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La madre de mi novia

Capítulo 5 Los cómplices

Palabras:1383    |    Actualizado en: 27/06/2024

os, cincelados y pintados de rosa. Esos ojos marrones que brillaban con energía vibrante. Las largas pestañas y las cejas pobladas. Esa señora era hermosa en todos los

atarse de que una de sus manos estaba presionando uno de los senos

donde solo existían ellos dos. La belleza de esa señora era abrumadora, y Hoel se sintió perdido en la profundidad de sus ojos. La cercanía de sus caras, a escasos milímetros, hacía que cada pequeño detall

e su divorcio había, olvidado que existía un mundo pasional y sensual entre hombres y mujeres, porque se había enfocado a su trabajo y a su hija, sin prestarle atención a los romances. Contempló el rostro del muchacho, esos ojos azules eran como la profundidad del océano en el que se hallaba sumergida, descendiendo hacia el fondo del mar sin poder apartar la mirada de él. L

, y sus rasgos, aunque jóvenes, transmitía una madurez y misterio que la intrigaba. Sin mencionar que, la cercanía de sus cuerpos la hacía consciente de cada latido de su corazón, que parecía reson

pagado. ¿Cómo podría explicarlo? Ese chico, de modo inesperado, era como el combustible que había propiciado que el fuego de su alma, volviera a arder con temblante fulgor. En su piel recordaba el contacto físico de una pasión que pensaba olvidada y que yo no volvería a experimentar nunca más. Su cuerpo respondía de manera involuntaria, como prueba de que seguía viva y de que era una mujer que, reaccionaba, frente a una acción externa. Era cuestión de ciencia, una ley física a la que estaba siendo expuesta. Así, aunque la racionalidad la impulsaba a alejarse de la tentación que representaba ese joven. Su atención se enfocó en los d

delataras su presencia. Por suerte habían quedado detrás del sofá y

e ocultos. Eran como dos cómplices en medio de su crimen, en el que los gestos eran suficientes para entender todo lo que el otro le intentaba decir. En ese punto eran conscientes de la necesidad de mantenerse

llas y vasos chocando llenaba el espacio. Respiraban con dificultad, tratando de no hacer ruido. Hacía demasiado calor y la fricción de sus cuerpos desper

uedo retener la erección en su entrepierna que hacía presión contra el muslo de esa mujer. Sus mejillas se ruborizaron por la vergüenza y por la pena que le provocaba tal acción. En verdad no quería que pensara que era un pervertido o que tenía malas intenciones. Solo era algo que ya no podía controla

. No era una niña o una adolescente que recién estaba descubriendo el mundo de la sexualidad. Era una mujer madura, era madre y alguien que ya había recorrido ese camino a plenitud. Nada más estaba un poco sorprendido por como se habían desarrollado los hechos de u

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1 Capítulo 1 Prefacio: La primavera2 Capítulo 2 La colisión3 Capítulo 3 La directora4 Capítulo 4 El estudiante5 Capítulo 5 Los cómplices6 Capítulo 6 Las reacciones7 Capítulo 7 Los pensamientos8 Capítulo 8 Las identidades9 Capítulo 9 La conversación10 Capítulo 10 La novia11 Capítulo 11 Es un pecado12 Capítulo 12 La cita médica13 Capítulo 13 La visita14 Capítulo 14 La invitación15 Capítulo 15 La piscina16 Capítulo 16 Tiempo juntos17 Capítulo 17 16. Noche de copas18 Capítulo 18 17. El beso19 Capítulo 19 18. Las emociones20 Capítulo 20 19. El ardor21 Capítulo 21 20. El encuentro22 Capítulo 22 21. La confesión23 Capítulo 23 22. El almuerzo24 Capítulo 24 23. La espera25 Capítulo 25 24. Las vacaciones26 Capítulo 26 25. El campus27 Capítulo 27 26. El guía28 Capítulo 28 27. Déjà vu29 Capítulo 29 28. El rival30 Capítulo 30 29. El doctor31 Capítulo 31 30. La ilusión32 Capítulo 32 31. La calma33 Capítulo 33 32. El acercamiento34 Capítulo 34 33. La aceptación35 Capítulo 35 34. La aceptación36 Capítulo 36 35. La mañana37 Capítulo 37 36. La declaración38 Capítulo 38 37. Los hechos39 Capítulo 39 38. La posibilidad40 Capítulo 40 39. La consulta41 Capítulo 41 40. El juguete42 Capítulo 42 41. El partido43 Capítulo 43 42. La apuesta44 Capítulo 44 43. El avance45 Capítulo 45 44. El consultorio46 Capítulo 46 45. El contacto47 Capítulo 47 46. El vigilante48 Capítulo 48 47. Sin límite49 Capítulo 49 48. La necesidad50 Capítulo 50 49. El busto51 Capítulo 51 50. De rodillas52 Capítulo 52 51. La liberación53 Capítulo 53 52. El refugio54 Capítulo 54 53. El rodeo55 Capítulo 55 54. El permiso56 Capítulo 56 55. Sin ropa57 Capítulo 57 56. El amor después del amor58 Capítulo 58 57. La unión59 Capítulo 59 58. Sin pudor60 Capítulo 60 59. El vínculo61 Capítulo 61 60. La agonía62 Capítulo 62 61. El baño63 Capítulo 63 62. El espejo64 Capítulo 64 63. El culpable65 Capítulo 65 64. La felación66 Capítulo 66 65. El frenesí67 Capítulo 67 66. La perspectiva68 Capítulo 68 67. La idea69 Capítulo 69 68. Los gestos70 Capítulo 70 69. El cortejo71 Capítulo 71 70. La ducha72 Capítulo 72 71. El vibrador73 Capítulo 73 72. La llamada74 Capítulo 74 73. La variedad75 Capítulo 75 74. Las visitas76 Capítulo 76 75. Los relatos77 Capítulo 77 76. La puerta78 Capítulo 78 77. El sentir79 Capítulo 79 78. A escondidas80 Capítulo 80 79. El rejuvenecimiento81 Capítulo 81 80. El cambio82 Capítulo 82 81. Al descubierto83 Capítulo 83 82. La revelación84 Capítulo 84 83. El restaurante85 Capítulo 85 84. El acto final86 Capítulo 86 85. La conclusión87 Capítulo 87 86. Los pasantes88 Capítulo 88 Epílogo: La madre de mi novia