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Capítulo 6
Lesionada
Palabras:1297    |    Actualizado en: 13/04/2023

Máximo se apresuró hacia el grupo de personas que charlaban. Otra cosa por la que estaba furioso con Carolina: ¡tendría que hablar con desconocidos!

"Disculpen", dijo; las dos mujeres se volvieron hacia él. Debido a la máscara, ya sabían quién era. Algunos lo llamaban 'El monstruo'.

"¿Sí, señor?", preguntó una de ellas, nerviosa.

"Escuché parte de su conversación. Yo... estoy buscando a mi esposa. Una hermosa mujer de cabello castaño, ojos miel, y estatura media... Es nueva aquí".

"Ah, una chica con esas características está en la librería", le contestó la desconocida. Él asintió levemente con la cabeza antes de darse la vuelta y dirigirse hacia el lugar.

Se trataba de un pueblo pequeño, por lo que solo había una tienda de libros. Al menos, eso era lo que recordaba.

Mientras caminaba, las personas se lo quedaban mirando y murmuraban. Precisamente por eso detestaba estar en público.

Antes del accidente, Máximo iba poco a la finca, así que la gente no recordaba su cara. Había pasado años lejos de allí antes del incidente, por eso, cuando apareció desfigurado y alguien lo vio sin la máscara, el rumor de que un monstruo se había apoderado de la finca La Preciosa se extendió rápidamente.

En cuanto vio la librería, cruzó la calle y, al girar el picaporte, pudo oír la risa de Carolina. Aquello lo enfureció aún más. ¿No debería estar llorando en vez de riendo?

Mientras tanto, Carolina charlaba con un hombre de cabello castaño y ojos oscuros. Parecía tener la misma edad que Máximo. Fue el desconocido quien se fijó primero en él.

Los ojos de Carolina perdieron rápidamente su brillo cuando notó que el hombre cambiaba de posición en el mostrador. Máximo apretó los labios y se acercó a ella.

Carolina estaba sentada en un sofá bajo y parecía minúscula con una estatura de 1.60 metros comparando con la de casi dos metros de él.

"¿Terminaste de divertirte?", le preguntó con tono mordaz, harto de sus tonterías. La chica entrecerró los ojos, viéndolo con... ¿Era eso enojo o también burla?

'¿Esta mujer todavía tiene el descaro de mirarme así?', pensó indignado.

"Aún no. Puedo volver por mi cuenta más tarde", lo despidió con un gesto de la mano, volviéndose hacia el desconocido con el que había estado conversando antes de la interrupción de Máximo.

Él la miró sorprendido y la agarró del brazo.

"¡Señor Castillo!". El hombre que había estado riendo con Carolina habló mientras se acercaba. Máximo lo miró con furia, pero este no pareció intimidarse. "Disculpe, su esposa se ha hecho daño en el pie. ¡Por favor, tenga más cuidado!".

"¿Quién carajo es usted?", preguntó Máximo con seriedad.

"Me llamo Bástian Lozano, dueño de esta librería, y...".

"¿Qué hace mi mujer aquí, siendo tan amigable con usted?". Se volvió hacia Carolina y añadió celoso: "¿Conoces a este hombre?".

"Sí", respondió con calma. Máximo tardó unos segundos en procesarlo.

"¿¡De-desde cuándo!?", su tono tembló de forma leve. Estaba perdiendo la paciencia. Si ella nunca había estado en Aguas Lindas, ¿cómo podía conocerlo? ¿Hablaban por Internet? ¿Tal vez acordaron este encuentro sin que él se diera cuenta? ¿Lo conoció antes de casarse? ¿Después?

Carolina miró el reloj en su muñeca.

"No estoy muy segura...", habló aburrida, "Debe de haber sido hace unas dos horas o algo así".

La expresión de Máximo pasó del enfado a la confusión, luego a la sorpresa y de nuevo al enfado al darse cuenta de que Carolina se había estado burlando de él.

Le miró el pie, que estaba vendado.

"Te has torcido el tobillo, ¿verdad?".

"Sí, pero estoy bien. Gracias por pregun... ¡Ah!".

Máximo le había pasado el brazo por detrás de las rodillas y, con la otra mano en la espalda, la levantó del sofá. Luego se volvió hacia Bástian.

