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Mi destino eres tú

Mi destino eres tú

Dallana perez

5.0
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40
Capítulo

Es la historia de dos jóvenes que se odian desde que eran niños, después de ocho años sin verse al volver a encontrarse sienten una atracción sin saber quiénes son, cuando lo descubren comienzan con un juego que se convertiría en una obsesión de parte de Alexander, pero ella quiere evitar con todas sus fuerzas caer en manos de un hombre que por su físico cree tener a todas las mujeres a sus pies, por tal motivo se obseciona de tal manera con ella que la obliga a casarse con él, pues los padres de Juliana son personas humildes que trabajan para la familia de Alexander, el padre guarda un oscuro secreto y de eso de aprovecha Alexander y lo obliga a darle en matrimonio a Juliana, juntos descubrirán que es un verdadero amor, pero para eso pasarán por muchas pruebas y rivales del pasado y ahora presente que quieren acabar con ese amor.

Capítulo 1 El reencuentro

POV JULIANA

Voy camino a mi colegio, uno de los choferes de la casa donde trabajan mis padres me llevan y traen del cole, los señores Roig así lo decidieron, ellos son muy amables y buenas personas conmigo, siempre me han tratado como un integrante más de su pequeña familia, me pagan los estudios en uno de los mejores colegios de España, por ese motivo me esfuerzo mucho por ser la mejor de mi clase, aplique para una beca y me la gane, podre estudiar lo que siempre he querido, seré una gran empresaria, estudiare gerencia empresarial, así hare que mis padres y los señores se sientan muy orgullosos de mí.

Este es mi último año, solo faltan unos días para graduarme, eso me pone muy feliz, además mañana cumplo dieciocho ya seré responsable de mí, estoy pensando en conseguir un trabajo de medio tiempo para pagar mis propios gastos.

Llego a mi salón de clase.

—Buenos días—saludo cordial, me ubico en mi lugar

—Hola Juli ¿Cómo estás? —pregunta mi mejor amiga

—Hola Andrea—saludo con un beso en la mejilla

—¿Estudiaste para la evaluación final? —indaga

—Claro, sabes que tengo que sacar un diez si quiero conservar mi beca.

—Si es estúpida mi pregunta— se ríe Andrea.

Llega como un terremoto Mateo a cargarme

—Suéltame, bájame—exijo

—¿Hola mi Juli, hoy si aceptas salir conmigo? —inquiere

Mateo es uno de los chicos más guapos del lugar, cree tener rendidas a todas las mujeres a sus pies, pero como no ha podido conmigo, siempre me está molestando, hasta Andrea esta derretida por él, pero aun ella no ha conseguido nada, yo jamás me metería con un hombre mujeriego, y menos le haría algo como eso a mi mejor amiga.

—No Mateo, no puedo, tengo una cita con Santiago ¿después ok? -señalo

El me mira confundido y se va.

—¿Santiago es enserio? —cuestiona Andrea

—No es cierto, solo lo dije para zafarme de él

—¿Y tenías que meter a Santiago Acaso no sabes que él se muere por ti, que está muy enamorado? -indica

—No digas bobadas Santiago es como un hermano para mí, jamás lo vería con otros ojos.

—Porque no aceptas a ningún chico, no te entiendo, eres muy hermosa y todos quieren contigo, que pasa—interroga

—Nada, es que soy una romántica empedernida, quiero esperar al hombre perfecto para mí, algo distinto a todos los demás, un chico único, quiero una relación diferente, no quiero algo común —explico.

Las clases toman su curso, todo sale bien, pude contestar todas las preguntas de mi evaluación sin ningún inconveniente.

Voy camino al estacionamiento, Jacobo me está esperando.

—Espera Juliana—expresa Santiago

—Dime, ¿pasa algo? —Indago

—Como dijiste que teníamos una cita ahora, tendrás que acompañarme a la bienvenida de mi primo Alexander

—No por favor, sabes que desde pequeños Alexander y yo no nos soportamos, ahora el tener que verlo todos los días ya me está matando, no me pidas eso—suplico

—Pues es eso o darme un beso—advierte

—Está bien de todas maneras tendré que estar en esa bienvenida, ¿vivo en su casa no?

Me despido de Santiago, saludo a Jacobo y subo al auto, vamos camino a casa no paro de pensar en lo que me espera esta noche con la llegada de Alexander, ya han pasado ocho años desde la última vez que lo vi, él tenía diecisiete años cuando se fue a estudiar al extranjero y yo era una niña de solo diez años, todos los días el me pegaba, me jalaba el cabello, me hacía bromas.

