icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
La Cicatriz de un corazón

La Cicatriz de un corazón

icon

Capítulo 1 El sabor amargo del silencio

Palabras:1007    |    Actualizado en: 08/10/2025

ire como si fueran recuerdos que nunca terminaban de disiparse. Había abierto la cafetería tres meses atrás, en un local pequeño de esquina con ventanales amplios que dejaban entrar la luz tempr

go, en los silencios entre pedido y pedido, la guerra regresaba. Los gritos lejanos, el humo denso, la sangre que no se lava con agua caliente ni con litros de

habitual, pero lo que encontró fue distinto. Una mujer joven, de cabello castaño claro recogido en un moño improvisado, entró con paso decidido. Llevaba un abrigo

a voz firme que parecía dispues

ando la sonrisa que ya tenía tatu

nela. Ethan lo preparó con la destreza automática que lo caracterizaba, aunque notó cómo la presencia de ella alteraba la calma hab

r mirarla de reojo. Había en sus gestos una concentración casi obsesiva, como si buscara atrapar cada pensamiento antes de que se le es

ella se acercó de

recomendarme algo dulce

enemos croissants de almendra

respondió ella, con un des

un matiz distinto, como si se hubiera suavizado. Se lo

¿verdad? -preg

ue lo disimuló rápido. -

- Una amiga en común me habló de

de los centros de rehabilitación a los que asistió al regresar del servi

ó la mujer- Soy Clara Rosello, Trabajo como

da. Psicóloga. Ethan sintió una punzada de alerta, un

cortesía, aunque sus

razo en su cuaderno, era un recordatorio de lo que intentaba evitar. No quería terapia. No quería abrir viejas heridas ante alguien que apenas conocía. Y, al mismo tiempo, había algo

ear de monedas en la caja registradora. Pero Ethan sentía que todo giraba en torno a esa presenc

dijo- Y por el croissa

limitó

os, como si quisiera memorizar su

emasiado. Pero también me dijo que aquí encuentras

iera responder, Clara sonrió, tomó su carpeta y salió del local. El sonido de la puer

e alguien entraba en su espacio protegido. Y sin embargo, había algo en esa mujer que lo intrigaba. Algo que lo ha

, en medio del humo y el caos: si salgo vivo de aquí, nunca dejaré que

un cappuccino y un cuaderno, y tal

Obtenga su bonus en la App

Abrir