"Gracias por cuidar de mi mujer. Con permiso", dijo apretando los dientes.

Máximo salió de la tienda con pasos largos. Carolina, por supuesto, le rodeaba el cuello con los brazos. Ambos eran conscientes de su proximidad.

Se dirigió al coche, abrió la puerta y la colocó en el asiento del copiloto. Le abrochó el cinturón y dio la vuelta al vehículo.

En cuanto el coche salió de las calles del pueblo, decidió hablar.

"¿Qué creías que estabas haciendo, vagando sin compañía por ahí?".

"¡Vine a conocer el lugar!", replicó ella.

"¿Sola, Carolina? ¿¡Por qué no me esperaste!?", preguntó, claramente molesto.

"¡Me dijiste que no te buscara! Y no creo que explorar el pueblo cuente como una emergencia".

Máximo respiró hondo; Carolina se alegró de volver sus propias palabras contra él. Aquel hombre pensaba que podía hacer lo que quisiera con ella, ¡pero no se lo permitiría!

"¡Carolina, estás poniendo a prueba mi paciencia, carajo!".

"Si hay alguien que no sabe dar órdenes como es debido, ese eres tú. Así que la culpa no es de otro sino tuya", se defendió.

"¿Viniste caminando?", cambió de tema.

"Sí".

Él la miró con rapidez y enseguida a la carretera, soltando un profundo suspiro.

"Mujer... ¡ni siquiera conoces el lugar!", exclamó, con el tono tenso por la frustración. "¡No sabes quiénes son estas personas! ¿Tienes idea de lo que pudo haber pasado? Y encima, ¡estabas hablando con un desconocido!". Escupió las palabras, y Carolina supo que tenía razón.

No había pensado bien las cosas. Creyó que en un pueblo pequeño como este, nadie se atrevería a hacer algo tan terrible, ya que sería fácil encontrar al culpable. Si bien su esposo tenía razón, no deseaba darle satisfacción de admitirlo en voz alta. Además, era imposible que Máximo no se hubiera dado cuenta de cómo actuaba Bastián...

"¡Bueno, la próxima vez, quizás puedas autorizar a tus empleados para que me lleven!", gritó, tratando de desviar la conversación. "¡Y en cuanto a Bastián, no fue más que amable conmigo! ¡También podrías aprender de él!".

Su esposo dejó escapar una carcajada incrédula.

"¿Ahora es mi culpa? No solo decidiste pasearte por ahí sola como si no hubiera peligro en el mundo, ¡sino que además tienes el descaro de acusarme de ser un mal marido!".

"¡Por supuesto! Ya que esta es tu finca!", replicó indignada. "¡Y sí, has sido un pésimo marido!".

"¡Eres imprudente, atrevida e insolente!", golpeó el volante para enfatizar sus palabras.

"¡Puedes divorciarte de mí! Es sencillo". Ella se encogió de hombros, como si se tratara de un asunto trivial.

Sin embargo, Carolina no esperaba aquel repentino frenazo de Máximo. Lo miró como si estuviera loco.

Él se bajó del coche y dio un par de vueltas, pasándose las manos por el cabello rubio, que bajo la luz del sol parecía hilos de oro.

Se acercó a Carolina, quien se estremeció al sentir un escalofrío. Abrió la puerta y le quitó el cinturón de seguridad.

"¿Qué... qué estás haciendo?", balbuceó.

Sin mediar palabra, Máximo la levantó y la colocó sobre el capó del vehículo. Luego, la haló hasta el borde y se colocó entre sus piernas.

"¡Máximo!".

Él no dijo nada y la agarró del cabello, sin hacerle daño, aunque con la firmeza suficiente para levantarle la cara hacia la suya. Sus ojos esmeralda brillaron bajo la luz del sol.

"Te gusta el peligro, ¿verdad? Vivir al límite y hacer todas esas cosas imprudentes, ¿no?", habló acercándose a su rostro. Carolina sintió que todo su cuerpo se calentaba.

"Sí, me gusta", respondió, insegura de que fuera la respuesta correcta.

La mano de Máximo se deslizó por su pierna, trazando un tentador camino hacia arriba. A medida que se acercaban más y más al borde de sus bragas, ella se llenó de necesidad. Jadeó, su respiración se hizo agitada cuando los dedos rozaron su piel húmeda e hinchada. Con un gemido bajo, se rindió al placer que él le estaba proporcionando.

