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El Hombre del Desierto

Capítulo 4 Cap. 3

Palabras:2142    |    Actualizado en: 27/01/2022

rada a la hermosa construcción entre moderna y antigua, donde estaban

sido su favorito en el momento de las compras con su amiga. Jamás había vesti

a su cuerpo delgado y no tan alto. La hacía lucir más

encerrada en una oficina vieja, hoy, estuviera aquí en Riad en medio del lujo, y a punto de evidenciar una reunión con go

o, escoltada como si fuera alguien importante mientras s

brecarga de seguridad. Pero no era para menos, aquí se encontraba la gente importante, alt

hasta ese momento pudo parpadear al ver que estaban

observó con la mirada rayada porque ella misma había estado ensimismada en su c

dió Lia parecien

bienven

ase cuando terminó el

por tu aceptación, para permitir, que una extrañ

ilidades igual que yo. Que trabajes en ese vejestorio, no significa que no se

ás se había puesto. Pues Mila le había hecho saber que no debía parecer una niña en esta noche,

n mis jefe

hombres en traje, Lia se puso erguida caminando segura

en este momento, de seguro esta

ciéndole una sonrisa cautivadora. El hombre debía t

lmer... g

ue era un poco más joven que su compañero, besó ambas

spectivas presentaciones a varios hom

en unos momentos, y que antes estaban sirviend

y con muchas personalidades. Varios individuos parecían susurrar en sus conv

los mismos, eran personas muy importantes, incluso vio que había una mes

imenta, pero ahora mismo, no podía despegar su mirada de todos

que nos des u

bresaltara, pero en cuanto giró nuevamente hacia sus

spuesta es sí, cuenten con mi trabajo, y por supuesto, Almer,

e la charla, aunque se prometió seguir

te jamás dejará que le pase nada. Usted es una mujer inglesa

ambién viendo como su amiga estaba

ambién conoceremos al Emir. Firmaremos los acuerdo

lunes que debo ocuparme del trabajo aqu

n los acuerdos mañana en la noche, el Emir puede requerir el viaje p

Mila se miraro

avid ante el cambio repen

eó para tom

es, para aprovechar la playa y compartir

la cabeza arrug

erá del Emir

estoy muy feliz con lo que ya he visto hasta ahora, de seguro

apretó su mano. Los hombres parecían muy contentos con la reacción de

la vista de todos, tomó el pequeño lugar improv

a hablando de cifras, inversiones, y muchas alianzas estipuladas desde muchos años. Nada se dejaba en el aire, pues algunos rep

e predominó el ingl

arios, los puntos de vista y las intervenciones requeridas. Pero luego entendió que es

a al final de premura de la reunión, dio algunos consejos para lo próxim

ientras Lia pensó que era el final de

te prometo, nos iremos cuando

ero al contrario

ien, ma

ebidas y relajarse durante el resto de la noche. El hombre de la recepción les prometió que estaría

ia deseaba tomar un

vuelta por Almer quien parecía le explicaba algo importante, luego se dio vuelta hacia su espal

a dec

onversación-. Mila, quisiera ir

cabeza hacia ella, despidiéndola,

lamaba a gritos. El choque de aire natural y cálido golpeó su rostro, y su vestido

o, se sentía con los pies helados de estar allá de

ró bajo mientras sonrió aún con los ojos cerrados-.

la belleza de jardín que tenía frente a sus ojos. Había una cascada artificial,

que quier

un salto duro

húmeda a la vez que todo en ella se es

una mano se asomó hacia la luz dándole un saludo, cuando vio un hombre

s hacia atrás po

eocupe... -volvió a escuchar, pero en ning

otra mano estaba en un bolsillo. Era alto, muy alto comparado con ella, y con un cuerpo más bien fornido. Pero por más

ó rápidamente cuando giró hacia el s

le gusta m

to aclarando

te no conozco Riad

ortó interrumpiendo su oración y vo

e, su cultura y..

si de un momento a otro, no le apeteciera. No supo de dónde, pero al girarse tom

avanzó para sali

tampoco las c

sabía algo, pero si era sin

bía estado unos minutos antes con los ojos cerrados. Sin embargo, la presencia de aque

talidad algo o persona?, creo que es imposible saber

e el hombre callara, pero el silencio

cultura, y naturaleza, a caracte

olor, o lo que sea que estuviera usando de perfume

había olfateado

no había avanzado y culpó al vien

este mundo, somos parte de esto, y a mí me gusta car

labra muy profunda, y aunque l

abeza hacia ella, al mismo tiempo que su postura

*

ngas largas que llega hasta los tobillos, que en ver

rbante que usa

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