Seduciendo al señor Maxwell
ítu
cita que tenía con el señor Maxwell esta noche. Miré rápidamente el reloj de pulsera que decoraba de una manera elegante y su
xwell Electronic. Hacía cuatro años que trabajaba para la compañía, entré a trabajar gracias a una amiga que también laboraba aquí, y a
e juntas. Su mandíbula se hallaba tensa, mientras que su ceño ligeramente fruncido me hacía darme cuenta que l
Damián era un jovencito sociable, sonriente y respetuoso que hacía sentir a todos en un ambiente cál
encima de mí, hoy llevaba puesto un conjunto azul marino que le hacía
s y definidas y ni hablar de su escultural cuerpo de Dios griego, lo ha
familia; si bien, Damián era el orgullo de su madre, pero también su dolor de cabeza, y es que al señor Maxwell le
rada seguía al frente, apenas entramos a su oficina, cerré con cuidado la puerta de la enorme habitación, el pel
mangas de la camisa que llevaba puesta hasta la altura de sus codos. Sus dedos penetraron las hebras oscura
reguntó arrugado sal
emoviendo mis pies de
e hizo doler el estómago—, ¿Qué es esa cosa que llevas puesto? —señaló mi cara mientras
ncié el nombre de la súper modelo con la que mi jefe sostenía una aventura, obligándole por primera vez a mirarme a los ojos—,
la oficina del presidente de esta compañía.—¡Si no traes a Rosaura esta noche al hotel Montecristo, date por despedida!—, mordí mi labio infe
sobre la misma posición que tenía dentro del lugar desde que llegué, mientras que mis manos
trabajar para Damián Maxwell era casi un infierno. Su temperamento fuerte y la forma tan ruin en
ncendieron mi coche mientras agregaba al GPS la dirección de la residencia de Rosaura Hilton. Al llegar al edificio Athenea, un grupo de h
a mujer. Miré una vez más mi reloj de pulsera y maldije al darme cuenta que faltaban tan solo
puesto un vestido rosado de látex que se ajustaba perfectamente a sus caderas y pronu
biendo un poco de coñac. —pe
una mesa pequeña de cristal. —Se te dará una villa comple
urbadora se dibujó en sus perfectos y carnosos labios, —¿Cuánto vale? —corrió h
cayó en teoría, la rubia se acercó para tocar la carpeta con los papeles de propiedad, p
idamente un esfero y firmó el do
peso de la ley… No tiene permitido llamarlo ni saludarlo, si por casualidad lo encuentra en un evento social donde ambos hallan sido convocados, solo ignórelo. No
odelos…—mi ceño se frunció,—escuché que la polla de Damián es
erré los ojos para volver a tomar mi post
léfono para marcarle al aboga
interestelar… No tenga contemplación y arruine su carrera para siempre…—Rosaura se tambaleó al escucharme hablar con el abogado del señor Maxwell, pero caminó detr
preguntó la rubia una v
asará a ti si lleg
**
tir por ser un viernes por la noche, se deslizo por toda mi garganta, impregnándose así con fuerza en todo mi cuerpo. El ritmo de la
junto a las chicas a la pista de baile. Mis amigas, al igual que yo trabajábamos para la compañía d
de un evento traumático que quebró su vida para siempre. Hace tres años, su hermano mayor y él viajaban hacia Tailandia con
adres de Damián y Daniel no podían pagar. La cuestión es que en un abrir y cerrar de ojos; aquellos sanguinarios hombres, asesina
a terapia, nada pudo ayudarlo a concebir el sueño. Había pasado esos cuatros días despierto, con
ras me rogaba que no dejara a su hijo solo como las demás secretarias que habían p
os chicos me quedan viendo, pero niego al ver
ue estás pe
ándome del t
jos para atraer h
con tanta fuerza Camila, logrando q
cinco años con Callum, el hombre con quien creía me iba a casar, y sin bien, a mis veintisiete año
ara el bastardo de mi jefe, lo único que he hecho es ayudar a mis padre
er nuestro propio hogar y algunos recuerdos sobre eso no son muy gratos. Sonrío al darme
trío de amigas se devuelve hacia la mesa para sentarse conmigo.—¡El señor Paul es un imbé
rlándose
uidar de nuestros jefes…—Agregué haciéndome a un lado
r a Damián Maxwell…—Murmuró Camila, l
en toda la discoteca,—Pasen un día con el diab
razo.—¿Es verdad l
—Tengo un contrato de confidencialidad, no p
rumor…—La castaña hizo una seña con sus manos como si estuviese midiendo algo, entre tan
nde y grueso?—Masculló
podría…—Le tapé
esidente de la compañía Maxwell Electronic, se verá en la obligación de deja
que las chicas d
ociferó Camila a
calmarse?—mis ojos se medio cerraron al ver como un chico moreno, de estatura promedio
me miraron rápidament
de…—Tiré el líquido al suelo, crucé
onces…—Las chicas se apartaron para invita
una mano tosca rodeo mi muñeca, atrayendo una vez más mi cuerpo hacia el a
e las personas aquí eran amables…—Por su apariencia delicada, la forma tan fashionista en
dic
dándome una vez más una copa con
levaba puesta y que traía desde mi trabajo, se subió un poco al re
o mucho tiempo, no he tenido sexo y ni siquiera me había dado tiempo para
sus dedos se hundieron en mi muslo. El moreno relamió sus
l sentir un apretón sobre mis nalgas. El chico de ojos color aceituna me atrajo hacia su cuerpo rápidamente; su mirada y la mía se conectaron y au
s ir a m
no. Sabía que si algo salía mal, iba a amanecer al día siguiente en alg
como esto; si bien, siempre fui ese tipo de chicas mojigatas que sus novios
mis muslos. De repente, mis amigas aparecieron, el alcohol comenzó a ir y venir y
culpa de mis movimientos torpes. Brandon, junto a Camila, Carla
suelo se esta
que no sé cómo carajos terminó en sus manos.—¡¿Sabes todo lo que tengo que hacer por tu culpa, gilipollas?!, ¡¿Por qué tengo que limpiar tu desastre?!, además, he t
zó a reírse
uien h
Brandon
artando al moreno de su camino—,
la polla!—Camila, Andrea y Carla gritaron en el instante en que un fallo en la electricidad de la discoteca h
asustadas al verme
gándome mi teléfono—, ¡El diablo
a la entrada de la discoteca para así cruzar la
eo, Amaranta!—Alejé el móvil
eo, señor
resentación con los accion
porativo para su revisión, parpadeé al sentirme un poco mareada por culpa del alcohol; ingresé a mi galería y envié el vide
perando en la entrada para volver a casa. Mañana debíamos trabajar
para nuestra seguridad. Luego de mi salida de la discoteca no volví a ver a Brandon
e de la compañía Maxwell Electronic se encontraba llena el día de hoy, as
el silencio abundó el lugar, pero
jefe!, ¡Mi jef