Para que entiendan un poco la historia comenzaré contando todo lo que he venido viviendo, mis fracasos amorosos, las situaciones engorrosas buscando trabajo, entre otras cosas.
Soy Claudia Martínez una mujer de 28 años proveniente de Francia, luego de estudiar y graduarme de la secundaria mi mayor sueño era viajar, trabajar en una prestigios empresa y conocer al amor de mi vida, con el cual me casaría y tendríamos hijos... Tristemente la mayoría de estas cosas no se me habían concretado, a mis 28 años vivía alquilada con mi mejor amiga Abril Walker, no tenia ni un dolar para viajar, pero lo que si tenia era al amor de mi vida con el cual tendría mis hijos.
Claudia les comentó lo principal que deberían saber para ubicarnos en el contexto de la historia, ella era una chica de muy pocas palabras con las personas que apenas conocía además era algo asocial, no le gustaba salir de su habitación, solo hablaba con su novio el cual era supervisor en una importante empresa de la ciudad este se llamaba Daniel Parker.
Daniel era el típico hombre machista que le gustaba a las mujeres, aquél que les mandaba a hacer la comida, aquel el que en una pelea o en un enojo las insultaba entre otras cosas. El principio de esta historia empieza en la casa de Daniel, el era un hombre muy lindo alto de 1,83 cm su cabello era rubio y ojos verdes, cualquiera al verlo se enamoraba de el pues realmente su físico era muy lindo, además de que tenía una buena posición social, no era rico pero vivía solo, tenía su automóvil y uno que otros lujos.
Claudia no sufría mucho por celos, realmente era una chica muy despistada y además de que le tenía mucha confianza en su pareja.
Daniel paso por el edificio en dónde vivía Claudia y al llegar allí saco su teléfono del bolsillo y rápidamente marco su número, Claudia comenzó a escuchar el sonido de su teléfono mientras hacia limpieza en donde vivia actualmente al mirar que se trataba de su novio está rápidamente contesto la llamada y emocionada le dijo:
— ¡Hola amor! ¿Cómo estás? - enseguida soltó su escoba y se sentó para hablar con su novio.
Daniel con su sonrisa perfecta mientras miraba otras chicas rápidamente le respondió:
— ¡Estoy súper bien princesa! Te pase a buscar para que me acompañes a hacer unas compras al súper mercado y luego ir a ver una película en mi casa ¿Te parecería? Y si no te parece pues debes bajar porque ya estoy aquí.
Claudia se levantó de las silla y se acercó al espejo a mirarse, está estaba algo desarreglada y además se encontraba con su pijama pero todo para complacer a su amorcito así que rápidamente le respondió:
— ¡Claro que me parece dame unos minutos y bajo! – Claudia comenzó cambiarse el pantalón que tenía y se colocó un jeans, se dejó su sudadera toda ancha y medio se peino, no quiso ni echarse maquillaje ni nada en la cara así que rápidamente abrió la puerta de su habitación al abrirla su amiga Abril venía llegando y le dijo:
— ¿A dónde tan apurada? ¿Vas a salir con el cretino de Daniel?
— No es ningún cretino –le lanzó malos ojos por el comentario–, y pues si, me invitó a su casa así que no me esperes no creo venir hoy. – rápidamente esquivo el cuerpo de Abril para salir del apartamento.
— Hey, hey – agarró fuerte su mano para detenerla– recuerda lo que te dije, Daniel se ve con otras chicas en su trabajo, ya nos lo han dicho varias personas, está atenta a todos sus movimientos, sácate ese chip que tienes de que es un ángel y desconfía de él en todo lo que haga. – Respondió Abril.
— Tranquila, estaré atenta al más mínimo movimiento de él, te quiero linda. –acercó su cachete para así despedirse de su amiga Abril y rapidamente comenzó a bajar las escaleras para llegar a la salida.
Al estar a fuera vio estacionado el carro de su novio Daniel afuera y se acerco a este para así saludarlo rápidamente, está al estar frente al automóvil se dirigió a la puerta del copiloto y llevo sus manos para abrirla pero antes de decir nada su engreído novio rápidamente le dijo con un tono de voz todo creído y muy superficial:
— ¿Así vas a ir vestida? ¿Enserio no pudiste colocarte otra cosa? – este giro su mirada en forma de disgusto.
Claudia al escuchar lo que este le estaba diciendo realmente agachó la cabeza y con una voz muy débil y apagada respondió:
— Pues no pensé realmente bien y pensé que no te parecería mal, discúlpame amor, además como solamente iremos al supermercado y a tu casa por eso no me arregle.
Este golpeó levemente el volante de su automóvil y respondió de forma hostil y agresiva:
— No lo digo por un mal amor, solo que cuando salgas conmigo debes de arreglarte y verte lo más linda posible, eres hermosa pero créeme que verte arreglada me causa mucho más morbo y me gusta verte de esa manera.
Claudia se quedó callada, esta era muy sumisa en sus relaciones pues siempre fue criada de que el hombre era el dominante de la relación y la mujer la dominada y sin decir más nada siguió con su cabeza agachada hasta llegar al supermercado.
Mientras compraban en el supermercado Claudia vio como Daniel no apartaba su mirada de su teléfono y la sonrisa en su rostro siempre se colocaba cuando se encontraba mirando el teléfono, cuando veía a Claudia su mirada era neutra y muy apagada hasta que le llegaba un mensaje.
Estos se encontraban ya cancelando su compra cuando de repente llega un mensaje al celular de Daniel, estos se encontraban uno alado del otro pagando las cosas, Daniel sin pensar saca su teléfono del bolsillo y al mirar de quién era este nuevamente sonrió y rápidamente abrió el chat, Claudia vio el cambio de actitud y por curiosidad cero celos está le dijo:
— ¿Con quién hablas amor? –se acercó hasta el teléfono de su pareja.
Daniel al escuchar esto y ver que su novia se acercaba a él su reflejo fue mayor y rápidamente quitó el celular y le dijo:
— ¡Estoy hablando con unos amigos del trabajo! –Frunció el ceño y suspiro para luego con su voz hostil susurrando decir– ¿Por qué tan celosa? Hablamos en el auto.
Claudia no entendía que estaba sucediendo realmente no estaba siendo nada celosa, solo fue una pregunta normal, pero al parecer este tenía algo que esconder, luego de terminar de hacer las compras ambos rápidamente con el carrito del supermercado se acercaron a el automóvil de Daniel.
Luego de unos minutos Claudia entro también al automóvil y se encontraba algo nerviosa pues no sabía que mal había hecho para que su novio dijera eso en la caja de pagos.
Daniel al ver a Claudia ya el el carro suspiró y llevo sus manos con furia hasta su cara en dónde con ellas apretó su rostro en forma de mostrar el enojo que cargaba para luego golpear fuertemente él volante y casi que gritando este dijo:
— ¿Cuál fue ese ataque de celos que te dio en el supermercado? ¡¿Acaso ahora no puedo hablar con mis amigos por qué te dan celos?!
Claudia arrugó su cara y respondió a esto de forma sumisa: