icon 0
icon TOP UP
rightIcon
icon Reading History
rightIcon
icon Log out
rightIcon
icon Get the APP
rightIcon
Juanita La Larga

Juanita La Larga

icon

Chapter 1 No.1

Word Count: 1568    |    Released on: 30/11/2017

tenía su mayor fuerza, lugar que nosotros designaremos con el nombre de Villalegre. Esta rica, aunque peque?a población de Andalucía, estaba muy floreciente ent

í tenían voto estaban tan subordinados a un grande elector, que todos votaban unánimes y, según suele decirse, volcaban el puchero en favor de la perso

s le citaba como prueba y ejemplo de que la fortuna no es ciega y de que concede su favor a quien es digno de é

elio o un Trajano; pero como vivía en Villalegre y en nuestra edad, se contentó y se aquietó con ser el cacique, o más bien

los grandes soberanos han tenido un ministro favorito y constante, sin el cual tal vez no hubieran desplegado su maravillosa actitud ni hubieran obtenido la hegemonía para su patria, don Andrés Rubio tenía tamb

, ágil y recio, con poquísimas canas aún, atusados y negros los bigotes y la barba, muy atildado y pulcro en toda su persona y tra

i lastimar al prójimo, y por hábil narrador de historias, porque conocía perfectamente la vida y milagros, los lances de amor

y tres doctores en Derecho, eran abogados Peperris, o sea, de secano, todos acudían a don Paco, que rábula y jurisperito, sabía más de leye

r o nombrar, le estaban sometidos y devotos, y como no entendían de reglamentos ni de disposiciones legales sobre administración y hacienda, don Paco era quien repartía las contribuciones y lo disponía todo. Cuidaba al mismo tiempo de la limpieza de la villa, de la conservación de las Casas Consistoriales y demás edificios públicos y del buen orden y abastec

quebraba y había que matarla, lo que es los sesos, la lengua y lo mejorcito del lomo no se prese

fanega y cinco celemines; pero como allá en lo antiguo había estado el cementerio en aquel sitio, la tierra era muy generosa y producía los garbanzos más mantecosos y más gordos y tiernos que se comían en toda la provincia, y en cuya comparación eran balines los celebrados garbanzos de Alfarnate. Poseía también don Paco quince aranzadas de olivar, cuyos

on más de veinte pipas entre chicas y grandes. Para llenar las pipas y las tinajas era don Paco due?o de un hermoso majuelo, que casi tenía seis fanegas

has gallinas, y con patio enlosado y lleno de macetas de alba

tecilla falsa que había en el corral. En suma, la casa era tal y tan cómoda y se?oril, que si la hubiera alquilado don Paco, en vez de vivirla,

errible contra: la dependencia de don Andrés Rubio, dependen

de voluntad enérgica y de incontrastable poderío a quien sirven y de cuyo capricho y merced están como colgados. Don Andrés Rubio había, digámoslo así, hecho a don Paco; y así como le había hecho

anto por prudencia previsora, le servía con la mayor lealtad y celo y procuraba complacerle siempre. Don Paco, sin embargo, no recelaba

Claim Your Bonus at the APP

Open