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Capítulo 8
Un buen empleo
Palabras:1052    |    Actualizado en: 09/03/2023

La sonrisa en el rostro de Meagan se congeló cuando el arrepentimiento y la miseria abrumaron su corazón.

Chole tenía razón; el matrimonio era algo que la afectaría de por vida. Sin embargo, ella se casó sin siquiera tener una primera cita con su esposo, por lo que parecía que había renunciado a su oportunidad de ser verdaderamente feliz.

No obstante, frunció los labios y se obligó a sonar alegre por teléfono: "No está tan mal. De hecho, me siento muy agradecida con Zayden, pues si no se hubiera casado conmigo, yo no sabría de dónde sacar trescientos mil dólares".

Mientras su madre se recuperara y su hermano pudiera seguir estudiando y teniendo una vida tranquila, ella también estaría feliz.

Habiendo tomado una decisión, Meagan se apresuró a colgar: "Bueno, me despido porque tengo que ir a la casa de mi padre a recoger el dinero. Como sea, te diré las buenas noticias después. ¡Te llamo luego!".

Con eso, ella guardó el teléfono en su mochila y fue directamente a la calle comercial más popular de la ciudad. Mientras se paraba en la acera y miraba el bullicioso tráfico, múltiples recuerdos llegaron a su mente, los cuales desaparecieron cuando llegó a casa de su padre.

"Vaya, vaya, ¡vean nada más quién está de regreso!", Winona exclamó con su voz aguda y chillona, al mismo tiempo que bajaba las escaleras como toda una celebridad.

Luego, arqueando las cejas, miró fijamente a Meagan, preguntándose si la había estado pasando "bien" en su vida de casada.

Al pensar que la joven se había casado con un pobretón, Winona no pudo evitar reírse entre dientes, ¡eran tal para cual!

Desde la infancia, ella siempre consideró inferior a Meagan en casi todos los aspectos.

Pero aunque esta última usara ropa vieja o usada, la gente seguía elogiándola por su encanto y belleza, lo cual no era algo que el dinero pudiera comprar.

Aparte, ella también era gentil, por lo que fácilmente podía llevarse bien con los demás. Incluso sus calificaciones siempre fueron altas y era considerada como un modelo a seguir en la escuela.

Por todo esto, Winona detestaba a Meagan con todo su corazón desde que eran niñas.

¡Si tan solo pudiera deshacerse de ella, su vida sería mucho mejor!

Ciertamente Meagan nunca le había hecho nada malo, pero Winona aprovecharía todas las oportunidades y usaría todos los métodos para humillarla hasta el extremo.

Esta vez, el matrimonio con la familia Whitman se convirtió en la solución para sus problemas. Winona no solo escapó de estar con un hombre que no le gustaba, sino que también hizo que Meagan se sintiera miserable al forzarla a casarse con él.

Pero aun así, ella sentía que esto no era suficiente, ¡quería ver a su media hermana retorciéndose en el dolor y la miseria!

Fingiendo entusiasmo y curiosidad, Winona tomó las manos de Meagan y preguntó: "Oye, ¿qué se siente casarse? ¿Qué tan romántico es no conocer a tu esposo hasta el día de tu boda? Yo creo que es bastante anticuado pero emocionante, ¿no?".

Esbozando una sonrisa sarcástica, Meagan apartó las manos de su hermana a un lado.

A ella le desagradaba tanto esta familia que, si fuera posible no verlos más, sería la más feliz del mundo.

De hecho, solo había regresado por el dinero, pero después de eso, no quería tener nada que ver con los Allison.

