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Capítulo 4
De descanso
Palabras:1031    |    Actualizado en: 13/04/2023

"¡Baja ahora mismo!", ordenó con firmeza.

'Máximo', pensó. La voz era fácil de reconocer, al igual que su tono áspero.

"No", respondió con calma, acostándose de nuevo con su libro en la mano.

"Carolina, ¿quieres que te arrastre hasta el comedor?", la amenazó. Parecía dispuesto a hacerlo; ella no lo dudaba.

"Para ser sincera, no quiero eso. De hecho, ya que estamos hablando de lo que yo quiero, ¿por qué no me dejas en paz?", replicó decidida.

"¿¡Qué dijiste!?", preguntó incrédulo, sorprendido por su atrevimiento.

Carolina se sintió satisfecha. Si de verdad iba a 'arrastrarla', entonces, tendría que mostrarse de una vez ante ella. Además, se alegró de que se sintiera ofendido, después de cómo la había tratado.

"¿Es porque aún no te he pagado?", le preguntó, haciéndola temblar de rabia.

"¡Fuera de aquí!".

"¡Esta es mi casa!".

"¡Y también es la mía, ya que soy tu mujer!", replicó ella, dejándolo sin nada que decir. Sonrió, sintiéndose victoriosa.

Se giró de espalda a la puerta, y retomó la lectura.

Máximo irrumpió en el dormitorio y la vio tumbada boca abajo, vestida con un camisón corto que dejaba poco a la imaginación. No pudo evitar admirar las piernas tonificadas y el trasero bien formado. Tragó saliva y se acercó a ella.

'¿Qué debo esperar de una mujer con un cuerpo así? Debe de haber sido muy fácil para ella divertirse con otros hombres, ¿verdad? ¡Pero ahora es mía!'.

Carolina sintió una presencia detrás de ella y frunció el ceño, incapaz de creerlo. Pero cuando miró a la pared, allí había una sombra.

Se giró con rapidez y se encontró cara a cara con un hombre alto. Tenía el cabello rubio y la piel ligeramente bronceada, lo que indicaba que había estado al sol. Llevaba unos vaqueros oscuros, un cinturón con una gruesa hebilla y una camisa verde claro abotonada que dejaba ver sus fuertes brazos. Notó cicatrices en uno de ellos.

No obstante, lo que le llamó la atención fue su rostro. El lado con cicatrices en el brazo y el cuello estaba cubierto por una media máscara. En el lado visible, comprobó lo guapo que era: labios algo carnosos, de un tamaño acorde con su rostro, nariz que parecía esbelta, pero no podía estar segura debido a la máscara. Sus cejas eran pobladas, a pesar de ser de color claro y sus ojos... eran verdes como esmeraldas. Pero brillaban con ira y desprecio.

"¿Estás satisfecha?", preguntó con los dientes apretados y los ojos llenos de furia. Fue entonces cuando Carolina recordó que no debía mirarlo fijamente. Se lo había dicho el día anterior.

"No", respondió ella, recorriéndole el cuerpo con la vista antes de volver a su rostro.

"Eres bastante descarada para ser virgen", se mofó mirándola de arriba abajo, curioso por ver hasta qué punto podría serlo.

"No soy virgen. Me casé, tuve mi noche de bodas y también un poco de acción en la oficina", replicó la chica con tono serio, mirándolo desafiante. "Por desgracia, mi marido es un idiota y un patán".

Al acercarse a ella, Carolina percibió el perfume de Máximo. Era amaderado y le iba a la perfección.

"Te dije que no me miraras, ¿no?". Su tono era amenazador.

"No estoy ciega. Gracias a Dios", contestó ignorando la clara advertencia de su marido. "¿O qué? ¿Vas a sacarme los ojos? ¿Arrancármelos? Conociéndote, no me extrañaría".

"¡No soy un monstruo! Lo dices por mi aspecto, ¿no?".

"¡¿Pero qué dices?! Perfecto, además de todo lo anterior, estás loco...". Una voz en el fondo de su mente le advirtió que guardara silencio. ¿Y si era como su padre? ¿Y si la pegaba?

Estaba sola en una finca aislada; Máximo era enorme, mucho más grande y fuerte que Gaspar. Una bofetada suya podría destrozarle el rostro.

Mientras respiraba hondo, se acercó rápidamente a la chica, la levantó sobre la cama y la hizo arrodillarse ante él. Se inclinó hasta que estuvieron frente a frente.

"¡Ay! ¡Me estás lastimando!", se quejó, intentando zafarse de su agarre.

Máximo bajó la mirada hacia el camisón; sus pechos se encontraban desnudos detrás aquel pequeño trozo de tela. Aflojó el agarre y se dirigió hacia la puerta, que cerró de un portazo con frustración, antes de volver a centrar la atención en Carolina. Ella tragó con dificultad.

Empezó a desabrocharse los pantalones y ella supo lo que quería. Incluso si también lo deseaba, esta vez estaba decidida a ser dura.

'Aunque no del todo', se dijo. Por tanto, antes de ceder, detuvo la situación.

"Discúlpame, señor Castillo, pero esa prostituta está fuera de servicio esta noche", habló con amargura, viendo cómo sus ojos se abrían de sorpresa. "¡Por favor, vete!".

Señaló la puerta con rabia.

Máximo la miró con enojo y perplejidad. ¿De verdad lo estaba rechazando y echando de su habitación?

"Te deseo", dijo acercándose. Máximo era consciente de que se estaba volviendo adicto a ella.

