La Cicatriz de un corazón
po con Ethan, que sus silencios eran igual de reveladores que sus palabras. Esa tarde, en su departamento, lo in
o aún, dejando que la suavidad de las palabras hiciera de guía- Quiero que me cuentes
Clara lo notó y, sin decir nada más, extendió su mano y la colocó sobre la
ntonces respiró hondo, como si infla
muró- Hay uno que
ió expectante. Clar
on. Los iraquíes estaban en todas partes. Disparos que venían de lugares que ni siquiera podíamos ver. El aire estaba lleno de humo y gritos... -su v
osa. Clara apretó un poco más la suy
e estaba haciendo chistes, incluso en medio de la mierda. Esa noche no fue diferente. Él me decía:
temblaban, como si debajo de ellos l
ciegas para cubrirnos. Era un caos absoluto, Clara. Caos. -Hizo un gesto con las manos, co
Ethan abrió los ojos y los clavó
itió, con un tono
mpezaban a apretar los de ella, casi dolorosamente. No
ta- Fue como si todo el mundo se apagara por un segundo y luego regresara envuelto e
lentas, como si fueran demasi
uando lo encontré... -se detuvo, tragando saliva, con el rostro hundido en el recuerdo- No estaba entero. No quedaba
a confesión que llevaba demasiado tiempo encerrada. Clara no apartó su mano de la de él. No dijo que todo iba a estar bien, porqu
empezó a calmarse, Clara habló en voz baja,
rentarlo solo. John vive en ti, en cada palabra y cada lágrima. Lo q
rojos e hinchados. Quiso ha
no con más fuerza, como si le
tienes que fingir que la guerra no te alcanzó. Porque lo hizo. Y s
ra vez, sus hombros, aunque vencid