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Capítulo 5
Se fue
Palabras:1025    |    Actualizado en: 13/04/2023

"¿Te... atreviste?", preguntó, despacio al mismo tiempo que entrecerraba los ojos.

Aunque sintió cierto peso en su conciencia, la voz interior de Carolina le dijo que no flaqueara. Levantó la barbilla, desafiante, y lo miró a los ojos. Si la pegaba, valdría la pena. ¡Mejor ser golpeada que quedar como una débil incapaz de defenderse! O seguir siendo tratada como una cualquiera.

"¡Sí!", respondió rápido y con tono seco, manteniéndose firme ante su marido.

Máximo apretó los labios y se dio la vuelta para salir de la habitación. Él no era ni sería nunca un golpeador de mujeres, pero Carolina era... ¡Era difícil! No deseaba seguir discutiendo. "Si quieres quedarte con hambre, ¡que así sea!", le gritó.

El ruido de la puerta al cerrarse la hizo estremecerse y dio un respingo involuntario.

'¡Al menos ya se fue!', pensó y se dejó caer en la cama, con los brazos sobre la cabeza.

Al cabo de unos instantes, se levantó y recogió el libro, que se encontraba torcido en el piso.

"¡Lo siento, librito!", dijo, pasando la mano por la cubierta como si acariciara el objeto. A Carolina le encantaba leer.

Dolores le acercó una bandeja con comida, pero mientras se la entregaba, echó un vistazo al pasillo, lo cual encendió las sospechas de Carolina. Algo estaba mal.

"Señora Dolores, ¿trajo esto a escondidas de mi marido?".

"Sí, señora. Vamos, tome la bandeja", habló entregándosela y la chica la sostuvo.

"No quiero que se meta en problemas por mi culpa", susurró la muchacha, a lo que Dolores respondió con una hermosa sonrisa.

"No se preocupe. El señor Máximo es un poco gruñón, pero no me hará nada si se entera. Excepto quizá discutir", finalizó encogiéndose de hombros.

Carolina movió la cabeza de un lado a otro y sonrió.

"Muchas gracias y buenas noches, señora Dolores", dijo con amabilidad, sin perder la sonrisa de los labios. Sabía que al menos una persona de allí sería buena con ella.

"De nada, señora. Y..., por favor, tenga paciencia con él. Se acostumbrará a usted".

Carolina negó con la cabeza al mismo tiempo que cerraba la puerta tras de sí. Quería decir que Máximo no tenía que acostumbrarse a nada, ya que fue él quien acordó el matrimonio. Ella, en cambio, no tuvo elección. Este era otro punto que la hacía estar resentida con su marido.

'¡No, no, Carolina! Deja esos pensamientos y ve a comer. ¡La hora de comer es sagrada!'.

Se lavó las manos, hizo sus oraciones y comió.

En su cuarto, Máximo estaba de pésimo humor. Todavía tenía la toalla alrededor de la cintura y estaba sentado en la cama.

"¡Esa mujer es una insolente!", refunfuñó y se acostó.

Le era imposible aceptar el hecho de que ella lo hubiera rechazado después de toda la pasión que le demostró antes.

'¡Pero por supuesto, no le pagaste!', discutió con él mismo; sin embargo, una voz en su interior le recordó que Carolina no había aceptado nada de él antes.

"Está fingiendo, pensando que si se hace la fuerte y actúa con indiferencia, puede conseguir más. ¡Conozco a las de su tipo!", se dijo antes de dormirse. Durante la noche soñó con Carolina y no pudo evitar acordarse de su carácter ardiente y testarudo.

A la mañana siguiente, bajó al comedor y esperó a que su esposa se reuniera con él para desayunar. Tras varios minutos, preguntó a Dolores dónde estaba la chica, que aún no aparecía.

La anciana le devolvió la mirada con expresión preocupada, haciéndole bajar el tenedor y prepararse para las malas noticias.

"Bueno, patrón... La señora Castillo se fue esta mañana temprano", dijo.

Él la miró, frunciendo el ceño, sin entender del todo a lo que se refería.

"¿Se fue? ¿A dónde, Dolores?".

"No estoy segura, señor", respondió con vergüenza en el rostro. Y no mentía. Cuando la vio bajando las escaleras, la llamó; sin embargo, la muchacha se limitó a saludarla y siguió caminando.

Frustrado, Máximo recogió la servilleta de su regazo, se limpió la boca y la arrojó sobre la mesa con rabia.

"¡Esa mujer es un problema!", exclamó antes de llamar. "¡Jacinto!".

El criado no tardó en llegar. Inclinó la cabeza mientras se quitaba el sombrero.

"¿Sí, señor Castillo?".

"¿Sabes dónde está mi mujer?", preguntó con los dientes apretados, tratando de no ser grosero.

"Le pidió que Fernando la llevara a algún lugar, señor". Su tono tembló. "Pero él no quiso hacerlo; dijo que primero necesitaba hablar con usted. Así que... la señora pidió un auto por teléfono".

Máximo respiró profundo. Deseaba que Fernando se hubiera llevado a Carolina, para saber exactamente dónde estaba y con quién. Pero sabía que el empleado no había hecho nada malo, por lo que no podía quejarse.

"De acuerdo. Gracias. Dile a Fernando que se la lleve la próxima vez. Y manténgame informado del paradero de esa...". Respiró hondo y esbozó una sonrisa que Jacinto podría calificar de macabra. "... de la señora Castillo. Puedes retirarte, Jacinto".

