Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
El tío millonario de mi esposo

El tío millonario de mi esposo

Gi Dominguez

5.0
calificaciones
8.7K
Vistas
35
Capítulo

Sofía descubre la pasión y el deseo, a escondidas de su esposo. Con nada más y nada menos, que el tío de su marido. Emilio: un hombre mayor, elegante, atractivo y risueño; conquista a Sofía. Al principio escapa, pero el vacío sin él, la lleva a la perdición. Involucrando no solo sus ganas, sino su corazón ¿Qué ocurrirá?

Capítulo 1 1

Había un poco de neblina en el exterior, no se podía observar nada por la ventana. Estaba esperando que la pava eléctrica, terminara de calentar el aguanta. Doy dos pasos hacia adelante, sostengo una taza de color rosa, la cual siempre utilizo. Había sido un regalo de una amiga, Y desde ese momento, no usaba otra cosa más que lo mismo.

Además, no era como si tuviera muchas opciones para elegir.

Cuando estoy a punto de sostener el agua caliente, siento un golpeteo en la puerta.

"Pap"

Presto atención, mi pulso se acelera. Lo peor, no puedo ver hacia afuera. Debo acercarme y abrir la puerta. Vivíamos en el campo, un lugar tranquilo e inhóspito. No teníamos muchos vecinos que digamos, solamente a mi cuñada que vivía a unos metros de distancia.

Al abrirla... lo encuentro. Está observándome, con esa actitud prepotente, aire de grandeza y su perfume invade todo a su paso avasallante.

"¡No te babosees por él!"

Mis nervios se ponen de punta.

—Hola, ¿necesitas algo..? —le pregunto.

Aunque un segundo demora, para sostenerme de la barbilla y besarme. Abro los ojos con sorpresa. El cierra la puerta de golpe, y por fortuna, mis tres hijas no se encuentran en casa. Están con su tía, pero me arrepiento no haberlas tenido conmigo. Lo hace sin prisa, deseoso de mis labios, y yo de los de él.

Sin embargo, me aparato un segundo para mirarlo al rostro. Los ojos color miel son inexpresivos, sin embargo siento que mi corazón va a estallar.

—N-no podemos —murmuro, hizo una mueca.

—Han pasado varios días. Necesito verte. No contestas mis mensajes, tampoco mis llamadas. Ayer vine, no me abriste la puerta.

—Sabes por qué... Está mal. No podemos hacer esto Emilio, tú sabes quién eres.

—Sofía... no sé, sin embargo no puedo contener las ganas de estar aquí y verte.

—Emilio...

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Otros libros de Gi Dominguez

Ver más
Capítulo
Leer ahora
Descargar libro