icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Las mariposas mienten

Capítulo 2 2

Palabras:2186    |    Actualizado en: 08/11/2021

restaurante de

ientes tienen más dinero

i nuevo vecino sentado en un

viviría en un edificio como el mío si pued

de cabello platino, qu

, así que me abstengo de saludar a

mesa de junto y me

de mí, empujando un

l tiempo antes de contar una historia y casi siempr

do a no em

sto. -Saca un anillo de su chaleco y

e

el diamante que no escucho l

cuenta de que se

rlo en la comida de su novia -

to a Spencer para que descargue los platos sucios-. Esp

lan? -pregun

la propuesta con él mientras yo i

-dice Spencer cuando Vanessa termina-.

opla y rued

n que nuestra prioridad núme

. El pasatiempo favorito de ambos es

mesa, memorizando órdenes, retirando menú

cada vez que paso frente a las cristaleras de la

el anillo en el postre, su reacción

ujeres de cuyas propuestas matrimoniales he sido tes

a y, sin darle la oportunidad de pedirle

chando? -inquiere molest

e Oliver, y vuelvo el rostro hacia ella.

or, pero se conforma con llamar a mi supe

arece querer apuñal

a, forzando una sonrisa pa

rle que se encargue de m

edia hora después, la mesa

con pantalones. De cualquier modo, no me siento segura al viajar en m

o frente a mi edificio y

él con una s

bby, a excepción del

. Las puertas comienzan a cerrarse, pero una mano se

desaliñado que me toma va

evuelto. Se ha quitado la chaqueta y llev

a en que se tambalea

por un instante, luego levanta

a que carece de felicidad-. Eres la inquili

il

hago a un lado porque no quiero morir aplastada

ntra la barra de meta

ran y el elevador e

rte una preg

ra vez. Me giro para que estem

as conmigo?

ida se refleja en el

hable e

na y digo-: No lo sé, depende de mi padre.

pero su mirada apagad

casarías con algui

, no tengo idea de cóm

s dedos, uno a la vez, mien

co, atento, ca

mpo con un

tendí que eres el

sión y su sonrisa se ensancha. Entonces repara en el

este. Después de todo, la respuesta está en mi

el que estas palabras abandonan mi gargan

ospechará que estoy en

zo una salida dramática, del ti

edor. Luego corrió hacia el interior del restaurante sin fijarse por dónde iba y chocó contra el so

liz, pero traté de no demo

ra que estoy rememorando l

en un silenc

nsando en qué decir par

ntarle una hist

a de teatro y, en lugar de decir «siento tu pena»

. Se ech

z que sus carcajadas cesan, enjugándose l

servirá d

nuestro piso y las

rme muy nervioso pensando en lo que sucedería más tarde. Mi mejor amigo se dio cuenta y se burló de mi inexperiencia, diciendo que probablemente no tenía idea de cómo ponerme un condón. Eso me recordó que necesitaba preservativos. Lo arrastré detrás de las gradas del gimnasio para que nadie nos viera y le pedí uno de sus condones. El muy idiota sonrió y me dijo «si quieres que te dé uno, vas a tener qu

a sofocar el sonido de mi risa, p

una ocasión, se despertó porque estornudé, a pesar de que nue

y, en venganza, le contó a todo el mundo que le hice una felación a Matt. Hasta

vez lo habrían dudado -bromeo, s

ón. Sin embargo, el temblor de sus labios deja en e

lió más que el rechaz

allida propuesta matrimonial tres horas

su negativa no lo afectó tan

e la lengua, pregu

tensa. No luce molesto, parece que está inte

lación por cuatro años. Me tomará tiempo acos

strándome c

cir, así que

tras respectivas puertas. Antes de entrar, echo un vistazo sobre mi ho

deja caer las llaves. Se inclina para recogerlas, pierde el

me agacho junto a él para

mbargo, no me convence de su bienestar. Está tan ebrio que podr

a que se te quite la borrache

, le indico que tome asiento en l

n el sillón reclinable mientra

n la taza más grande que tenemos, la

tamaño después de to

inquiere con una sonrisa s

ue me es posible aparentar-. Creo que el inquilino anterior la usa

sión. Entonces nota que estoy in

ice. Juraría que en sus

es y una mentira conmigo -le aconse

no tan buena. Necesitas tr

re que juguemos p

nos asusta y lo que nos hace felices. Hablamos de todo, desde nuestro c

e, según me dice, su ve

por completo del juego y nos sumergimos e

e, se mudó a Manhattan hace una década, y trab

istí a la universidad, pues no quiero que me tache de

un bostezo me interrumpe mientr

iver, mirando la hora en el

tengo sueño, se pone de pie, me da

ta, contenta de ver q

s labios se curvan en una sonrisa

Obtenga su bonus en la App

Abrir