Llega a mi mente la vez que me embarró todo el cabello con miel, mostaza, mantequilla de maní y chicle, a mi madre le toco cortarme el cabello y quede como un hombrecito con el cabello muy corto, ese día fue uno de los peores días para mí, después de eso él me decía de apodo Julio, el solo recordar su voz diciéndome así me pone los pelos de punta de la ira.

Llego a casa y todos están corriendo de un lado a otro, arreglando todo para la fiesta de esta noche.

—Hola mami, —saludo dejando un beso en su mejilla

—Hola hermosa ¿qué tal tu día, como te fue en el colegio? —indaga

—Bien, sé que me fue bien en las evaluaciones finales

—A mi princesa siempre le va bien—expresa mi padre con orgullo

—¿En qué le les puedo ayudar? Veo que ya casi está todo listo—expreso

—Ya estamos terminando, mejor ve y arréglate, la señora Renata nos pidió que estuvieras presente, te dejo un regalo en tu cama, dijo que era para esta noche, así que date prisa por favor.

Obedezco y me retiró a mi habitación, la señora Renata están especial con nosotros, que para mí es como parte de mi familia, por ese motivo me esfuerzo en el colegio, para retribuir con algo todo lo que me dan, ellos quieren que cuando termine mis estudios trabaje con ellos en su empresa, esa familia es muy buena, claro con excepción de su hijo, ese hombre es una maldita pesadilla.

Estoy terminando de arreglarme, el vestido que me regalaron los señores Roig es hermoso, aunque un poco descotado para mi gusto, pero eso es lo que se usa en fiestas como esta, termino de retocar mi maquillaje, mi madre me avisa que Santiago me espera en el jardín, pongo algo de perfume, me miro por ultima vez en el espejo, salgo alegre con el resultado.

Llego al jardín, veo como Santiago me mira de arriba abajo, no sé por qué motivo me sonrojo, él se ve muy apuesto con su traje formal.

—Estas, tan hermosa, que seré la envidia de todos en este lugar—dice y deja un beso muy cerca de mis labios.

—No digas bobadas, tú también te vez muy bien—señalo y le regalo una pequeña sonrisa.

—¿Vamos, o nos quedarnos aquí? La verdad no me molestaría quedarme observando tanta belleza—expresa

—Mejor entremos de una vez, al mal paso darle prisa—digo

—No lo tomare personal, porque entiendo por quién lo dices—señala con las manos, lo tomo del brazo y entramos a la mansión.

Todos quedan mirándonos, me siento algo incómoda para ayudarme a sentir segura Santiago me toma de la mano dándome pequeños apretones para que sepa que él está ahí por si lo necesitó.

—Mi niña, te ves hermosa, ven conmigo te quiero presentar a unos amigos—pide Renata.

—¿Amigos les presento a mi ahijada Juliana Ortega, es divina cierto? -interroga a sus amistades.

—Mucho gusto—digo cortes. Todos se acercan a saludarme, Santiago me presenta a unos de sus familiares, ellos creían que era su novia, para no hacerlo quedar mal dije que estamos saliendo.

Me dirijo al baño, le pedí a Santiago un momento, busco a mis padres, pero no los veo por ningún lado, tal vez están en la cocina—pienso

Entro al baño, retoco mi maquillaje, escucho a unas mujeres hablar muy entusiasmadas de Alexander, si está en el lugar, gracias a Dios aun no lo veo.

Salgo del baño y Santiago no aparece, me siento en una mesa, saco mi celular y reviso mis mensajes.

—Buenas noches señorita, una mujer tan hermosa como usted no tiene por qué estar sola—señala un hombre muy apuesto, parece un príncipe de cuento de hadas.

—No estoy sola, mi amigo esta por ahí—señalo

—Me permite bailar con usted esta canción—indaga

—Está bien—acepto.

Bailo con ese chico, el no para de mirarme, produciendo un escalofrió por todo mi cuerpo, la canción es algo lenta, así que me toma por la cintura, su tacto hace palpitar mi corazón como nunca nadie lo había hecho, sentir su aliento muy cerca de mí me extrémese, aspirar su aroma es algo delicioso, no sé quién es este hombre que logra tantas sensaciones en mí.

La canción termina muy rápido, o eso es lo que piensa mi subconsciente, el me acompaña a la mesa.

—Ha sido un placer bailar con la mujer más hermosa del lugar—dice y me guiña el ojo.

Me sonrojo rápidamente.

—Gracias por sus alagaos, pero la verdad me hace sentir algo incomoda—explico

—No tiene por qué sentirse así, es usted muy hermosa, creo que todos en este lugar lo hemos notado, pero hay algo que quiero hacer, ¿me acompañas al jardín? -pregunta

No sé por qué no puedo decirle que no y acepto como una idiota hipnotizada.

