VENGANZA

Lucía Balstone renacía.

Ella renació a los 22 años, diez años antes de su muerte.

Todavía recordaba la escena antes de morir. Kelvin Calshaw, su amado esposo, apuñaló su corazón con una daga. Él dijo: "Lucía, nunca te he amado. Incluso estoy harto de tu cuerpo. ¿Sabes? Daisy es más seductora y fascinante en la cama, y tú eres repugnante como un cadáver".

¡¿Repugnante como un cadáver?!

Lucía no lloró ni montó un escándalo. Su formación bien educada la hizo soportar el dolor desgarrador con todas sus fuerzas.

"¿No me amas mucho? Entonces deberías sacrificar tu vida para completar a Daisy ya mí. ¡Te estaré agradecido!"

Acompañado por su voz siniestra, sacó la daga afilada de su corazón.

Al instante, la sangre salpicó su rostro gentil y hermoso, mostrando su crueldad al máximo. Una leve sonrisa apareció en la comisura de su boca... Era como si lo que estaba enfrentando fuera su enemigo jurado, no su esposa, quien lo había amado de todo corazón durante diez años.

Lucía mantuvo los ojos abiertos cuando exhaló su último aliento. ¡Parecía que estaba jurando grabar toda la crueldad de este hombre en lo más profundo de su alma!

Llevaban diez años casados.

Los dos eran novios de la infancia y estaban bien emparejados en estatus social.

Lucía vivió brillante y talentosa desde que era una niña. Después de casarse con Kelvin a los 22 años, escondió todos sus talentos y cumplió con su deber como esposa. Ella hizo todo lo posible para ayudarlo desde una familia rica hasta una familia noble respetada.

¡Nunca había esperado que Kelvin la mataría con sus propias manos y usaría el exterminio de la familia Balstone como dote para su amada!

Ella lo odiaba.

Ella lo odiaba hasta la médula.

"¡Afortunadamente, Dios nunca está ciego ante las lágrimas de las personas!"

Este accidente automovilístico le dio un milagro para renacer y la trajo de vuelta al año anterior a su matrimonio.

Lucía se mordió el labio.

Fijó sus ojos en el hombre que había golpeado su auto. ¡Era Alonso Callen, el tercer joven maestro de la familia Callen, el jefe de las cuatro familias influyentes en Bernille!

Su deslumbrante rostro coincidía con la escultura perfecta como una figura de 1,88 metros, lo que lo convertía en el hombre más guapo de Parkland.

A pesar de sus antecedentes familiares distinguidos, era una oveja negra muy conocida en Parkland. Era un mujeriego en serie. Su desordenada relación sexual con las mujeres y su vida decadente estaban más allá de las palabras. Sin embargo, en la vida anterior de Lucía, sin importar cuánto lo intentara Kelvin, ¡Alonso era el rival que no podía superar!

"Sra. Balstone, ¿le gusto?" Al ser observado durante bastante tiempo, Alonso se burló de ella con una mirada.

Su voz ronca tenía un encanto único. Era una broma, pero sonaba inexplicablemente agradable de su boca.

"Sí." Volvió a sus sentidos y de repente lo admitió sin pensarlo.

Tan pronto como ella terminó de hablar.

No fue Alonso quien tuvo una fuerte reacción, sino su mejor amiga, Melanie Cais. Ella gritó furiosa: "Lucía, ¿estás loca?"

Un rastro imperceptible de afecto apareció en los ojos de Alonso, pero en su lugar se mostró una leve sonrisa.

"¿Conoces a este hombre malvado? ¿Sabes que es una escoria?" Melanie miró a Lucía. "Él no sirve para nada excepto por su hermoso rostro y sus habilidades para tratar con las mujeres con tacto. ¿Cómo te atreves a decir que te gusta? ¿Estás ciega de repente?"

¡De hecho, estaba ciega para enamorarse de ese siniestro hipócrita de Kelvin Calshaw!

Temprano esta mañana, fueron al Monte Pantoran para orar por bendiciones. Mientras bajaban la montaña, chocaron con un auto deportivo rojo. Afortunadamente, el conductor del auto deportivo era ingenioso. Tuvo un giro rápido para evitar el impacto frontal, pero el choque menor fue inevitable.

Los dos autos sufrieron daños leves y nadie resultó herido.

¡Y debido a este accidente, ella renació!

Lucía no respondió a Melanie. Ella solo le hizo una pregunta a Alonso,

"¿Te atreves a robar la novia?"

"¡Lucía!" Melanie ya no estaba tranquila. Aunque Alonso era muy guapo, ¡Lucía no debería renunciar a su matrimonio por un sinvergüenza!

"Mi boda es el 18 del próximo mes. ¿Te animas a venir?" Lucía lo dijo palabra por palabra, muy claro.

Alonso dedicó unos segundos a analizar las palabras de Lucía.

Lentamente, dijo con indiferencia: "Sra. Balstone, la recomendaría al hospital para un examen cerebral".

Mientras hablaba...

Casualmente sacó una tarjeta de crédito de sus pantalones negros, la sujetó con sus dedos delgados y se la entregó con una mirada ingobernable. "Pagaré por los daños".

Lucía echó un vistazo a la tarjeta negra súper VIP.

Todos sabían que Alonso de la familia Callen era generoso y sus mujeres habían recibido un buen dinero de él.