El Hombre del Desierto
cuando Almer y su acompañante se re
aría de todo eso en el momento. Ahora tenía otros asuntos por el cual estar co
manera no era su mentira, y aquí estaba ayudando a una amiga. Además, ese hombre solo era su compañero laboral, en unos meses, s
ita Ja
erta por donde desapareció Alm
ír y colocando las manos debajo de la mesa. Ellas jamás le habían suda
ñor
ando... -Lia asintió-. Creí pertinente hablar un poco sobre mi país
sup
omar algo mient
aban su cuerpo, una copa no iba a durarle cinco minutos, y necesitaba estar lo
este café neg
su boca pa
nces pediré más
pero por supuesto tampoco podía ser descortés con el hombre. Y comiéndose sus quejas
isualizó de inmediato que la suya era un té, y el va
do lo tomó en sus manos y solta
vería la sonrisa, su rostro se transformó, dando un semblante sobrio, mientras
la taza de té, aunque esta estaba caliente-. Por eso me quedé a solas con usted... Hay miles de personas en mi país que pueden hacer s
porque ahora ni siquiera podía colocar en orden las declaraciones del hombre. H
r, no estoy
toda su cara, mientras cada poro de su piel se inflamó. Sus
primir sus ojos y
, Lia, ¡ba
taba tan segura de ella misma. Con mucho esfuerzo levantó la mirad
r...
relajó los hombros asintiendo, estaba entendiendo un poco lo que el hombre quería hacer, necesitaba prepararl
s. A pesar de su dura careta podía ver
o estoy lidiando con una fuerte presión en mi puesto de cabeza de mi nación,
uy amargo. El hombre estaba pidiendo confianza y senc
hombros, y ni siquiera sabí
quien confiar... -arrojó L
o confiar en usted, Lia
vo que tomar un trago caliente de su
e de cierta forma, desconozco su entorno. Habrá algunos momentos en que me equivoque en el traba
zó la mano para que hicie
hora mismo Lia, necesito saber si podré girar m
forma de pregunta sali
e que acepte el vuelo, usted puede retractarse. Tengo un montón de gente a mi alrededor, pero muy pocas personas con las que puedo sentarme para relajar mis hombros. El asesinato de mi padre no se resuelve y tengo familiares que corr
¿Por qué?, porque estaba
n compasión. Él era un jeque, el dueño de un país, la autoridad que todos debía aca
en el pecho y no puedo ev
o hay duda e incertidumbre tu juicio se nubla, y si el cu
jó una sonrisa para reprimir la sensación que la abrumó. Conocía la
urieron mi hermana y yo estábamos con las espinas en la piel, no sabíamos qué hacer ni a dónde ir
el hombre se consolid
llos a pesar de los años, sus enseñanzas fueron muy valiosa
mbre
s son dos
ntió so
o... ¿qué estaba haciendo?, se frenó de golpe al ver a donde iba
a tomar su café sin qu
rme lo que quiera, s
mucho por
seguir con sus normas, pero se dejó llev
ercó con una sonrisa en los labios que lo esta
tuar y no pudo evitar recordar la noche de ayer cuando estaba en ese balcón detalland
erto y monte xerófilo de Arabia y el Sinaí en el extremo oeste, y el desierto y semidesierto del golfo Pérsico en todo el resto del país... somos de
ro mientras Said asintió correspondiendo a su alegría-. Entonces... ¿
le salió u
lo!, y no Lia, no voy de visita, a vece
ió preguntar totalmente co
de ovejas. Tienen un estilo de vida muy parecido a la gente del campo y se visten de una forma diferente para protegerse del c
hermoso ver
es
lo el móvil de Lia vibrando constan
cuando vio en la pantalla que era Mi
é arreglando todo para que n
ó lo más lejos que pudo. Puso rápidamente los auri
il
o. Su corazón latió rápido al verla en esa condición-. Perdona si no te avisé antes,
. ¿F
ella no pudo evitar conmocionarse-. Dicen que está delicado, pero que su co
grima que se derra
debes estar fuerte para Elizabeth, e
a n
cita, ¿Qué tal fue todo? Estas dos horas de
s, pero creo que Almer requiere un
asi
aré ahor
orque... -Lia se giró y solo vio que el jeque estaba de pie con todos sus hombres alrededor y un h
Qu
rme de él y creo que ya se está yendo.
nas cosas que se me pasaron para dejar todo listo... Lia... -est
¿
que lo harás me
n que Lia caminó también visualizando donde podía encontr
a a al
i acompaña
é al hot
stuvo
qué?
ora en adelante, usted es comple