Por mí aquí y ahora
viene a
no
tú? -me preg
parece bien, me gustaría
faltaba en él y lo sabía. Si se confirmaba su diagnóstico, llegaría un momento en el que su vida seria más que nada lagunas. Deseé tanto poder hacer por él mucho más que cuidarlo, por él y
encanta -le conté con una sonrisa en alto, una que debí forzar un
dos apoyabrazos-. Te
ambre y yo estoy
lo frené posando mi
Hebert, Thiago est
n su brazo y
bonito colo
ias H
jer hermosa.
ert, no te
la pena. Ya no recuerdo si él ahora está casado o divorc
cejas trepar
más de una ocasión -expli
algún sitio. A mí me encantaría ir a pasear por la playa. Me gusta correr; corro todas las mañanas, soy
orr
par de maratones, pero
muy largas, seguro
-admití con
e gusta la playa, trabajaba en
que había cambiado la ciudad en el último tiempo, que tuvo varios barcos con el correr de los años, que le enseñó a su hijo a navegar. Luego se puso a explicarme cómo habían remodelado la casa su esposa y él, también me habló de los vecinos que habían pasado por esa calle,
é libro estaba leyéndole,
entonces me percaté de que había c
xplayó en el asunto y accedió de buen grado a que este le prestara
en. Permanecí la mayor parte del tiempo en silencio, observándolos, sonriendo ante su amistad y compañerismo, ante el modo en que Thiago
unas cuantas palabrotas sin pudor pese a mi presencia c
indicó dónde estaban las medicinas de Hebert y
se llevaría a la cama, Hebert
me y que esperaba volver a verme pronto. Sonrió cuando Thiago le explicó que yo me
s noches y salió de l
y puse orden en la cocina, familiarizándome un
rminando de limpiar la encimera. Se detuvo debajo del di
es para eso, porque tenía insomnio y si no descansa correctamente...
lo
de entrar
cualquier modo, si quieres puedo venir mañana temprano, tan pronto como ama
preocupes, puedo manejarlo. Estaremos
ó con una sonrisa ladeada,
Planeo salir antes de que Albert despierte. Suele
bueno,
a viene
a tarde viene Vanessa. Generalmen
vendrás
asintiendo con la cabeza lentamente-. Y por
upongo que nos
que pase a
so
er cómo
no me molestaría volver
oco me molestaría vo
l frente para plantarse
que soy uno de esos tipos que no piensan antes de tirarse a la primera mujer
or mi rostro para al fina
por
-sonó q
Qu
Albert. Solamente me faltaba q
ba que
a Albert, que no le cayera bien a Albert. Es
para no tenderlos en dirección a su cuello, para así, colgada de él, comenzar
e he dicho ya que, de no haber aceptado tú el trabajo,
abras, me limité a
te a tomar algo el vierne
a
atrás habían sido hasta incómodas de acordar, y para qué hablar de vivirlas. Con Jaime no era difícil porque, además de gustarme físicamente, él era terriblemente agr
bre la encimera y se
más locuaz. ¿Qué sucede? ¿Estás cansada, te aburro,
cita contigo -le
e volvió a quedarse
del todo profesional, porque esa era la casa de Albert
para la Navidad y a las que con el correr de los días se les intensifica el sabor y se ponen más picantes, vibrantes y deliciosas,
expandió al
uyos y de pronto su mano
s labios tiernos, el perfume de su piel, el que no quitase su mirada
in pudor. Pero no, él estaba tomándose su tiempo y me permitía a mí tomármelo. Además, no creía que en el fondo hubiese acabado de sentarme bien que me
s en sentido contrario, apenas intensificando el
milímetros de mis labios, se
ernes -me soltó-. Es un hecho. ¿Te parece que te recoja a las ocho? Charles suele pasar a por Albert a eso de las seis treinta, co
lugar sola, pero, sí
me
magino que no