Morir por su verdadera felicidad
millón de preguntas debían estar arremolinándose en su cabeza
gre e incrédula se extendió por su rostro,
er que no le haría daño a Kandy,
n toque de torpeza en s
de un tiempo en que yo era el centro de su universo, me atravesó. Solía ser como un perro
do. Este hombre le per
, me recordé
ora Alanís estaban decepcionados pero intentaron ocultarlo, mostrando sonrisas e
.. y esta fue tu fies
gran foto enmarcada de
una máscara de confusión y sospecha. Miró de la foto a mí, luego a las sonrisas forzadas
La versión corta es que crecimos juntos. Soy la hermanita molesta de la que no podías deshacerte. -Miré la foto-.
suspiro juguet
. Mi prometido está esperando y no
do, que se ahogaba en un mar de desconocimiento, mi mentira simple y plausible fue un salvavidas. Explicaba mi presencia, la foto y la ansiedad de sus padres en una so
o se d
o me instale, te ayudaré
e alborotó el pelo, un gesto tan familiar, tan arraigado, que él
feos compartidos en la repisa de la chimenea, los tontos dibujos que habíamos he
rdos compartidos -las fotos, los premios, los recuerdos- al patio tra
undo. Caminé hacia mi ventana y lo vi allí de pie, su rostro ilumin
en su esmoquin. El trofeo del concurso de ortografía que habíamos ganado como equipo.
calidez que le había mostrado a Kandy había desaparecid
sintió como un puño apretando mi corazón. Presioné una man
io. Sonrió, una sonrisa franca y abierta, completamen
lo estoy limpiando algunas cosas viejas.
ojos se posaron en un objeto medio quemado
s manos eran torpes entonces, y había pasado una semana en ella, sus dedos cubiertos de cortes y ampollas. Me había d
ordaría e
sorprendentemente firme-. Deshagámonos de
huesos, un marcado contraste con el
ucido a un montón de brasas incandes
des ayudar
a los sirvientes llevando cajas
ojos brillantes con una emoción que no era para mí-. Quie
garganta. ¿Y qué hay de mí, Gerardo? ¿Dónde e
entes palabras
a genuina y perpleja en su rostro-. Como si pudiera
fue un gol
vimiento rígi
tá
como regalo de agradecimiento y me alborotó el pelo de nuev
otar contra el cielo negro. Estallaron en palabra
llas, mi todo. Estaba perd