LA REBELDE PRISIONERA DEL CRUEL ALFA
con la que tenía mis manos atadas, no me dejaron dormir. El frío tam
bruja -dijo un
eciente como una mañana de verano. Su cab
ruja -le conte
quido. Le di un golpe y se despertó de i
rme un bañ
otro hombre y le
jo con una so
na maldita brom
le respondí, tratando
erré los ojos por un mome
ostó mucho raptarte, y no hablo solo d
évame tú mis
a, casi haciéndome caer, pe
reciable -
Lo seguí como un perro domesticado. Caminamo
que tenemos que
iba a bañar en ese lugar;
que sepas que estaremos días vagando h
a de inmediato y me acerqué al lago. Me detuve en seco al ver mi reflejo. No reconocía a la mujer q
-preguntó él a
nté y l
iera sé quién
es mi cuerpo. No sé qué hago aquí. Necesito vol
stuviera loca. Y
ía de mi hermano te ha af
fuerza y se ta
o. ¡Esta no soy yo!
ó de arri
upone que eres? -me
los ojos azules...
una ceja,
onios hablas? Tú eres rubia y de ojos
a mirar mi reflejo en el lago. M
simplemente me había transportado aquí, pero no. Yo... t
como si estuv
supone tengo que d
ró con m
éndote, ha matado a muchas de las tuyas para llegar a ti, como
, este no es mi cuerpo. Una mujer extraña me e
de comprender. Pero era obv
er lo que quiero y cómo conseguirlo, así que deja
os en blanc
olo quiero volver a casa con mi madrastra, no
l entrecejo
á a él, y entonces tendré todo el pod
que el amuleto que buscaba era el mism
el amuleto
uerza del brazo, m
one que ese amuleto est
hombros. Todo
que me trajo aquí, e
cabeza, visible
tonces todo se jodió -dijo
ar de un lado a otro, sus
dejes ir, ya no soy de u
mirando. Se acercó a mí, me car
tes de lanzarme al agua-. Y ahora date un buen baño, p
a a arrepentir cuando descubriera que yo no era lo
.
que no había comido nada desde ayer. Miré al
, ¿y tú? -
teó a
gnar Kjellsson, legítimo rey
é despect
ombre me bastab
se acercó a nosotros con un cuenco en la mano, el cual se lo dio a Eirik. Y
es? -me
é de in
nimales -l
or un momento para de
ome animales -d
ipo que le trajo la comida a Eiri
do algo espe
cabeza de una gallina terminó sob
n unos bárbaros sin
a cuerda y m
para aquí, o te mueres
antada. Prefería morir de hamb