Salvó a su amante, no a su esposa
en el estudio a la
n de cuero que antes me engullía,
un sillón. S
de lo de
nto a la puerta, mantenie
na lección de este estilo
table
bía a ceniza
n voz firme-. Pero dejaste que a mi hermano lo torturaran hasta la m
ón pesada de un padre lidia
ngre de su padre compró mi vida. Es una c
r -re
se de
critorio de caoba
obre la mesa-. Quería salirse. Quería ir a la escuela de gastro
s -respondió Da
Simplemente no te importó lo sufici
ró en
nte me
iscutimos, lloro. Rue
staban secos co
esestimándome-. Esperaba una mej
irmé fríamente-. Y ciertam
a su
de vas?
El olor de tu hipocr
el el olor de la
mi piel quedó en
caleras, el rico aroma a ajo
do pro
ntado a la cabe
a sentada e
se parecía sospechosamente al que D
. Te ves terrible. Tan pálida. Hice la cena. Dante
sa porción de est
. Es una receta
mirando
lotaban inocentemen
re
ergia severa
un shock an
negritas en la lista de contactos de emergen
e lo
nos, se
Hace cuatro año
comer es
ose de lágrimas instantáneas y ensayadas-. Pasé horas
a vista de su t
e un poco. Por respeto
perejil
Dante-. Deja de hacer un dra
acor
d no se
su pedido exacto de café y la f
r que su esposa podía
ro de mí
chasquid
da rompiéndose en el sile
mano y empu
zón de cerám
y caliente salp
n la mano
it
nor, pero gritó como s
o de pie en
nios te pa
néticamente la mano de Sofía, bus
hundiendo la cara en su pe
volvió
una furia que nunca había v
rdón -orde
m
abía amado desde que
-d
na octava peligrosa-.
quede cica
elta y salí
onsolarla a
ña*. Está histéric
bitación de
puerta
llo
rando la pared y