Mi vida con el hombre más rico
Autor: CATHERINA CAMPILLO
GéneroRomance
Mi vida con el hombre más rico
La mente de Meagan se quedó en blanco y su cuerpo empezó a temblar cuando sintió un pecho musculoso y caliente presionando su espalda.
Al mismo tiempo que el hombre la envolvía con toda su masculinidad, ella escuchó que su corazón estaba a mil por hora.
Entonces respiró hondo con la intención de calmarse un poco, pero descubrió que sus extremidades seguían tan rígidas como antes.
Sin embargo, justo cuando él estaba a punto de tocarla, una extraña razón lo hizo detenerse.
"¿Sabes quién soy?".
Tomada por sorpresa, Meagan se quedó sin palabras.
Ciertamente era una pregunta simple, pero había una implicación detrás de ella. Él era su esposo y esta era su noche de bodas, por lo que lo más natural era que consumaran su matrimonio.
Muerta de nervios, Meagan respondió con torpeza: "Tú... Tú eres Zayden Whitman".
Al escuchar esto, el hombre quiso estallar en carcajadas, aunque se controló para solo dejar escapar una risita.
Zayden Whitman...
Bueno, eso era lo que Meagan sabía, porque de hecho, ella no era la única que escondía un secreto.
Pero la verdad era que este hombre no era el verdadero Zayden Whitman, quien se suponía era el novio. De la misma manera, Meagan no era Winona Allison, la supuesta novia.
No obstante, desde el momento en que vio a Meagan, él supo que ella también era una sustituta. Aunque no sabía la razón exacta por la que Winona había sido reemplazada, podía suponer que una chica nacida en cuna de oro jamás querría casarse con un pobre campesino.
Pero todo eso ya no importaba ahora. El punto era que Meagan había reemplazado a la novia real y él al novio, así que estaban a la par.
"Zayden...".
Cuando escuchó que Meagan lo llamaba, el hombre volvió a sus sentidos, bajó la cabeza y se encontró con sus hermosos y brillantes ojos.
¡Se veía tan bella!
Mordiéndose el labio inferior, Meagan envolvió tímidamente los brazos alrededor de su cuello y murmuró: "Perdón... Es solo que estoy demasiado nerviosa... Ahora somos marido y mujer, pero puede que me cueste un poco de trabajo acostumbrarme a esto... Como sea, si quieres podemos empezar".
Mientras su nariz se llenaba de diminutas gotas de sudor, ella trató de comportarse con naturalidad pero terminó moviéndose torpemente.
Entretanto, el corazón de Zayden dio un vuelco. Al ver que la chica estaba a punto de besarlo en los labios, él tomó sorpresivamente sus manos y la apartó con suavidad.
Sin entender lo que sucedía, Meagan frunció ligeramente el ceño en confusión.
Él había hecho el primer movimiento para que tuvieran intimidad, ¿no? ¿Entonces por qué la había alejado de repente?
"No tenemos que apresurarnos. Estoy seguro de que estás agotada, deberías dormir un poco y descansar".
"Zayden, yo...".
"Necesitas algo de tiempo para acostumbrarte a esta nueva vida y yo no pienso obligarte si aún no estás lista. Mientras te preparas para tener un esposo, prometo no ponerte las cosas difíciles, ¿de acuerdo?", con eso, el hombre se tumbó a un lado de la cama y le dio la espalda a Meagan.
Mirando su piel desnuda, ella también se acostó en silencio, y cuando menos se dio cuenta, él ya estaba roncando.
Fue entonces cuando quiso aprovechar esta oportunidad para observarlo detenidamente.
Honestamente, era bastante guapo. Tenía un rostro anguloso, sus cejas eran elegantes y su brazo musculoso era un reflejo de lo bien tonificado que estaba su cuerpo.
Al pensar en esto, las mejillas de Meagan se sonrojaron y su corazón latió rápidamente, por lo que prefirió darse la vuelta para no despertar a Zayden.
Eventualmente fue sintiéndose adormilada, aunque su mente seguía llena de frustración por las burlas y comentarios que recibió de parte de Winona y su madre antes de casarse.
Ambas le dijeron que la familia Whitman tenía una buena relación con ellos desde hacía décadas, por lo que habían hecho un arreglo para unirse.
No obstante, después de irse a la quiebra, los Whitman se escondieron en un pequeño pueblo de montaña y perdieron toda su fortuna. De hecho, se decía que Zayden era una persona terrible y era conocido por ser un rufián, incluso que ya había sido arrestado en varias ocasiones.
En aquella conversación, Winona exclamó con arrogancia: "¿Un rufián? ¿Cómo pueden esperar que me case con un tipo así? Por otro lado, tú y ese tal Zayden seguramente son bien avenidos. Tu madre era una golfa, ¿no? ¡Hasta tu hermano es un bastardo! Por lo tanto, ve y cásate con ese hombre. ¡Los dos son tan repugnantes que se merecen el uno al otro!".
Desafortunadamente, la actitud de su padre no fue mejor, pues solo comentó con indiferencia: "Piénsalo bien, Meg. Cásate con Zayden en lugar de Winnie y te daré el dinero suficiente para curar a tu madre de su enfermedad".
Irritada, la madre de Winona también intervino, tocándose fuertemente las sienes con los dedos: "¿Por qué dudas tanto? ¡Una perra como tú jamás encontrará algo mejor! Incluso llevarás el apellido de la familia Allison. ¡No sé qué más quieres!".
De pronto, Meagan se despertó sobresaltada de su pesadilla, respirando frenéticamente y con la frente llena de sudor.
Entonces se dio cuenta de que ya estaba amaneciendo, y Zayden, quien se suponía que estaba durmiendo a su lado, había desaparecido.