—Ok. Salimos rápidamente, él me toma de la mano, llegamos a mi lugar favorito del jardín, pareciera que conociera la casa, porque este lugar es muy apartado y no todos saben de este sitio.

El me invita a sentarme a su lado.

—¿Dime que es lo que querías hacer que me trajiste aquí? —indago

Él se acerca a mi lentamente, esta tan cerca que puedo sentir su aliento en mis labios, cierro los ojos instintivamente, puedo sentir sus labios tocando los míos, nos damos un beso lento, suave, puedo saborear sus deliciosos labios, es un beso tan dulce que para mí se detuvo el tiempo en ese momento.

Reacciono a lo que estoy haciendo y lo empujo.

—¿Qué pasa, porque me empujas? -dice un poco alterado

—Esto no está bien, ni siquiera te conozco, y jamás había besado a alguien, no puede ser que mi primer beso haya sido con un desconocido—expongo alterada

—No te hagas la santurrona conmigo bien que te gustó—expresa con arrogancia.

Veo que este chico es un imbécil, no entiendo por qué primero me trató bien y ahora reacciona de esta manera, —creo que es un hombre bipolar

—Como te atreves a hablarme así, eres un idiota—señalo

—Pues este idiota logro besarte y sé que también en poco tiempo te tendré en mi cama—dice con egocentrismo

Le doy una cachetada y me voy del lugar pensando como pude ser tan idiota y hacer algo como eso, ese hombre es una porquería.

Llego al salón donde están todos esperando para hacer un brindis, Santiago se acerca a mi preocupado, detrás de mi entra el imbécil ese.

—¿Pasa algo, me tenías preocupado? —indaga

—Después hablamos—le digo

Renata me llama a su lado.

—Es para mi motivo de orgullo, de felicidad estar hoy aquí con mi ahijada y mi hijo, dos chicos muy inteligentes y aplicados que están empezando una nueva etapa en su vida, Juliana este año se gradúa del colegio con las mejores calificaciones a nivel nacional, y mi hijo Alexander de la universidad, ahora se hará cargo de la empresa familiar, brindemos por ellos—señala

Me toma de la mano y con su otra mano toma al imbécil de la mano, mi corazón late rápidamente, creo que se va a salir, ambos nos miramos aterrados por lo que acabamos de descubrir, no puedo creer, que él sea Alexander.

Salgo corriendo del lugar, llorando de la rabia, no puedo creer que mi primer beso haya sido con Alexander—maldita sea, maldita sea, digo una y otra vez.

Lloro sin tener consuelo, —ese maldito seguro sabía que era yo, por eso lo hizo para fastidiarme.

Llega Santiago angustiado, no pude contarle lo que paso, siento vergüenza, pero rápidamente pienso no darle gusto a Alexander de fastidiarme la noche, tengo un plan y lo llevare a cabo ahora mismo.

Entro tomando la mano de Santiago, el que nos viera pensaría que somos novios, y eso le hare creer al idiota ese, le daré en su ego de macho.

El me queda mirando con una sonrisa en la cara, se siente triunfador, pero en instantes lo hare sentir miserable.

—Hola primo—dice Alexander acercándose a nosotros

—Hola—contesta Santiago

—¡No me digas que te volviste homosexual! —dice de forma burlesca

—No, no soy homosexual, ella es…

—Soy su novia—digo rápidamente

—Por ese motivo lo digo, ¿cómo puedes ser novio de Julio? —chancea

—Ja eres un idiota—digo

—No me digas así mocosa—expresa

Tomo a Santiago por sorpresa y lo beso con pasión, lo beso descaradamente, el corresponde sin pensarlo.

—Amor, gracias por este beso, esto si es un beso, es que ahora en el jardín un idiota me beso a la fuerza, besaba tan mal que me dieron ganas de vomitar, necesitaba borrar esa porquería de mis labios y mi mente, gracias a ti lo conseguí—digo de forma coqueta y dejo otro pequeño beso en la boca de Santiago.

Alexander me mira con desprecio y se va.

Me siento triunfadora—¿Quién gano ahora imbécil? —pienso

—¿A que te referías con que un idiota te beso a la fuerza, dime quien es? Golpeare a ese maldito ahora—explica con desprecio

—Déjalo, no vale la pena—señalo

Santiago no entendió lo que paso ahora, pero se siente muy feliz, espero no halla malinterpretado las cosas porque no quiero hacerle daño.

La fiesta se acaba, veo que el idiota de Alexander no ha parado de mirarme, veo odio en sus ojos, si las miradas mataran estaría tres metros bajo tierra.

Acompaño a Santiago a la salida, Alexander esta despidiendo a una chica, ella lo besa como si no hubiera mañana, él me sonríe, pero se que quiere fastidiarme, me despido de mi amigo con un pequeño beso en la mejilla, él me mira confundido.

