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Seduciendo al señor Maxwell

Capítulo 8 Sentía que no podía respira.

Palabras:3218    |    Actualizado en: 04/03/2024

ítu

me sentía

ista de baile para mover mi cuerpo al ritmo de la músi

cuerpo hasta que un tipo se pegó ju

n donde debería estar el señor Maxwell, pe

o que dijo antes de colgar, así que sal

a salir de la enorme habitac

nte terminé ahogando un grito en el justo momento en que Da

manos taparo

apartando lentamente

or

mirando s

ron al recibir su boca sobre mi cuello—, Arrodíl

o sus ojos se clavan sobre mí. Damián eleva la cabeza hacia atrás al escuchar el sonido de su correa ser desbloqueada, mis dedos se

dejar un pequeño beso sobre la polla aún cubierta del presidente de la compañía Maxwell Electronic. Lo

rtar mi rostro para evitarlo; mis pequeñas manos comienzan a rodear el tallo de su enorme

al sentir la calidez de mi lengua en la piel sensible de su intimidad, sus manos penetran las

re abiertos, mientras que su respiración y sudoración me hacen percatarme de lo excitado que está. Mi l

otalmente sobre el suelo, y así tener una posición demasiado dolorosa para mí. Mis pechos ahora se se

mejillas y nudillos se encontraban rojizas por el placer que su cuerpo estaba sintiendo, de un momento a ot

rodearon mi cuello para llegar mucho más profundo, mis ojos se torn

, las lágrimas por la asfixia se deslizaron por mis mejil

or Maxwell tocó mis senos para así mover con mayor fuerza sus caderas contra mi car

esó desesperadamente mi cuello hasta llegar a mis pechos. Sus dedos deslizaron la tela

besarte, por favor…—Mordí mi labio inferior—, déjame besarte, por favor…—Negué ocultando m

Damián acariciara delicadamente mis mejillas. Sus

e gozar de tu cuerpo… Sé que aún no estás preparada para que

ntra los azulejos de la isleta de la cocina. Mi jefe bajó rápidamente mi braga para

mi boca cuando su pene quedó en medio de mis muslos. El líquido viscoso que brotaba de mí coño, hume

zona peligrosa. El tallo del pene de mi jefe rozaban exquisitamente mis labios vaginales, mis te

s para luego embestir con mayor brutalidad. Sus manos hundieron mi rost

garraron mis pechos para sacudirse con mayor fuerza contra mi cuerpo. Damián apoyó su fren

mo gelatinas, así que caí al suelo, mientras que de mis pi

s que te prepare algo de comer?—, mi ceño se frunció—. Vez a nuestra habitac

la f

Me encantaría que todos vieran mi creación, pero necesito cuidar

ombro mientras él empezaba a cortar algunas verduras para la pasta con un cuchillo. Suspiré profundo saliendo

el agua caliente se llevara consigo cada rastro del señor Maxwell de mi

se corri

ecido cabello y lo sequé rápidamente antes de salir de nuevo del cuarto de baños. Caminé un par de pasos con una toalla de algodón cubriero

retrocediendo cuando la vergü

iente con las pastas que había preparado, entre tanto acomodó un par de

u madre y los padres de su prometida…—Damián dejó caer el cubierto que

teléfono, p

z tosca, como si el simple hecho de r

endo mi deber como

ernas, Amelia, ¿Qué te hace pensar

El cubierto envolvió unos cuantos hilos de

, pregunté mirando a mi jefe directamente a los o

me

¿

salvajemente, —¿Quieres que meta mi

quiera, es que no es el momento y pues, ya me siento cansada por todo lo que le hiciste a mi cuerpo,

ate y

o; él no era el tipo de hombres que demostrara o se abriera fácilmente

uno de los dos se disponía el ir a la cama. Damián, leía en silencio

ra termina

gándome a dejar el

eñor Maxwell, tengo que term

para

mi espina dorsal,—La habit

rápidamente mientras corría hacia la entrada del cuarto y maldije al ver el no

ignific

nada, caminando pausadamente hacia la cama

eñor Maxwell!, hay personas de la empresa aquí, ¿Qué voy a

ido barrer todo mi cuerpo con su mirada—¿Es qu

sé que piensas que tengo la culpa de tu

faciales de mi j

unciona con otra mujer que no seas tú, ¿crees que

bitación para agarrar

n ese video te lo merecías, ¡¿crees que a

Qu

o, porque si tu polla sirviera, yo

eli

como yo, ¡Así que no me eches la culpa

mando su teléfono y pasando por encima de

ntido de haberle dicho todas esas cosas horribles al s

s que una de las recepcionistas del hotel me comunicó que el empre

que lo había juzgado de una forma muy dura, e i

ciudad, y con algo de dificultad las llevé hacia dentro del lugar. Hoy podía entrar un poco ta

