Un Amor que Trascendió Dos Vidas

Un Amor que Trascendió Dos Vidas

Gavin

5.0
calificaciones
15
Vistas
14
Capítulo

El metal retorciéndose fue la última sinfonía de mi perdición. Cuando abrí los ojos, el dolor y la confusión me asaltaron: un accidente, un zumbido distante y la lluvia lavando el gris del cielo. Mi hermano, el que juró protegerme, me abofeteó sin preguntar si estaba viva. "¡Sofía! ¡Mira lo que hiciste!" su grito fue un trueno. Mis padres corrían hacia Clara, la "hija verdadera" , mimándola por un rasguño, mientras yo, la "falsa Sofía" , agonizaba atrapada entre los restos del auto, con una pierna destrozada. Fernando, el hombre que amaba, me ignoró, y Ricardo, su guardaespaldas, me arrastró a una caseta abandonada, riéndose de mi pierna rota. "¿Un doctor? Deberías dar gracias de que te dejo respirar." Morí sola, desangrándome, con mi último aliento ignorado por Ricardo para atender una llamada de Fernando, preocupado por Clara. ¡Qué increíblemente ingenua fui al pensar que podría reescribir mi destino! Ayudé a Fernando a construir un imperio, creí que éramos nosotros contra el mundo. No entendí que solo fui una herramienta, un boleto para la felicidad de Clara. Ahora, flotando como un fantasma sobre mi propio cadáver, veo cómo Ricardo, con calculada frialdad, disfraza mi muerte como una fuga, inculpándome de todo. Escucho a Fernando, furioso, jura destruirme. Pero yo ya estoy rota, y mi castigo llega demasiado tarde. El "Collar Estrella del Desierto" , nuestro símbolo, ahora adorna el cuello de Clara como una burla. Me oculto en la oscuridad de mi propia conciencia, esperando a que la verdad, tan fría como mi cuerpo, salga a la luz. Fernando, tú has jurado volver por mí. Y cuando lo hagas, te enfrentarás a una verdad gélida y despiadada que te perseguirá por el resto de tu vida.

Introducción

El metal retorciéndose fue la última sinfonía de mi perdición.

Cuando abrí los ojos, el dolor y la confusión me asaltaron: un accidente, un zumbido distante y la lluvia lavando el gris del cielo.

Mi hermano, el que juró protegerme, me abofeteó sin preguntar si estaba viva.

"¡Sofía! ¡Mira lo que hiciste!" su grito fue un trueno.

Mis padres corrían hacia Clara, la "hija verdadera" , mimándola por un rasguño, mientras yo, la "falsa Sofía" , agonizaba atrapada entre los restos del auto, con una pierna destrozada.

Fernando, el hombre que amaba, me ignoró, y Ricardo, su guardaespaldas, me arrastró a una caseta abandonada, riéndose de mi pierna rota.

"¿Un doctor? Deberías dar gracias de que te dejo respirar."

Morí sola, desangrándome, con mi último aliento ignorado por Ricardo para atender una llamada de Fernando, preocupado por Clara.

¡Qué increíblemente ingenua fui al pensar que podría reescribir mi destino!

Ayudé a Fernando a construir un imperio, creí que éramos nosotros contra el mundo.

No entendí que solo fui una herramienta, un boleto para la felicidad de Clara.

Ahora, flotando como un fantasma sobre mi propio cadáver, veo cómo Ricardo, con calculada frialdad, disfraza mi muerte como una fuga, inculpándome de todo.

Escucho a Fernando, furioso, jura destruirme.

Pero yo ya estoy rota, y mi castigo llega demasiado tarde.

El "Collar Estrella del Desierto" , nuestro símbolo, ahora adorna el cuello de Clara como una burla.

Me oculto en la oscuridad de mi propia conciencia, esperando a que la verdad, tan fría como mi cuerpo, salga a la luz.

Fernando, tú has jurado volver por mí. Y cuando lo hagas, te enfrentarás a una verdad gélida y despiadada que te perseguirá por el resto de tu vida.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Mi Venganza:No Más Ingenua

Mi Venganza:No Más Ingenua

Romance

5.0

Siempre creí que mi vida con Ricardo De la Vega era un idilio. Él, mi tutor tras la muerte de mis padres, era mi protector, mi confidente, mi primer y secreto amor. Yo, una muchacha ingenua, estaba ciega de agradecimiento y devoción hacia el hombre que me había acogido en su hacienda tequilera en Jalisco. Esa dulzura se convirtió en veneno el día que me pidió lo impensable: donar un riñón para Isabela Montenegro, el amor de su vida que reaparecía en nuestras vidas gravemente enferma. Mi negativa, impulsada por el miedo y la traición ante su frialdad hacia mí, desató mi propio infierno: él me culpó de la muerte de Isabela, filtró mis diarios y cartas íntimas a la prensa, convirtiéndome en el hazmerreír de la alta sociedad. Luego, me despojó de mi herencia, me acusó falsamente de robo. Pero lo peor fue el día de mi cumpleaños, cuando me drogó, permitió que unos matones me golpearan brutalmente y abusaran de mí ante sus propios ojos, antes de herirme gravemente con un machete. "Esto es por Isabela", susurró, mientras me dejaba morir. El dolor físico no era nada comparado con la humillación y el horror de su indiferencia. ¿Cómo pudo un hombre al que amé tanto, que juró cuidarme, convertirme en su monstruo particular, en la víctima de su más cruel venganza? La pregunta me quemaba el alma. Pero el destino me dio una segunda oportunidad. Desperté, confundida, de nuevo en el hospital. ¡Había regresado! Estaba en el día exacto en que Ricardo me suplicó el riñón. Ya no era la ingenua Sofía; el trauma vivido había forjado en mí una frialdad calculada. "Acepto", le dije, mi voz inquebrantable, mientras planeaba mi escape y mi nueva vida lejos de ese infierno.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro