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El Hombre del Desierto

Capítulo 7 Cap. 6

Palabras:2116    |    Actualizado en: 27/01/2022

no lo sabía, lo único que tenía claro es que el que una

rto, su vida había cambiado del día a la noche, no solo por la preocupación

ga en la espalda en plena oscuridad. Dispuestos a negociar por mandato de su padre con su clan beduino, fueron víctimas

udicaron partes de su cuerpo e incluso la inmovilidad definitiva de las

ra él solo eran recordatorio de lo bendecido que era de estar

nde sufrió el mayor ataque de su cuerpo, que fue en su pierna derecha, pelvis y torso. El médico era

to tener que dar

ocurre

as quemaduras

d totalmente crudo pa

rar… hay un daño que causó este m

trar su mirada en aquella mujer

, «¿Por qué todo esto estaba

pretada por causa de esta mujer,

en los últimos meses no había conseguido que esto se diera de forma natural. Se había acostado con otras mujeres,

ia ella, que solo esperaba una reacción suya. Pero e

e trataba de usted,

a muy s

en que la vio sonreír, to

su piel blanca estaba iluminada, y por Dios santo que deseaba saber

ando ella su nerviosismo. Debía detenerse, esto no tenía sentido, pero su ante pierna estaba tan

cambió su semblante po

ed preparada para irse con

voz, su tono, incluso su postura que antes estaba relajada, ahora estaba en tensión. «¿Qué había hecho?

o único que cons

a mi país, creo que sus jefes

ecesitaba con urgencia trasnocharse esta noche para leer todo el informe que Almer l

que iba a preguntarle a qué hora deseaba que partieran, pudo ver que

ios me

os demás a la reunión. Tanto Almer como Brunel fruncieron el ceño en cuanto llega

y yo partiremos mañ

mbos se giraron de golpe hacia

Le explicaba al Señor Abdullah que, la empresa cometió un

ron, pero el rostro de Bru

eparar esta situación, pero por alguna situación extr

colocarse de pie, era Tarha, su

on en la mesa mientras él se desvió a una p

a estos dos hombres, podía decir que p

asi gritó, pero Lia no dejó que la amedrenta

infarto, lo supimos esta

go, y luego mo

a? —la tuteó como si la conociera desde ha

ejo muchas del comercio. Ella me pidió remplazarla, y todo porque la empresa

z baja pero apretada—. Mi puesto depende de esto, señorit

e… no vamos a decirle nada a estas alturas al Jeque ¿o sí?, ¿no creen qu

cara muy preocupado, mientras varia

la mano en el brazo para

lgo improvisado, ella ya realizó todo un esquema para este trabajo. Pero… —

pusieron de pie,

ra nosotros decirle al Jeque que

otra opción que

lta a la mesa. Para él fueron muy extrañas sus posiciones y rostros, pero de inmediato, todos s

nte silencio,

imero o vamos al p

giraron al sitio de Lia—. No

u boca, ella era tan espontán

da estaba servida. David trató de sacar temas aislados, pero Said

e que no per

que hablaron de sus habilidades y que de manera intrínseca le dieran datos a Lia sobre su trabajo en sí,

un en ausencia de ellos, Anne siempre se esmeró en que ella fuese tan íntegra en su forma de proceder, q

que pudiera hacer este trabajo de la mano de Mila, y más pronto que

amientos cuando los platos fueron retirados y

ra, «debía estar rico», pensó, pero cuando dio un sorbo, ca

so sus dedos e

d dijo sí cuando le

era reco

to, está un

la le quitó la mirada. Odiaba que le desviaran la mirada, en su

ta noche y firmaremos mañana… —anunció Brunel pasando t

darla como todos pensaban, él sacó un bolígr

Usted Brunel, fue recomendado por gente de mi extrema confianza, si hay

hizo más pes

a, señor —la voz del hombre vibró

ila, estos hombres, y por supuesto sus familias estaban en juego. Fue hasta entonces que desvió la mi

de línea más clara del color de su piel bronceada, sobresalía de su traje para ir de su cuello

, tan… inmenso en su proceder y forma, la

a saber ta

e la pasó a los hombres. No sabía por qué notaba a

ella lo estaba observando de esa forma de

Almer y Brunel decidieron colocar

amos, y dejamos descansar al señor

ueña charla antes de irme,

ó a Lia, y e

ia, llegas

ó de puro

uien delegaron para

el abecedario a Lia. Era imposible para ella no saber que estaban al borde de

se estaba metiendo mientras sus ojos se detenían

iciera, pero de cierto modo le había

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