La madre de mi novia
or estaba por volver a tocar su vida. El destino siempre tiene nuevas sor
Chanel, quien era de su total confianza y se encargaba de los c
migos de Rebeca? -preguntó ella, con tranquilidad. Después de todo, a los jóvenes les gustaba divertirse, por lo
con satisfacción. Respetaba a Helena, más como su hija, y a la señorita Rebeca, como su propia nieta.
con amabilidad. Eran los anfitrio
ea comer o
arme -dijo Helena, atendiendo a Raquel-
os. Aunque Helena había mencionado que no era necesario, debido a la enorme amabilidad y bondad que ella tenía. Era tan buena y cariñosa, que solo se merecía que le pasaran h
ose un beso de esas características con un muchacho de esa manera tan enérgica, hasta detalló como jugueteaban con las lenguas. En el matrimonio sería distinto. Ni siquiera ella, a sus cuarenta y cuatro años, había hecho algo como eso. En verdad, la juventud era una época maravillosa, en la que los jóvenes creían que podían devorar al mundo. Se tocó sus labios y se los acarició con la yema de sus dedos. Ya había olvidado lo que sentía dar un beso. Luego sacó su lengua. ¿Por qué la enrollaban con la una con la otra? ¿Eso no resultaba ser asqueroso y sucio? Entonces, ¿por qué lo hacían? ¿Qué era lo que experimentaban, que tanto les gustaba? Si tan solo tuviera a alguien con el que pudiera intentarlo. Abrió sus parpados y negó con la cabeza. Ya había pasado por esa etapa hace mus años. Esos eran asuntos de los adolescentes, no de una mujer realizada que estaba cerca de lle
e
la cita, será
le
pro
e
chó su nombre l
s intenciones de Lexi. Todavía seguía insis
le
. Podría ser más tris
e
Damián
r nada para evitarlo. Un moderado golpe se oyó en la sala de estar ante los pesos de dos personas. Y, en un instante, yacía de espaldas al suelo, con un extraño que comprimía a su cuerpo. Entonces, al fin, pudo ver el rostro de la persona con la que había tropezado; era uno de los chicos que eran amigos de su hija. Sin embargo, a él no lo había visto cuando se había asomado por la ventana. ¿De dónde había salido? Sin embargo, tenía una expresión seria y las facciones del rostro resultaban ser muy atractivas.