Tus caricias en mi piel
ué, la puerta se abrió y casi caigo en la estupidez de disparar para asustar a quien fuera que se escond
es de volver a irse, de alguna estúpida forma ver su sonrisa me tranquilizó, me dio la tranquilidad que muchas veces nec
na igual, aunque creo que la mía no era tan evidente, no estaba acostumbrado a dar muestras de afecto y pa
villetas y se inclinó a limpiar el piso, acción que una mente libidinosa cómo la mía no dejó pasar desapercibida, me acerqué a ella
r la manera en que encogía las cejas, pero fue culpa suya el ganarse en aquella posición que lo único que consiguió fue encender mi cuerpo d
ra tener sexo y complacer tus deseos carnales. - agregó a punto de perder el control sobre sí misma. Me encantaba ver la manera
que fue por la última que viniste aquí a irrumpir en mi despacho. - mencioné alardeando, sabía que a ella le molestaría el hecho de que lo hiciera. - Te dije claramente que quería que
res un completo imbécil, no me metería en la cama contigo
- volví a decir. No sé si estaba buscando que se molestara aún más o si trataba de co
e la puerta, nunca nadie me había dicho algo así, todas las mujeres siempre han
uién eres Ivonne? Me decía a mi mismo, tenía que descubrir el misterio con aquella chica, tenía el
puerta. - Entra. - agregué un poco más calmado, cosa que agradecía. - Necesito que investigues lo que más puedas de Ivo
toda la información de aquella chica. - com
í tienes. - agregué sacando efectivo de la gaveta de mi escritorio, le entregué más q
a los que tenía planeado contratar hace algún tiempo, pero que al igual que el resto de las cosas, había dejado ol
e pasar el tiempo, el hijo más pequeño de Antoine salió y se acercó a Ivonne, me quedé esperando su reacción, al parecer habían congeniado, de todas formas, si Katherina lo encontraba iba a armarse un escándalo, no le gust
mujer muy amargada y llena de veneno cuando se lo proponía así
na. - mencioné
as, estoy seguro de que sabía lo que le esperaba a su hijo, pe
vonne, no sé que tanto hayan conversado ellos para que aquel pequeño se ganara su confi
casionar problemas, ¿Verdad Andre
ves en cuando. - mencioné. Sabía el temor de Katherina, pensaba que tomaría represalias en contra del pequeñ
ré a buscarte en unos minutos más. - a
uno ya había sido un desastre, me imagino todo lo que saltaron las chispas de rabia de
y luego asintió. - Es de mala educación no responder a un saludo, y aún peor, le estás dando un mal
to que volviera a dirigirme la palabra, no me gustaba el tono que ha
ella solo le dijo algo al niño y salió corriendo, creo que se ha
ondió. - Además de tener el cinismo de sonreír como un idiota. - definitivamen
or la fuerza, sin embargo, mírame, no te he hecho nada, otra en tu lugar, por tu atrevimiento, por lo que sabes y por negarme lo que
ta cómo soy y si todo lo tomas por la fuerza, anda, tómame, como dices. - g
do su cuerpo se estremecía debajo del mío, me encantaba saber que yo la ponía
me encontró desprevenida, pero rápidamente respondió a mis besos. - Tus labios sa
do. - respondió. No podía creer q
as respondiendo a mi beso con anhelo, sé que quieres