Morir por su verdadera felicidad
ivía por y para mí, Emilia Herrera. Él era mi sombra, mi protect
y otra vida, ruego poder estar con Kandy». Mi mundo se hizo pedazos. Su devoción de toda la vida no er
almente deseaba, oculté mi propio diagnóstico de ELA de inicio temprano y rompí nuestro compromiso, diciéndo
illo de compromiso y de prenderle fuego a la mansión. Gerardo, creyéndole, me arrojó a un pozo lodos
o para despertar en un hospital y enterarme de que Gerardo no había e
tintivamente me buscaba a mí? ¿Por qué creyó sus mentir
mías, que siempre me había amado, y dejé a Gerardo atrás, susurran
ítu
undo sabía que Gerardo Alanís viv
de el momento en que mis padres murieron y los Alanís me
ba con los chicos que me miraban de más, quien prometió casarse c
anillo de diamantes y un futuro que todos veían como inevitable.
ueó, ni siquiera cuando
Investigó cada tratamiento experimental, despidió a los médicos que perdían la es
ás afortunada del mundo, por ser
os, mientras el mundo se d
u voz cargada de un do
nto un fantasma contra mi oído-. He pagado mi deuda. Si
físico, incluso para
ada por la medicación,
Kandy
años atrás, cuando Gerardo desapareció tras u
n una mujer, una música llamada
y con ella, su vida como
después, se había
do era amor. No lo era. Era culpa. Una penitenci
truida de responsabilidad. Su cor
on su último y desesperado
ces,
emidades fuertes y firmes bajo mi cuerpo. Estaba sen
a señora Alanís hablaban
rle la memoria? ¿Un enfoque más agresivo? -preguntó
su memoria podría causar daño cerebral permanente -res
l día que encontraron a Gerardo, el día en que l
a de
nética de alegría, desesperada
que su vida era una mentira no sentía más
mnesia. Y en algún lugar, Ka
e hacerlo bien. Una oportunidad de e
interponerme
n esta nueva vid
je, mi voz tranq
Alanís se volvieron h
que hacer algo -dijo la s
lo fuercen. Déjenl
esta vez, el resultado fuera
esultados llegaron como una amarga confirmación. ELA de ini
s Alanís. Los encontré en el solárium, sus rostro
ncelar el
suspendidas en el aire
jadeó, llevándose
stás diciendo?
lanís, con voz grave-. Porque tiene amnes
niforme-. Pero no de
édico sobre la me
os, me quedan unos pocos años. Ger
tutores, las personas que me ha
a. No seré una carga para él. No lo encadenaré a una mujer
e había dicho en mi vida. En mi vida pasada,
lágrimas-. ¡Gerardo te ama más que a su propia vida! ¡En el momento e
eco doloroso de una v
Era del investigador privado que había
a Gerardo sentado junto a un lago. Una joven de ojos br
do, se transformó. La miró con una ternura, una adoración cruda y pura que y
ebelde de la cara. Sonrió, un
el peso de las verdades no dichas. El señor y la señora Ala
amnesia. Ese es un amor que viene del alma
zo, mi decisión era algo s
enlo ir. Déjenme ir. E
evantó la vista, sus ojos ll
harás,
remías un pequeño punto de calor en el frío-. Me voy al extranjero
a la vida que estaba
ra mí misma que para ellos-