Hizo un gesto con la mano y el hombre asintió antes de marcharse.

Máximo se levantó, tomó las llaves del coche, se ajustó la máscara y fue a buscar a su esposa. No se trataba de que quisiera encerrarla, pero tampoco le gustaba la idea de que estuviera sola por ahí. No conocía la zona, la gente no sabía quién era, y le preocupaba que pudiera cruzarse con alguien malintencionado.

Condujo tan rápido como pudo. No tenía costumbre de salir de la finca y mezclarse con los habitantes de Aguas Lindas. Sabía que lo llamaban monstruo a sus espaldas.

Máximo llegó a las afueras del pueblo y no encontró ni rastro de Carolina. Recorrió todas las calles; sin embargo, no había ninguna pista de su paradero.

"¡Maldita sea, voy a tener que bajarme del auto!". Golpeó el volante con frustración.

Aparcó el vehículo, respiró hondo y abrió la puerta con cautela, pero oyó una conversación que captó su interés.

"Debe de ser nueva por aquí. Acaba de llegar y ya ha tenido un accidente, ¡pobrecita!", dijo la persona.

Sus ojos se abrieron de par en par. Ya que los visitantes no eran habituales en la zona, tenía que tratarse de...

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1 Capítulo 1 Cásate2 Capítulo 2 Noche de bodas3 Capítulo 3 Exigir explicaciones4 Capítulo 4 De descanso5 Capítulo 5 Se fue6 Capítulo 6 Lesionada7 Capítulo 7 Lo quiero8 Capítulo 8 Vibrador9 Capítulo 9 Lo volvió a hacer10 Capítulo 10 Doctor11 Capítulo 11 Mi mujer12 Capítulo 12 No te traicionaré13 Capítulo 13 La amaba14 Capítulo 14 Ansioso15 Capítulo 15 Visitar al médico16 Capítulo 16 Por poco la pierde17 Capítulo 17 Confía en mí18 Capítulo 18 Cuidarlo19 Capítulo 19 La familia Castillo20 Capítulo 20 Te ves más sensual que nunca21 Capítulo 21 No puedo soportarlo22 Capítulo 22 La fiesta23 Capítulo 23 Malentendido24 Capítulo 24 Encuentro25 Capítulo 25 Una distracción26 Capítulo 26 Ella golpeó al alcalde27 Capítulo 27 Seremos padres28 Capítulo 28 Confía en mí29 Capítulo 29 Engañada30 Capítulo 30 Máximo regresó31 Capítulo 31 Va por buen camino32 Capítulo 32 Otra vez33 Capítulo 33 El chisme del pueblo34 Capítulo 34 Nueva etapa35 Capítulo 35 Cenar con los pequeños36 Capítulo 36 Vas a apestar37 Capítulo 37 Esto es un error38 Capítulo 38 Los papeles de divorcio39 Capítulo 39 Buscar a Carolina40 Capítulo 40 Sí41 Capítulo 41 En la clínica42 Capítulo 42 Fuera de mi camino43 Capítulo 43 Ayúdame44 Capítulo 44 Decisiones45 Capítulo 45 Decidido46 Capítulo 46 Casi47 Capítulo 47 Mi hijo48 Capítulo 48 Recuperación49 Capítulo 49 Bernardo50 Capítulo 50 La llamada51 Capítulo 51 Videollamada52 Capítulo 52 Mío53 Capítulo 53 Juego limpio54 Capítulo 54 Aceptas55 Capítulo 55 Pequeño error56 Capítulo 56 Conspiración57 Capítulo 57 Juntos58 Capítulo 58 Un príncipe59 Capítulo 59 Atractivo60 Capítulo 60 Recuerda61 Capítulo 61 Gala62 Capítulo 62 Gala 263 Capítulo 63 Contrólala64 Capítulo 64 Sí65 Capítulo 65 Cómo está ella66 Capítulo 66 Revelaciones67 Capítulo 67 Secretos68 Capítulo 68 Regresar a casa69 Capítulo 69 Un momento importante70 Capítulo 70 Él se puso extraño71 Capítulo 71 Salir del hospital72 Capítulo 72 Disimulado73 Capítulo 73 Ayudar74 Capítulo 74 Otra vez75 Capítulo 75 Té de la tarde76 Capítulo 76 Recuerdos77 Capítulo 77 Estresada78 Capítulo 78 Encuentro79 Capítulo 79 Viajar80 Capítulo 80 Me crees81 Capítulo 81 Qué quiere ella82 Capítulo 82 Resuelto83 Capítulo 83 Cartas sobre la mesa84 Capítulo 84 Desaparecida85 Capítulo 85 Compromiso86 Capítulo 86 Compromiso II87 Capítulo 87 Un paseo por el museo88 Capítulo 88 El resultado de la prueba de embarazo89 Capítulo 89 Los preparativos de la boda90 Capítulo 90 La boda91 Capítulo 91 Muéstrame tu celular ahora mismo92 Capítulo 92 De regreso a la finca93 Capítulo 93 Emilia94 Capítulo 94 Cómo sucedió95 Capítulo 95 La verdad96 Capítulo 96 Seguir la tradición97 Capítulo 97 Respira hondo98 Capítulo 98 En el hospital99 Capítulo 99 Traición100 Capítulo 100 Mantener las apariencias