El Hombre del Desierto
las cuando su amiga asomó la mano desde muy lejo
no se quitaba. Amid estaba a su lado esperando en silencio, y aunque tenía que hacer miles de cosas tal como Mila le ex
ecirle que tu nom
y Mila le había dejado claro que, adelantó media hora la cita, para que Almer y su acompañante no tuvier
ría las cosas muy bien, y por supuesto, arreglaría toda
ría tratada como Mila, eso, si no ocurría un problema con Almer por todo esto que est
ió al cielo que todo saliera bien, que Mila llegara rápido y que todo volviera a la normalidad. Ahora mismo, aun
pensar en su situació
o regresaría en… ni siquiera sabía cuánto duraría esto
u salud —pidió
pañante mientras ella asintió secando sus
reparó atentamente ha
co mucho. Estaré en mi habitación trabajando. Pero a
e sus palabras, sin conciencia
levarla al ascensor, y lu
uscaré puntual
us hombros rectos. Pegó la cabeza en elque la podía pedir en cualquier momento. Hizo su maleta, arregló sus papeles de último momento,
ión de esquemas que tenía por terminar, y por supuesto, leer todo el
cumentos descargados para trabajar todo el tiempo cuando tuviese un hueco
todo, agendas, horarios estrictos, notas importantes. Re
Mila, y luego se giró hacia la gran cama que tenía tras su espalda. Allí estaba el vestido que s
legante, que también la hacía parecer formal, así que comenzó a pre
hombre mayor, y la puntualidad d
rvios, el miedo y la incertidumbre, no pudo evitar sonreír ante el e
la, junto con un perfume, decidió no tomar nada de ellos y aplic
eléfono celular, y luego informó
n auto se detuvo frente a ellos, y en ese p
favor, ayúdame», dijo en su mente
pero sabía que precisamente, ella no escribiría cuando tenía tanto por
samientos muy distorsionados cuando vio
én imaginaba que esto era solo lo
vio insegura y ella pasó un trago
… res
ombre de Mila Jones, y un ho
sa… su acompañante te
ba alejándose. Por raro que sonara, le hubiese
pañante aún no había llegado. Eso era extremadamente bueno para ella, porque quería enviarle alguno
lidad, al menos escribiendo lo que estaba hacie
as a la persona que la condujo hasta aquí, una sil
el hombre que estaba de pie frente
gros intensos que él parecía conmoci
que no estaba manchada, se puso de pie muy nerviosa
d, lo sie
z solo hizo que Lia levantará
tidos no tuvo duda, él era el hombre en las sombras de ayer en la
ida. Sí, era muy fornido, un hombre que a simple vista se veía fuerte, con el cabello negro y cejas pobladas, junto con una barba mod
queña a su lado que, incluso le dio miedo habla
se movieron de una forma sensual, y solo sac
guntó mientras tomaba asiento y
cuenta de que al menos cuatro hombres se se
mbre se giró señalando—. Los comisi
él era el jefe
el hombre por el que había soñado, necesitaba d
ta—. Hubo… yo no soy Mila Jones, mi nombre es Lia James —¿Qué estaba haciendo?—.
e asinti
su información legal, este
y recordando la información que Almer le
un momento, puede le
manos en una sola y
o está aquí puntua
ella sintió los
problema, fui yo misma quien adelantó su
olvió a fru
qué
o por qué, Li
efes no cometieron errores al enviarle el archivo equivocado. Es fundamental que usted converse co
le costaba ejecutar, la confianza. Estaba rodeado de traidores, y
onante saber que era la misma chica que lo había dejado con la garganta apretada ay
lcón para interrumpirlos, y eso era lo que esperaba cuan
o la foto de Mila Jones, y la mujer que estaba frente a él, no se parecía en nada a ella. Pero la
endo hacia ella, y volviendo la
e si algo tenía él es que podía ver la duda en los ojos de al
a, sabía que ella no estaba ta
debe saber
retiró sus ojos y los llevó hacia un lado como
o si ella estuviese diciendo una fr
ni a que seré su jefe, ni a
arias veces un
logro co
noche… en a
osada, palideció, y él s
ría con él por lo menos unos tres meses, aún no estaba seguro de ello
padre después de que casi todo el mundo en la reunión le preguntó por él, junto a t
erpo por el viento, dejando en evidencia su cuerpo pequeño y delgado. Tampoco pudo esconder como una sonrisa se dibujó en su rostro al verla cerr