Una noche por contrato
sta que daría esa noche Dolly, la tía de Victoria. Era una mujer se
o con las revistas más populares. La tía Dolly tenía los labios a punto de reventar por el exceso de bótox. Además, los pómul
ía convertido en una magnate de la orfebrería no solo por la habilidad que tenía para el trabajo en metales y piedras preciosas;
nsolidábamos nuestra amistad podría ser algo que le preguntara, aunque sabía que en su tiempo libre diseñaba joya
ando la lata est
mportara. Era el alma de la fiesta, en su estado más puro. Con el tiempo se volvió más altiva, un poco perra, como la catalogarían otras chicas de la escuela. Sin embargo
Siempre he sido una criatura de la noche. Me había puesto un vestido lila con corte de gota que combiné con unos zapatos rojos de tacón. Mi cabello, rojo t
staba mi madre, vest
fa, échame una mano en la medida de tus posibilidades. Dolly es una vieja conoci
ergia ni nada parecido -bromeé. Por su cara, mamá no pareció estar
odo saldrá bien. ¿N
sito que nuestro catering sea más importante que
os de la casa en dirección al van que usábamos para tr
e fluyera mejor en la cocina. Cada base de hojaldre me quedó con el punto perfecto, y los rellenos fueron diversos. Los dejé preparados algunos en su manga pastelera listos para montar, otros ordenad
provisiones, el movimiento de nosotras a los distintos eventos y cosas de ese ti
eres tú la anfitri
te me pondría un poco incómoda, pero desde un tiempo atr
omplejo por mi rostro, mi dentadura y mi peso. Por mucho tiempo pensé que los piropos de mi padre se debían a eso: una estrategia para subir mi autoestima. Con el tiempo y mucha reflex
ostado conmigo. Nunca he sido una bomba de sensualidad para la mayoría, pero ese chico y yo habíamos tenido mucha química. Además, estaba t
a una altísima valla de setos delante de los muros que la protegían. Un par de amplias puertas deban la bienvenida, como si se tratara de la mismísima entrada al Cielo, pero con un San Pedro de metro ochenta, vestido de negro. Para llegar a la casa había que pasar una fuente que s
a casa tenía una gran escalinata con alfombra roja para entrar y columnas dóricas. Yo me bajé en la entrada principal porque era una invitada más a la fiesta. Allí me
staba invitada a la fiesta. Nos pusieron un ramillete atado a una de nuestras manos y
ortante porque ha estado muy pesada con esta reunión. Luego de su discurso
lturas de hombres griegos, pero todos tenían miembros prominentes, venosos o simulaban tener semen chorreando. Era i
ria me iba mostrando a algunos de los invitados. El Alcalde de Duke estaba allí, y la verdad de cerca se veía más amable que por televisión. También noté la presencia de va
capó y me mojé el vestido. Aunque dije que se trataba de una bobería de mi parte, la verdad era que
además de que ya sentía que se me había arruinado la noche. Entré al baño de visitas que, la verdad, parecía más un cuarto de hotel de lujo en Dubái. Tenía grandes espejos de marco
una persona que venía entretenida en el celular. Era un mu
un poema épico, en la parte en la
do tiempo cerca, ¿no te parece? -d
ados a encontrarnos
do sincera no estaría mal repetir -mi bocota me traicionó-. Quiero decir, que no estaría mal re
e ya, A
vez me gustaría dart
ia, zapatos de charol perfectamente anudados y el pelo engominado. Olía como
segundo piso, en el que había un cuadro bastante feo para mi gusto, custodiado por un perro de mármol. Diego miró a ambos lados y
teca y es más rápido que estar
Era amplísima, con un librero de diez niveles que se extendía a lo largo de todas l
mos empezar de nuevo nuest
é te r
mientras lo hacía comenzó a bajarme e
regunté. Diego agarró uno de mis senos y lo sacó de la co
s lo acariciaba. Luego de unos segundos, me comencé a sentir mojada.Introduje dos dedos por debajo del vestido y se los puse en la nariz. Él los agarró y lamió, para luego chuparlos. Me sentó encima de una mesa antigua donde había alguna papelería y me quitó las
omencé a meterlo y sacarlo de mi boca, rápido primero y luego más despacio. Intenté engullirlo más y más a cada vez que lo introducía en mi cavidad bucal. Luego lamí su glande y lo altern
je. Me puse en pie, me arreglé el