Seduciendo al señor Maxwell
Ãtu
stro se tornó rojizo, quizás al ver la actitud extraña de mi jefe para con ella. El presidente de la compañÃ
o?-Vociferó el anciano hombre con una voz pot
bras para expresar mi vergüenza, ¿podemos arreglar esto a puertas cerradas?-La
a despedir a los miembros de su familia y amigos cercanos-, si Damián no se casa con mi hija, haré
e mi empresa y la ruina de mi familia...-Me par
Bakker. Mauricio, el abogado y amigo cercano
l antes de que la prensa se entere
que sucedió?-él negó y maldije por lo bajo. El pelinegro jamás habÃa tenido una episodio tan drástico como este. Quizás haya sido el estrés d
.-Inhalé aire con fuerza-, oh, se me olvidó decirte, el señor Maxwell re
tras intentaba descifr
razones era culpa de él...-Negué mientras mis ojos se abrÃan por el asombro, ¡Imposible! D
or qué me humilló sabiendo que era inocente?, bufé para mà misma al recordar lo bastardo que podrÃa llegar a ser mi j
buscando mi teléfono-, quizás esté con una mujer, sabes que soy la única que permitirÃa entrar en su habitación,-sus ojos s
dÃas llegaba con una mujer diferente a sus instalaciones, me hicieron una pequeña reverencia mientras que un pa
o despejar mi mente, pero otro ruido grotesco me obligó a abrir la puerta con demasiada violencia, más sin embargo me arrepentà rápidamente al ver una mujer
e encontraba sentado y medio desnudo-¡¿Qué me pasa?!-Sus ojos se abrieron mientras que sus manos tiraron con violencia y salvajismo las h
ntentan mantenerlo estable; por eso siempre intento tener su medicamento a la mano por si algo como esto se llegase a presentar en cualquier moment
o puedo dormir!-gritó tan fuerte que las venas de su garganta comenzar
jos se abrieron con exageración
mento del cajón del nochero. Mi jefe agarró rápidamente un vaso de agua
se hallaban pálidos y las ojeras de su rostro se veÃan visibleme
é mi teléfono y envié un mensaje de texto a la clÃnica para apartar
a el edificio, Damián jamás habÃa tenido un episodio tan fuerte como él de hoy en
mo e
io por un par
ó el episodio de ansiedad, ¿cre
igándome a mirarle rápidamente-. Tus papás se llevaron tu coc
st Village...-Mauricio sonrió ampliam
sde hace m
n tan larga con el abogado personal de mi jefe. Es más, casi nunca tenÃamos que saludarn
l señor Maxwell dijo que debÃa conseguir un a
e con su mano libre tocaba libremente su mentón. Un susp
fugazmente para acto seguido volv
h.
mi pregunta.-Pronunció esbozando una en
biente estaba demasiado t
ver
se ilum
o esto porque me vay
isa se
ara de ps
enó su coch
dà mi labi
a reÃr a carcajadas sonoras que llenar
la del copiloto y no dudé en tomar
stal de la enorme ventana de mi conjunto residencial, a Mauricio, apoyando en el capó de
cia mi hogar y cerré l
jos habÃa
**
ue ya amaneció. Desde el dÃa sábado no tenÃa noticias del señor Maxw
dientes. Miré el calendario que se encontraba colgado en la puerta de madera del cuarto de lavabos y sonreà al perc
mo es lunes, el trafico en la mañana de New York estaba vuelto un
rmurar cosas a mis espaldas, más sin embargo quise ignorar
l llegar a mi piso. Todos estaban corriendo de un lado hac
regresara hacia el elevador, pero
-Hubo un silencio hasta que los ojos
a latir desbordado
-Vociferó deman
uerta detr
-, ¿Sabes todo lo que he tenido que pasar por tu culpa?-gruñó para luego golpear con fuerza su escritorio. Las fosas nasales de su nariz se hallaban anchas por la ira q
or Maxwell, aflojó salvaje mente su corbata para l
amiento, que tuve que retroceder inmediatamente-, señor, yo le juro que intenté convencerla, pero hoy me ha devuelto la propi
espalda contra la pared de su oficina. Mi cabeza empezó
traño que jamás habÃa presenciado en este lugar. Antes de este momento, el señor Maxwell ni siquiera me miraba a la cara, solo me encargaba de cumplir con
de la nada, cuando antes, todas se peleaban por un poco de atención por parte del magnate. Algunas secretarias corrieron el rumor que Damiá
s y cristalinos y esos labios carnosos mezclado con sus brazos fuertes y esa estatura colosal que podr
ualquier mujer que el desease, pero... ¡Yo lo odiaba!, habÃa pasado tantas cosas horribles por su culpa y ni ha
rse de su lujuria!, en sus treinta y seis años, jamás se le ha visto salir con alguien, y aunque su
well era tan grande, que ahuyentaba cualquier jovencita de sociedad que quisiese establecer una relación con él; y si bien, luego de aquel rumor algo bizarro, muchas mujeres oportunistas y de
de decir, se
entar escapar de él, pero su agarre se volvió mucho más firme,-«¡Espero que al señor Maxwell jamás se le vuelva a parar la polla!»-u
e en un momento de descuido y borrachera con mis amigas, lancé un par de palabras en contra de mi jefe sin darme cuenta que habÃa sido grabada por
que todo lo que dije se volvió real-, ¿No se te para?-Maxwell miró para todos lados mientras me tapaba la boca con ag
r una punzada de dolor que golpeaba con movimientos torpes mi barriga. M
s la única que m
estoy entend
una erección...-Ataqué mor
nio riéndose de mÃ, luego de que el poderoso Damián Maxwell, no pudo parar su enorme amigo...-quise reÃrme, pero no pude hacerlo.-No entendÃa lo que sucedÃa, intenté masturbarme, pero no funcionó... Llamé
ñor
sabÃa que estab
l solo escuchar tu voz al reproducir el video que por accidente me enviaste, algo sucedió... M
nas flaq
ere decir
firmado y legal, en donde las partes se comprometÃan a saciar las necesidades del otro por un bien común. Dinero y sexo. Da
con él, fue grosero y un completo bastardo
s ojos se
itió mis
o, no voy a tene
udor que comenzó a deslizarse por su piel.-Te daré cualquier cosa que me pidas
tura traumática que tuve con mi novio de cinco años, las cosas no estab
a para obtener lo que quiere, sus ojos se abrier
rmano menor entró
ldi
ratas d
a una lástima que los logros de tu hermano de
sta
o el sexo para
ró la boca
sabes
hora estaba en
ciona... Es por eso que tienes sexo hasta cansarte... Eres asà desde que tuviste el accident
có la puerta de su oficina, pero terminó marchándose al escuc
ó chocando su espalda contra el
ar con una c
l borde de su escritorio al
enamorart
xo todos los dÃ