el botón del ascensor y dice buenos días a los presentes com
mira a Jenny y sostien
brá olvidado
e así -se carcajea Jen
eso par
Ma
uvenil, audífonos descansando en el cuello y con gorro cubriéndole las zonas de su lindo cabello largo y negro en
anna D'