pies comenzaron a moverse a ver que el el

as de

í, volví a presionar los botones de elevador

ó ahora colocándose

terna, —¿Qué quiere

la aparté de un solo golpe.—Vi en las noticias que ese

as se tam

que mi novio no

mento en que su mano rodeó con

se va a casar…—Un dolor fuerte se apoderó

ostumbre, los lunes la mayoría de inquilinos de el edificio

al verle intentar besarme a la fuerza, como pude golpeé con mi p

jar las escaleras, pero terminé chocando con alg

ban al ver a Mauricio a unos cuanto

ir mi cuerpo, y es que no me había dado cuenta que Charles i

que me enoje contigo, maldita sea!—Mi mentón comenzó a temblar al escuchar a Charles aproxima

o

todo lo que sufrí cuando me dejó repentinamente. Lloré incluso hasta dormirme y me juzgué al pensar que no era sufi

Quiero que te mueras de una maldita vez!—, mis manos lo empujaron—¿so

queó su golpe, para luego empujarlo hacia atrás. Mi

el castaño colocándose nuevamente se pie—, tus p

nto en que el abogado personal del señor M

lco que hiciste en la empresa de tu papá, si no quieres ir a la cárcel, lo

del abogado y pude respirar por fin cuando este mis

tás

preguntó

usando este uniforme viejo; el

rostro sobr

ico de mirada oscura sacó una pequeña caja de los as

de corrector en mis ojera

l parecer la tienda tenía promoción y me

asó un labial que él mis

sonri

giné viéndote u

se removió al sentir su m

espejo y aplicarme el lápiz labial qu

peiné un poco mi cabello, algunas recepcionistas nos quedaron vien

e almorcemos

iado raro e incómodo para los dos; y siendo honesta, ambos trabajábamos par

, más sin embargo ambos terminamos palideciendo al ver a nu

y aunque hubiese deseado que me mirara, realmente

de la compañía colocándose aún lad

me obligó

a la señorita Stew

ué carajos es

h, se me olvidaba, necesito que vayas a Washington por unos documentos en el bufete de abogados

cita con Amelia.—Dami

una cita de trabajo conmigo, recuerd

se volvier

e mi cita con Amel

comenzaron a mirarnos—, me traes los malditos papeles ahora mismo… Amelia…

la empresa, pero de repente mis pies se detuviero

o, mientras que Damián el izquier

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1 Capítulo 1 «Prefacio»2 Capítulo 2 ¡Mi jefe está gritando! 3 Capítulo 3 mi verdadera pesadilla… 4 Capítulo 4 ¡Voy a tener sexo todos los días con mi jefe! 5 Capítulo 5 No puede ser… 6 Capítulo 6 ¿Qué es lo que quieres 7 Capítulo 7 Damián mismo había elegido para mí. 8 Capítulo 8 Sentía que no podía respira. 9 Capítulo 9 El señor Mauricio está aquí con la policía… 10 Capítulo 10 Voy a hacerte el amor… 11 Capítulo 11 Estoy enamorado de ella, pero jamás podré decírselo…12 Capítulo 12 ¡¿Pero por qué ! 13 Capítulo 13 El video de Damián y yo se había filtrado en internet… 14 Capítulo 14 ¡No puede ser! 15 Capítulo 15 Nunca le dije donde estaba… 16 Capítulo 16 Damián está celoso y esta será su forma de vengarse. 17 Capítulo 17 ¡Amelia está en peligro! 18 Capítulo 18 ¿quién es tu mujer 19 Capítulo 19 ¡La voy a matar! 20 Capítulo 20 Amelia…21 Capítulo 21 Dios, ayúdame…22 Capítulo 22 Su cara me lo dijo todo…23 Capítulo 23 Te amo… 24 Capítulo 24 Alguien ya estaba detrás de mí. 25 Capítulo 25 un par de hombres que se quieren matar26 Capítulo 26 porque eres mi mujer… 27 Capítulo 27 Sin que nadie se dé cuenta… 28 Capítulo 28 Estoy a punto de perderlo todo… 29 Capítulo 29 Mauricio nos traicionó… 30 Capítulo 30 si algo sucede quiero que sepas que te amo… 31 Capítulo 31 No te muevas, hoy yo te haré el amor… 32 Capítulo 32 Mauricio le había disparado a Damián… 33 Capítulo 33 Claro que disparé…34 Capítulo 34 Celos, amor, sexo y mentiras…35 Capítulo 35 Carajo… 36 Capítulo 36 Damián, esto no te lo puedo perdonar… 37 Capítulo 37 Final38 Capítulo 38 Epílogo