Cuando vio que había logrado su objetivo de fastidiar a Meagan, Winona se deleitó tanto que un brillo apareció en sus ojos antes de continuar hablando: "Escuché que mi cuñado ha estado en la cárcel varias veces por agredir a otros... Pero dime, ¿a qué se dedica en este momento? ¿Ya tiene un trabajo decente? ¿Quién fue el valiente que lo aceptó? De lo contrario, ¿cómo te mantendrá? En fin... ¿Sabes qué? Si mi cuñado no puede encontrar empleo, ¡yo puedo ayudarlo! Sé de algunos trabajos perfectos para él, como trabajador de la construcción, portero y similares. ¿Qué opinas? Yo creo que esos empleos van muy bien con él. O quizás... ¡Quizás puedo dejarlo trabajar en nuestra empresa! Escuché que nuestro departamento de seguridad está buscando un perro patrulla. ¡Tu marido está calificadísimo para ese puesto!".

La última oración de Winona pareció haber terminado con la paciencia de Meagan, pues al segundo siguiente, le dirigió una mirada sombría.

Definitivamente, algo andaba mal, pues según lo que Winona recordaba, Meagan siempre había sido sumisa y nunca se defendía por más mal que la trataran.

Sin embargo, esta vez parecía que el coraje en su interior había despertado debido a sus constantes provocaciones.

Después de suspirar profundamente, Meagan miró a su hermana a los ojos y replicó con firmeza: "Es verdad que mi esposo tiene algunas deficiencias, pero eso no afecta su capacidad de ganar dinero para mantenerme. Y por cierto... aunque necesitara con urgencia un trabajo, créeme que a la última persona que le pediríamos ayuda sería a ti. De hecho, ¿por qué no reservas los empleos que acabas de mencionar para tu futuro marido y a nosotros nos dejas en paz?".

Al escucharla, la expresión de Winona cambió drásticamente. Su sonrisa de suficiencia se convirtió en una mueca indignada y gritó: "¡Cómo te atreves! ¡Eres una insolente!".

Pero Meagan fingió indiferencia y se encogió de hombros: "¿Qué? ¿Acaso dije algo malo? Obrero de la construcción, portero y perro patrulla de un guardia de seguridad... ¿No acabas de decir tú misma que esos son buenos trabajos? Debo admitir que fuiste muy amable al considerar a mi esposo para todos ellos, pero él no los necesita. Por eso te pedí que se los reservaras a mi futuro cuñado... ¿No crees que estoy siendo considerada? Después de todo, tú eres mi hermana, ¿no?".

Sintiendo que la sangre le hervía de rabia, el rostro de Winona se puso color escarlata.

¡Esta era la primera vez que Meagan la desafiaba!

"¡Cierra la maldita boca! Eres la única persona en este mundo que piensa que ese hombre es respetable. ¡Qué vergüenza!".

Aunque tenía la intención de subir las escaleras, Winona hizo una pausa en su camino y agregó con desprecio: "No creas que no sé por qué viniste hoy... Desafortunadamente para ti, papá no está en casa y será inútil que vuelvas".

"¿Qué?".

Tan pronto como escuchó eso, un mal presentimiento se apoderó de Meagan.

