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Morir por su verdadera felicidad

Capítulo 7 

Palabras:1340    |    Actualizado en: 08/08/2025

bido bajo de chismes y lástima q

Primero sus pad

voto. Qué camb

una sonrisa

silencio. Todas las cabezas se

diamantes. Su sonrisa era radiante, triunfante. Descendió las escaleras, d

Tomó su mano, sus ojos brillando con un amo

hacer el anuncio oficial, para pre

ra hablar, las luces pa

absoluta. El pánico estalló. El sonido de g

fuera del caos. Una mano se cerró sobre mi muñeca. Otra presion

ápidamente. Lo último que escuché antes de perder el

e la voz de Kandy, un su

después de la fiesta, no durante! ¡

cutiendo c

aré el resto

plan de damisela en apuros para convertir a Gerardo en su héroe. Pero sus ma

eran sus maton

giendo? -preguntó uno de l

inconsciente -respondió otra

o, y la voz de Kan

, sintiendo la textura áspera del cinturón del hombre cerca de mí. Había una funda de

co vibraba a través del suelo. El

ndo hombre. Era Víctor Cano, un despiadado riv

barco, dirigiénd

ad, el barco se detuvo. Escuché el so

tor-. Mira lo que tengo aquí. Tu nuevo amor y tu v

eléfono a la cara. Mantuve los

s barcos acercándose: el eq

ba a

una máscara de furia helada. Pero cuando la cámara se dirigió a Kandy, que tenía u

su voz vibrando de rabia-. Si le tocas un sol

evitar que una sola lágrima se escapar

so estaba haciendo todo esto. Pero escucharl

ó, un sonido

te dé a elegi

ó el cuerpo inconsciente de Kandy. Nos metieron

agua con un chapoteo masivo y, con pesas atad

n de fingir estar inconsciente. T

ando el tacón afilado de un zapa

añicos. Fragmentos de él me cortaron los brazos y las piernas mientras el océano s

perficie. Mis pulmones ardían. Salí al aire noctu

flotante de la caja destroza

i voz un graznido ronco-

tendría un hogar. No sería

isada hacia las luces lejanas de

medad, desencadenada por el frí

dera se aflojó. No

il, comenzó a hundirse e

illante, hacia las luces le

era

figura zambulléndose hacia mí, una mano extendida. Una alucinac

estaba mirando el techo blanco y e

era corrió

s a Dios! Ha estado incon

i goteo in

én es, no hay identificación, nadie ha venido a pagar la

a un graz

vino algui

enfermera se sua

bargo, Kandy Ponce... su prometido ha traído especia

liberación. Una sonrisa trist

e había

ave golpe en la puerta. Una voz

mil

. Se me cortó

ermano,

rables, inundaron mis ojos

voz densa por la emoción mientras cor

fuerza, un abr

acariciando mi cabello-. Está

mantener, se hizo añicos. Me aferré a él y sollocé, mi cuerpo temb

eron. Jeremías me atrapó, sus brazos una presen

mientras Jeremías me guiaba lentamen

su voz tranquila y firme-.

uedó mirando, con

iéndose debajo de nosotros. El jet privado ascendió a través

e la mejilla y miré por la v

adiós al hombre

Estamos a mano. No v

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