Seduciendo al señor Maxwell
efa
de tus actos, Amelia! -La
? -gruñó para luego golpear con fuerza su escritorio. Las fosas nasales de su nariz se hallaban anchas por la ira que quizás sentía en ese mo
or Maxwell, aflojó salvaje mente su corbata para l
namiento, que tuve que retroceder inmediatamente-, señor, yo le juro que intenté convencerla, pero hoy me ha devuelto la prop
espalda contra la pared de su oficina. Mi cabeza empezó
traño que jamás había presenciado en este lugar. Antes de este momento, el señor Maxwell ni siquiera me miraba a la cara, solo me encargaba de cumplir con
de la nada, cuando antes, todas se peleaban por un poco de atención por parte del magnate. Algunas secretarias corrieron el rumor que Damiá
s y cristalinos y esos labios carnosos mezclado con sus brazos fuertes y esa estatura colosal que podr
ualquier mujer que el desease, pero... ¡Yo lo odiaba!, había pasado tantas cosas horribles por su culpa y ni ha
rse de su lujuria!, en sus treinta y seis años, jamás se le ha visto salir con alguien, y aunque su
well era tan grande, que ahuyentaba cualquier jovencita de sociedad que quisiese establecer una relación con él; y si bien, luego de aquel rumor algo bizarro, muchas mujeres oportunistas y de
de decir, se
ntar escapar de él, pero su agarre se volvió mucho más firme, -«¡Espero que al señor Maxwell jamás se le vuelva a parar la polla!»-un
e en un momento de descuido y borrachera con mis amigas, lancé un par de palabras en contra de mi jefe sin darme cuenta que había sido grabada por
que todo lo que dije se volvió real-, ¿No se te para? -Maxwell miró para todos lados mientras me tapaba la boca con a
r una punzada de dolor que golpeaba con movimientos torpes mi barriga. M
s la única que m
estoy entend
una erección...-Ataqué mor
nio riéndose de mí, luego de que el poderoso Damián Maxwell, no pudo parar su enorme amigo...-quise reírme, pero no pude hacerlo. -No entendía lo que sucedía, intenté masturbarme, pero no funcionó... Llamé
ñor
sabía que estab
l solo escuchar tu voz al reproducir el video que por accidente me enviaste, algo sucedió... M
nas flaq
ere decir
firmado y legal, en donde las partes se comprometían a saciar las necesidades del otro por un bien común. Dinero y sexo. Da
con él, fue grosero y un completo bastardo
s ojos se
pitió mis
o, no voy a tene
sudor que comenzó a deslizarse por su piel. -Te daré cualquier cosa que me pida
tura traumática que tuve con mi novio de cinco años, las cosas no estab
a para obtener lo que quiere, sus ojos se abrier
rmano menor entró
ldi
ratas d
a una lástima que los logros de tu hermano de
sta
o el sexo para
ró la boca
sabes
hora estaba en
ciona... Es por eso que tienes sexo hasta cansarte... Eres así desde que tuviste el accident
có la puerta de su oficina, pero terminó marchándose al escuc
tó chocando su espalda contra el
ar con una c
l borde de su escritorio alg
enamorart
xo todos los dí