"Estamos casados. ¿No es eso lo que hacen los esposos? ¡Esta debería ser nuestra luna de miel! Y si quiero tener hijos...".

"¡Ah!, ¿en serio? ¡Pues, qué pena!", contestó la chica secamente. "Esta noche no trabajo. ¡Lárgate!". El tono áspero de su voz la hizo parecer, a sus ojos, como una gatita enfadada con las garras fuera, pero encantadora.

Carolina tenía los ojos llenos de lágrimas, no solo de tristeza, sino de rabia y frustración. ¿Cómo podía ser tan insensible?

Máximo quería agarrarla por la fuerza y besarla. Imaginó que si lo hacía como antes en la oficina, ella sentiría la misma pasión y se entregaría a él. Dio un paso adelante; sin embargo, Carolina, furiosa, le lanzó una almohada.

Él la vio y se echó a reír, tirando la misma al piso.

"¿Una almohada? ¡Parece más bien una invitación a tu cama!".

Carolina buscó a su alrededor y esta vez le lanzó el libro. 'Las gatitas también son muy peligrosas, con garras afiladas y dientes puntiagudos', pensó con amargura, sin esperar que tuviera el valor de lanzarle algo, por lo que no lo esquivó. El libro le golpeó el lateral de la máscara y sintió un ligero ardor en el cuero cabelludo.

Con los ojos muy abiertos, Carolina lo observó, incrédula. No esperaba que recibiera el golpe.

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1 Capítulo 1 Cásate2 Capítulo 2 Noche de bodas3 Capítulo 3 Exigir explicaciones4 Capítulo 4 De descanso5 Capítulo 5 Se fue6 Capítulo 6 Lesionada7 Capítulo 7 Lo quiero8 Capítulo 8 Vibrador9 Capítulo 9 Lo volvió a hacer10 Capítulo 10 Doctor11 Capítulo 11 Mi mujer12 Capítulo 12 No te traicionaré13 Capítulo 13 La amaba14 Capítulo 14 Ansioso15 Capítulo 15 Visitar al médico16 Capítulo 16 Por poco la pierde17 Capítulo 17 Confía en mí18 Capítulo 18 Cuidarlo19 Capítulo 19 La familia Castillo20 Capítulo 20 Te ves más sensual que nunca21 Capítulo 21 No puedo soportarlo22 Capítulo 22 La fiesta23 Capítulo 23 Malentendido24 Capítulo 24 Encuentro25 Capítulo 25 Una distracción26 Capítulo 26 Ella golpeó al alcalde27 Capítulo 27 Seremos padres28 Capítulo 28 Confía en mí29 Capítulo 29 Engañada30 Capítulo 30 Máximo regresó31 Capítulo 31 Va por buen camino32 Capítulo 32 Otra vez33 Capítulo 33 El chisme del pueblo34 Capítulo 34 Nueva etapa35 Capítulo 35 Cenar con los pequeños36 Capítulo 36 Vas a apestar37 Capítulo 37 Esto es un error38 Capítulo 38 Los papeles de divorcio39 Capítulo 39 Buscar a Carolina40 Capítulo 40 Sí41 Capítulo 41 En la clínica42 Capítulo 42 Fuera de mi camino43 Capítulo 43 Ayúdame44 Capítulo 44 Decisiones45 Capítulo 45 Decidido46 Capítulo 46 Casi47 Capítulo 47 Mi hijo48 Capítulo 48 Recuperación49 Capítulo 49 Bernardo50 Capítulo 50 La llamada51 Capítulo 51 Videollamada52 Capítulo 52 Mío53 Capítulo 53 Juego limpio54 Capítulo 54 Aceptas55 Capítulo 55 Pequeño error56 Capítulo 56 Conspiración57 Capítulo 57 Juntos58 Capítulo 58 Un príncipe59 Capítulo 59 Atractivo60 Capítulo 60 Recuerda61 Capítulo 61 Gala62 Capítulo 62 Gala 263 Capítulo 63 Contrólala64 Capítulo 64 Sí65 Capítulo 65 Cómo está ella66 Capítulo 66 Revelaciones67 Capítulo 67 Secretos68 Capítulo 68 Regresar a casa69 Capítulo 69 Un momento importante70 Capítulo 70 Él se puso extraño71 Capítulo 71 Salir del hospital72 Capítulo 72 Disimulado73 Capítulo 73 Ayudar74 Capítulo 74 Otra vez75 Capítulo 75 Té de la tarde76 Capítulo 76 Recuerdos77 Capítulo 77 Estresada78 Capítulo 78 Encuentro79 Capítulo 79 Viajar80 Capítulo 80 Me crees81 Capítulo 81 Qué quiere ella82 Capítulo 82 Resuelto83 Capítulo 83 Cartas sobre la mesa84 Capítulo 84 Desaparecida85 Capítulo 85 Compromiso86 Capítulo 86 Compromiso II87 Capítulo 87 Un paseo por el museo88 Capítulo 88 El resultado de la prueba de embarazo89 Capítulo 89 Los preparativos de la boda90 Capítulo 90 La boda91 Capítulo 91 Muéstrame tu celular ahora mismo92 Capítulo 92 De regreso a la finca93 Capítulo 93 Emilia94 Capítulo 94 Cómo sucedió95 Capítulo 95 La verdad96 Capítulo 96 Seguir la tradición97 Capítulo 97 Respira hondo98 Capítulo 98 En el hospital99 Capítulo 99 Traición100 Capítulo 100 Mantener las apariencias