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1 Capítulo 1 Noche de bodas2 Capítulo 2 Reemplazo3 Capítulo 3 Estás muy delgada4 Capítulo 4 Arrodíllate frente a ella5 Capítulo 5 ¡Sigan indagando!6 Capítulo 6 El día que debía visitar a sus padres7 Capítulo 7 Regalo sorpresa8 Capítulo 8 Un buen empleo9 Capítulo 9 Lo prometido se había ido10 Capítulo 10 Tu esposa acaba de venir11 Capítulo 11 No me interesa en absoluto12 Capítulo 12 No en esa situación13 Capítulo 13 No te atrevas a faltarle el respeto a mi esposa14 Capítulo 14 Doctor y cupido15 Capítulo 15 Estoy aquí16 Capítulo 16 Esa es mi esposa17 Capítulo 17 La trampa de Juliana18 Capítulo 18 Yo te mantengo19 Capítulo 19 Restaurante lujoso20 Capítulo 20 Yo te daré de comer21 Capítulo 21 Lo mejor será que renuncies22 Capítulo 22 Inexplicable simpatía23 Capítulo 23 Bueno en la cama24 Capítulo 24 Toda una vida juntos25 Capítulo 25 Beso26 Capítulo 26 Frustración dolorosa27 Capítulo 27 Una rosa con espinas28 Capítulo 28 La luna y las estrellas29 Capítulo 29 Eres muy inteligente30 Capítulo 30 La ausencia del anillo de casada31 Capítulo 31 Mientras sea de mi esposo32 Capítulo 32 Cuál es el apellido de tu esposo33 Capítulo 33 Bofetadas34 Capítulo 34 Protegerlo35 Capítulo 35 Noche de bodas retrasada36 Capítulo 36 La cama es lo suficientemente grande37 Capítulo 37 No uses la violencia38 Capítulo 38 Tengo una receta secreta39 Capítulo 39 Sopa medicinal40 Capítulo 40 Ascenso41 Capítulo 41 Dime cuánto sabes sobre tu esposo42 Capítulo 42 Ni siquiera lo intentes con la familia Friedman43 Capítulo 43 Calentando su vientre44 Capítulo 44 Yo también seré responsable de ti45 Capítulo 45 Solo a Meagan46 Capítulo 46 El banquete de esa noche47 Capítulo 47 Señorita Meagan Allison48 Capítulo 48 Un trato inolvidable49 Capítulo 49 Piensas muy poco de mí50 Capítulo 50 Ya no es él mismo51 Capítulo 51 Una compañía obligada52 Capítulo 52 Es su jefa53 Capítulo 53 Tócame otra vez y te mataré54 Capítulo 54 Nada es más valioso que tu vida55 Capítulo 55 Situación hipotética56 Capítulo 56 Te quiero esta noche57 Capítulo 57 Actividades58 Capítulo 58 Fuera de la empresa59 Capítulo 59 Callejón sin salida60 Capítulo 60 No sabes con quién te casaste61 Capítulo 61 Tendrán que pasar sobre mí primero62 Capítulo 62 Quiero que estés conmigo para siempre63 Capítulo 63 El secreto de su madre64 Capítulo 64 Soborno65 Capítulo 65 Vivir como esposos66 Capítulo 66 El centro de atención67 Capítulo 67 Con esa misma mano68 Capítulo 68 Una foto con el señor Friedman69 Capítulo 69 El portero70 Capítulo 70 El señor Friedman es un hombre calvo y gordo71 Capítulo 71 Vigila a Zayden72 Capítulo 72 Podemos hacerlo esta noche73 Capítulo 73 El dilema de un esposo74 Capítulo 74 No tengas miedo75 Capítulo 75 Fusión corporativa76 Capítulo 76 Orgullosa de él77 Capítulo 77 Doctor cupido78 Capítulo 78 Zayden pierde la pelea79 Capítulo 79 Solo quiero que estés a salvo80 Capítulo 80 Su hermana81 Capítulo 81 Ayuda con el asunto en sus pantalones82 Capítulo 82 Todo el mundo tiene un pasado83 Capítulo 83 El té84 Capítulo 84 Una persona común85 Capítulo 85 Un hombre común86 Capítulo 86 Qué sabrías tú acerca de acciones87 Capítulo 87 Una fortuna desayunando con Meagan88 Capítulo 88 Cena benéfica89 Capítulo 89 Te sacaré90 Capítulo 90 Una cuñada simple y tonta91 Capítulo 91 El matrimonio no es válido92 Capítulo 92 Si tuvieran un hijo93 Capítulo 93 Solo los muertos pueden guardar un secreto94 Capítulo 94 La desgracia de Winona95 Capítulo 95 Amistad entre mujeres96 Capítulo 96 En la montaña97 Capítulo 97 Ambos tenían sentimientos mutuos98 Capítulo 98 Deberle la luna de miel99 Capítulo 99 Estarán separados algún día100 Capítulo 100 Ojos de pez