—¿Qué pasa, ahora ya no me necesitas? —indaga

—No me malinterpretes, es solo que…

—¿Crees que no me di cuenta? No soy un idiota ¿sabes?

—Perdóname, es solo que no quería dejarme de tu primo, siempre quiere fastidiarme, y yo solo quise darle una lección, no todas las mujeres se mueren por él.

—Es que tu crees que le gustas, cierto

—No, pero quiso sobrepasarse conmigo, él no sabia que yo era Juliana y yo tampoco que era Alexander nos dimos un beso y no te puedo negar que al principio me gusto, pero después se comportó como un patán y demostró lo que realmente es, un imbécil machista —explico

—Tranquila, te entiendo, pero no puedo negar que tu me gustas mucho y que ese beso fue muy especial para mí. No te preocupes tengo claro tu punto de vista acerca del amor, pero quiero que me des la oportunidad de enamorarte, de que me dejes pretenderte, eres la mujer más hermosa tanto física como del corazón que he conocido, dame la oportunidad de enamorarte porfa— expresa Santiago

Sonrió, pero no le digo nada, no se que pensar de esto, siempre lo he visto como un gran amigo, como un hermano, pero no puedo y no quiero lastimar sus sentimientos.

Dejo un beso corto en sus labios y me entro a la casa, él se marcha feliz, me voy directo a mi habitación, la señora Renata me dio una habitación en la mansión, al igual que a mis padres, ella dice que nosotros somos miembros de esta familia.

—Hola Julio, ¿tan rápido se fue tu novio, o eres tan aburrida que lo cansaste? —interroga

—Eso es algo que a ti no te importa, no te metas en mi vida

—Hay por Dios, ¿quién querría meterse en tu patética vida? Niña no te creas la gran cosa, eres una mujer tan insignificante, que creo que lo que das es lastima—expresa con arrogancia

—Tus palabras para mi son algo sin importancia, si querías lastimarme, no lo lograras, tu para mi eres un cero a la izquierda, lo siento por ti, eres tan patético.

—Este patético, te acaba de dar tu primer beso, ¿o crees que no te escuche? y te daré otro mas —dice y me toma a la fuerza, pones sus labios en los míos, para besarme, lo hace con tanta fuerza que se me es imposible zafarme de él, cojo sus labios con fuerza y lo muerdo, puedo sentir su asquerosa sangre en mi boca.

—¿Qué hiciste estúpida? como te atreves a morderme de esa manera.

—Te lo merecías por atrevido, acaso no puedes entender que me das asco, para mi eres lo peor de este mundo, y si te di mi primer beso, pero ese fue el ultimo también, ya que con un hombre como tu jamás, escúchalo bien, JAMAS ESTARIA.

¿entiendes, o tu cerebro no da para tanto? —digo furiosa

—Te juro, que tu serás mía, y si te di tu primer beso también seré el primero en tocar ese cuerpo, aunque he visto mejores—dice y se entra a su habitación.

Entro a mi habitación maldiciendo—te odio —digo fuerte, ese tipo, es lo peor que puede existir, no entiendo cómo puede haber alguien tan detestable como este hombre, no se parece en nada a sus padres, ellos son tan lindos, todo lo contrario, a su hijo.

Entro al baño en busca de mi pijama, me cambio cepillo mis dientes y salgo camino a mi cama.

—Que pijama tan dulce, ¿es enserio, vacas, o son perros? Acércate lo descubro—señala Alexander.

—¿Qué haces en mi habitación, y peor aun que haces acostado en mi cama? Salte ahora mismo.

—No te hagas la estúpida, sabes que te dije que serás mía, y seria genial que fuera hoy mismo, no te parece ¨romántico” el día que besaste por primera vez también tuviste sexo y con este bombón antes deberías estar agradecida, no todas tienen ese privilegio.

—¡HAY COMO TE DETESTO, SALTE DE MI HABITACION! - grito y lo saco a empujones de mi cuarto, el solo se ríe.

—Esta bien Julio, hoy no será, pero pronto tu rogaras por que te haga mía, lo dice pegándome fuerte a su cuerpo, nos miramos a los ojos, por unos segundos.

Me safo de su agarre y entro corriendo a mi habitación, no se que me paso, quede como una idiota mirándolo, no puedo negar que es un hombre muy guapo, que tiene unos ojos tan profundos, se nota que ha sufrido, me voy a mi cama pensando en que fue lo que le habrá hecho perder el brillo en su mirada, porque años atrás lo tenía, pero ahora hay tristeza en ella, una agonía profunda, que para mi lo disimula siendo insoportable, aunque siempre lo ha sido.

—¡HUYYY CUANTO TE ODIO ALEXANDER ROIG!...

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