Tus caricias en mi piel
ue no andábamos por estas calles y no me iba a ir a meter
ar vencidos? ¿Qué hice yo para merecer esto? Nada, no hice nada, pero la ambición de mi tía va más allá de
bastante enojado, seguro perdería todo el dinero que le ofr
lugar! - apareció el acompañante. De pronto, se me ocurrió un luga
e entrar en una crisis de pánico. - Sé donde podemos escondernos, pero queda muy lejo
visto así, se supone que ella es la mujer que tiene la sangre l
nos mantuvimos en las sombras de los faros, ocultas en la mayor oscurid
cuerdo mucho de como manejarla, pero es obvio que a pie no lleg
- Pero tenemos que cruzar la calle. -
s, pueden vernos. - respondió mi amiga
oné para tranquilizarla, aunque no podía garantizar completamente
la noche estaba completamente en silencio provocando que a
é a mi amiga, de verdad eje
cender, no entendía que pasaba, pero lo volvía a intentar una
ontra un contenedor de basura frente a donde nos encontrábamos, los hombres se acercaban rápidame
sí, otro disparo se escuchó, miré por el espejo retrovisor y era un auto, en el asiento del copiloto venía uno de
consumiendo por dentro, pero no tenía opciones, no podría detenerme en este momento
había perdido a aquellos delincuentes, podíamos viajar calmadas
cual la recordaba, solo que ahora, se encontró un poco, apagada, recordaba muy bien a la madre
ntó mi amiga detrás de
uerta, por favor! Unos hombres nos están buscando. - grité nuevamente, pero parecía que nadie abría, una luz se encendió dent
uto, nos ha estado siguiendo todo este tiempo, acechando,
arnos refugio. La puerta se abrió, la luz segó un poco mis ojos, escuché un disparo y me tiré al suelo, luego de esos llegaron dos más, lo ún
rimero que apareció en mi campo de visión fue una mano, su
n asesinarme. - terminé de
cento extraño, pero no logró reconocerlo. Aquel hombre llegó. - Quiero que te encargues de los cuerp
ban tirados en el piso, con un charco de sangre a su alrededor, por u
usqué por todo su cuerpo y una bala había ingresado por su abdomen, quien sabe que p