Una noche por contrato
aba junto a la de Diego. El chico era bastante amable
lugar apestaba,
té de parecer cool, p
r aquí con
. Mi sexo se humedecía de imaginar aquellas nalgas redondas y firmes y ya que p
entras él me decía
¿quieres mont
e con los temas de granja, pero de momento me gustaba. Comenzó a relinchar para mí como si fuera un cabal
dita en la que nadie se iba a fijar», y eso hacía que terminara siempre con los mejores chicos en todas las fiestas. Al final de la noche era agotador
vi entre las piernas, y hasta el momento calificaba como el más grande de toda
mbiarás tu perspect
spalda. En una de las ocasiones relinchó y tuve que hacer un gran esfuerzo para aguantar las carcajadas. Usé mi braga como brida: se la puse doblada en la bo
juego de montarlo y estaba medio dormido encima
encuentro sexual de Diego con la señora mayor. Con el cor
. Podía sentir el ruido de su pelvis
emía. Luego dejó escapar unos gritos,
o más? -un azo
ero correrme como u
as para que él me ensartara hasta el fondo. Se puso el condón, me introdujo un par de dedos y dilató mi entrada. Con mucho trabajo pa
le dije-. So
a: sentirme llena. Mientras me daba más y más duro, con la punta de mi índice humedecido me frotaba el clítori
-gritaba la señora e imagina
resas llorando a que te dé lo que te gusta gritaba Diego.
rerme, qué
menzó a gritar de placer, automáticamente lo hice yo. Mi compañero aceleró, pero ya no me importaba. Mi vagina latía y estaba
enos en mi cabeza. Después de ese episodio quedaron muchas dudas en