Salvó a su amante, no a su esposa
te
casa no era pací
re, un peso físico que
sido la estrella de la noche, presidiendo la velada y relatando la dramática h
aber esta
tómago, una fría espiral de
n el ve
na? -
enc
a cocina
é el
taba
ía dicho a mí mismo que era disciplina. Una lección necesaria
de dos en dos, fui a
a estaba
t estaba
estaba
esordenad
ontra la madera oscura. Los cajones estaban
un extraño y
e lo hab
ia la mesi
n sobre
a
vorcio. Firmado.
había u
staba al teléfono, dándole la espalda, mi at
rito en e
Todavía
rafía. Era pulcra, precis
apó de los pulmon
Da
g
de seda, la tela brillando bajo las luces
voz ligera y despreocupada-. Necesito qu
í, mi voz sonando aje
ijo-. ¿Dó
ro de mí
i pecho, cortando cualquier lealtad ci
a S
ir, realme
o en sus ojo
gil. Era u
ate -
, su sonrisa v
i voz era un gruñido bajo, v
ás bromeand
hacia
miedo parpadeando en s
medalla, ¿ver
o! ¡Elena
evisado, pero lo sabía. De repente, con una clarid
ro se d
vieras lo mezquina que
gate!
portó el daño en su nervio. L
e, por
la puerta principal. La abr
-dije-. Y no
uerta de u
ré con
la madera, respir
la v
enorme. Era
leta, terribl
l de divorci
Villa
uperado s
cuperado
ejado con lo