Tus caricias en mi piel
ne W
to en que lo insinuó, él tenía razón en todo lo que decía, tiene un poder para atraer a las mujeres, podía notarlo y había sucumbido, le había correspondido a aquel beso de la misma manera en que él me había besado, pero eso no le justificaba todo lo
el débil deseo carnal no debe sucumbir ante esa masculinidad que era tan perfectamente completa en aquel individuo, porque sí, no lo
a escuchado hablar antes. - Ivonne déjame entrar por favor, solo quiero conversar algunas cosas contigo. - agregó con aquella voz que después de aquel beso logró descolocarme completamente,
no pudiese enterarse de todo lo que estaba pasando por mi mente en estos momentos, no sabía si funcionaría, pero de
or no haber recibido mi advertencia. - decimos nuevamente. - Te aseguro que no tiene nada que ver con lo que pasó en mi habitación y en el jardín, es más, si quieres
staba siguiendo un impulso, el maldito impulso que, hasta ah
de fuego arañaba mi estómago y amenazaba con salir de él para acabar con todo, mis labios pedían a gritos unirse con los
bueno, podrían querer hacerte daño. - dijo, mi piel rápidamente se erizó por sus palabras, ¿Hacerme daño? ¿Por qué? ¿Por conocer cosas que no debería? además de creer que me había puesto pálida. - Tranqu
an con los suyos, creo que había lastimado sus sentimientos por mi manera de actuar, pero él intencionalmente también había
volver a sentirlo cerca de mí, de sentir sus labios rozando los míos, no debí hablarle de aquella manera,
tió, pronto sería la hora del almuerzo y eso significaba que tendría que volver
Nikolay ya se encontró allí, comía en silencio, cosa que me incomodó, cuando me vio ni siquiera articuló alguna pala
e estaba tenso entre el ruso y yo, pero sabía perfectamente por qué. Por otra parte, me preguntaba si antes de que esto p
sa. - Me retiro a mi habitación. - agregó entregándole un
era mirarme, mi pecho se encogió por su
re estaba muerta, al igual que mi padre, la única familia que me quedó había tratado de asesinarme sin piedad alguna, no tenía donde ir, quien escuchara
ía pena, demasiado. - ¿Por qué no me llevaron con ustedes? - volví a pr
una voz bastante reconocida a mis espaldas. - No estuvo bien que me com
gunté volteando a verlo de una mane
casa una camioneta se interpuso en nuestro camino, lo asesinaron fríamente frente a mis ojos, sentí impotencia de no poder hacer nada, y cuando era mi turno de morir, Antoine me salvó, por eso se ganó mi respeto y mi confianza, hizo por mi mucho más que mi padre, pero no
ando descubrió a mi padre encamado con mi tía, no tuvieron reparo en ocultarle su relación y después de su deceso se casaron ya los meses después mi padre también murió, él dejó mis vienes a cargo de ella hasta que cumpliera los veintiún años, quise que
ió provocando que mis mejillas se enrojecieran. Me encogí de hom
arrepentiría de esto después, pero también entendía que necesitaba el dinero para poder seguir adelante, Nikolay por muy amable
en estos encuentros. - dijo dirigiéndose a mí cómo si en verdad estaría preocupado, en sus ojos lo veían, no quería
ase lo que pase. - mencioné nuevamente. - Ahora ve, teng
ero debes mantenerte sexualmente alejada de aquellos hombres que ingresaran a la casa, algunos piensan que las mujeres son
ré a dar un vistazo al jardín, me trae muchos recuerdos esta casa, a simple vi
no sé porque había hecho aquel gesto, pero asentí a su comentario. - Espero