"Dime lo que quieres, Carolina", susurró seductoramente, con una voz que le producía escalofríos.

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1 Capítulo 1 Cásate2 Capítulo 2 Noche de bodas3 Capítulo 3 Exigir explicaciones4 Capítulo 4 De descanso5 Capítulo 5 Se fue6 Capítulo 6 Lesionada7 Capítulo 7 Lo quiero8 Capítulo 8 Vibrador9 Capítulo 9 Lo volvió a hacer10 Capítulo 10 Doctor11 Capítulo 11 Mi mujer12 Capítulo 12 No te traicionaré13 Capítulo 13 La amaba14 Capítulo 14 Ansioso15 Capítulo 15 Visitar al médico16 Capítulo 16 Por poco la pierde17 Capítulo 17 Confía en mí18 Capítulo 18 Cuidarlo19 Capítulo 19 La familia Castillo20 Capítulo 20 Te ves más sensual que nunca21 Capítulo 21 No puedo soportarlo22 Capítulo 22 La fiesta23 Capítulo 23 Malentendido24 Capítulo 24 Encuentro25 Capítulo 25 Una distracción26 Capítulo 26 Ella golpeó al alcalde27 Capítulo 27 Seremos padres28 Capítulo 28 Confía en mí29 Capítulo 29 Engañada30 Capítulo 30 Máximo regresó31 Capítulo 31 Va por buen camino32 Capítulo 32 Otra vez33 Capítulo 33 El chisme del pueblo34 Capítulo 34 Nueva etapa35 Capítulo 35 Cenar con los pequeños36 Capítulo 36 Vas a apestar37 Capítulo 37 Esto es un error38 Capítulo 38 Los papeles de divorcio39 Capítulo 39 Buscar a Carolina40 Capítulo 40 Sí41 Capítulo 41 En la clínica42 Capítulo 42 Fuera de mi camino43 Capítulo 43 Ayúdame44 Capítulo 44 Decisiones45 Capítulo 45 Decidido46 Capítulo 46 Casi47 Capítulo 47 Mi hijo48 Capítulo 48 Recuperación49 Capítulo 49 Bernardo50 Capítulo 50 La llamada51 Capítulo 51 Videollamada52 Capítulo 52 Mío53 Capítulo 53 Juego limpio54 Capítulo 54 Aceptas55 Capítulo 55 Pequeño error56 Capítulo 56 Conspiración57 Capítulo 57 Juntos58 Capítulo 58 Un príncipe59 Capítulo 59 Atractivo60 Capítulo 60 Recuerda61 Capítulo 61 Gala62 Capítulo 62 Gala 263 Capítulo 63 Contrólala64 Capítulo 64 Sí65 Capítulo 65 Cómo está ella66 Capítulo 66 Revelaciones67 Capítulo 67 Secretos68 Capítulo 68 Regresar a casa69 Capítulo 69 Un momento importante70 Capítulo 70 Él se puso extraño71 Capítulo 71 Salir del hospital72 Capítulo 72 Disimulado73 Capítulo 73 Ayudar74 Capítulo 74 Otra vez75 Capítulo 75 Té de la tarde76 Capítulo 76 Recuerdos77 Capítulo 77 Estresada78 Capítulo 78 Encuentro79 Capítulo 79 Viajar80 Capítulo 80 Me crees81 Capítulo 81 Qué quiere ella82 Capítulo 82 Resuelto83 Capítulo 83 Cartas sobre la mesa84 Capítulo 84 Desaparecida85 Capítulo 85 Compromiso86 Capítulo 86 Compromiso II87 Capítulo 87 Un paseo por el museo88 Capítulo 88 El resultado de la prueba de embarazo89 Capítulo 89 Los preparativos de la boda90 Capítulo 90 La boda91 Capítulo 91 Muéstrame tu celular ahora mismo92 Capítulo 92 De regreso a la finca93 Capítulo 93 Emilia94 Capítulo 94 Cómo sucedió95 Capítulo 95 La verdad96 Capítulo 96 Seguir la tradición97 Capítulo 97 Respira hondo98 Capítulo 98 En el hospital99 Capítulo 99 Traición100 Capítulo 100 Mantener las apariencias