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Una noche por contrato

Capítulo 9 El amante

Palabras:1504    |    Actualizado en: 07/11/2024

os empleados, así como hablar de lo que sucedía dentro de la casa ni siquiera en el patio de la mansión. Tendría un día libre a la semana, en el que

a usar aguacate, por ejemplo. Estuve pensando mucho antes de firmarlo. Tenía una extensión de un año con renovac

ones. Había desaparecido gente, pero nunca se encontraron sus cadáveres o pista alguna de su paradero. El único fa

así que podríamos quedar para ir a alguna parte. Salimos de allí en dirección a un bar a tres calles. Se llamaba El Alfil Irlandés y era muy f

luego se hacía imposible caminar desde las mesas hasta allí para pedir lo que queríamos beber. Aunque mi i

el contrato de

corporarme si deseo. Será un nue

a. No todo el mundo puede compartir espacio c

ina todo el tiempo, resp

enfermedad, ¿q

Imagino que según pasen

ía poco y se le veía hablar poco. Era muy atractivo, aunque ya nos habían contado qu

a, I

hace un tiempo! ¿Y e

isamente porque no la había notado hasta ese momento. Le explicamos a Iván que ella

e es como se honra a los muertos

l estómago. Era como si me prendieran fuego en el

re misterioso en las fotos de

ndiendo lo de los chicos con los claveles

rgolla negra en una de las orejas. Saludó a Iván y me hizo un guiño. Pidió dos t

na de las esquinas del bar. Había otros dos chicos igual

que mi amiga o yo poco podemos pensar sobre este hecho particular. Si ahora me perdonas,

hablábamos de otro tema, pero

er esos pectorale

imagino -re

Lo acabas de destru

s hermosa, sino la más pícara. Ya ve

ás delgado, pero de pelo rubio y ojos negros. Tenía los labios finos y la na

y ahora está triste -me dijo. Sus ojos pene

endo en su

fijamente hasta qu

es nada que decir, adiós -dicho esto chasqueó los dedos. El

man-. Dime la verd

miró y dejó esca

do fotos de su paquete. D

cosas Iván -dije con una

e hacer algo -arg

que mi amiga, tu y yo que

ia -la

Iván-. Es el lugar donde podemo

por ahí. Victoria se puso en pie y caminó hasta los chicos. Le susurró algo al musculoso y se sonrojó. Luego le

según Iván el musculoso sí tenía bastante para ofrecer. Quizás con el que sentí una conexión menos artificial fue con el tercero de los chicos, el que no se había acerc

o baladas de los '70. Black Bunny era un viejo edificio que se encontraba a cinco calles del b

a mal. Estaba pulcramente organizado, con la decoración en dorado, rojo y negro. Quien estaba en el recinto no sentía qu

ensamente. Para ser un «curioso», tenía bastante hambre de la boca de otro hombre. Según se detuvo el elevador descendieron primero la pareja de chicos y luego Vicky con el rubio. En el penúltimo piso el apa

as no

y yo nos mira

uertas con insistencia, hasta que de la contigua salió un hombre sin sin ropa. Sus nalgas estaban descubiertas y eran sostenidas por un par de correas. Solo se tapaba su miembro con un trozo diminuto de

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