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Capítulo 3
Estás muy delgada
Palabras:999    |    Actualizado en: 09/03/2023

Meagan se vistió y salió al patio, y tal y como esperaba, vio a Zayden allí haciendo algunos ejercicios matutinos.

Él llevaba el torso desnudo y levantaba unas mancuernas. Todos sus músculos eran muy tonificados y estéticamente hermosos. Su sudor brillaba al darle los rayos de sol que estaba saliendo. Con sus ojos sobre él, Meagan sintió como si estuviera mirando a un guerrero espartano.

Ligeramente ruborizada, lo saludó. "¿Te levantas así de temprano todas las mañanas?".

Mirándola, Zayden asintió con indiferencia y continuó con su entrenamiento.

Meagan comenzó entonces a mirar alrededor del patio. Este no era demasiado grande, pero estaba un poco desordenado. Había sacos de arena, guantes de boxeo, bates de béisbol y mancuernas por todos lados. Era como un gimnasio casero al aire libre. De repente, ella se puso un poco nerviosa al recordar el rumor de que él había sido encarcelado varias veces antes. Obviamente no se atrevió a preguntar si eso era cierto, pero teniendo en cuenta el físico de Zayden, era evidente que podía pelear con cualquiera.

Ese hombre le parecía muy misterioso, y no pudo evitar preguntarse qué tipo de persona era realmente, sin tener en consideración rumores sin fundamento.

Sin embargo, ella escuchó que la mayoría de los hombres en el área tenían un machismo naturalizado al punto de incluso golpear a sus esposas se había vuelto normal, especialmente cuando estaban borrachos, ella no se atrevió a arriesgarse.

Mordiéndose el labio, reunió valor y se acercó a Zayden. "Ehm... ¿Ya desayunaste?".

Después de unos segundos, Zayden respondió en un tono monótono: "No, todavía no. Puedes hacer algo para los dos".

"Está bien", soltó ella con un asentimiento, y corrió a la cocina.

De hecho, ella era buena cocinando, y estaba confiada de ello. No mucho después, terminó de cocinar un poco de gachas, huevos fritos y un plato de carne de res a la plancha especialmente para Zayden.

Cuando él entró a la casa, se sentó directamente en la mesa del comedor, y al levantar la cabeza, vio los ojos sonrientes de Meagan. Tomado por sorpresa, el corazón se le aceleró. Como si quisiera recompensarla por su arduo trabajo, agarró un trozo de carne y se lo sirvió a ella.

Las cejas de Megan se fruncieron, pues ella había preparado eso especialmente para él. De hecho, estuvo a punto de negarse. No obstante, él le dijo en voz baja: "Come un poco también. Necesitas más proteínas; estás muy delgada".

"Ah, de acuerdo...".

Frunciendo los labios, ella no quiso negarse más. Lo cierto era que tenía muchas cosas en mente que quería hablar con Zayden.

Primero, quería disculparse por lo sucedido la noche anterior. Y es que todos los hombres debían desear hacer el amor con su nueva esposa en la noche de bodas, pero ella reaccionó como si él la estuviese forzando, aunque sabía que no era así.

En segundo lugar, quería preguntarle sobre sus planes a futuro, pues ahora que eran pareja legalmente, deberían hablar sobre sus metas en conjunto.

Además, ella tampoco sabía cuál era el trabajo de él ni cómo los mantendría.

En otras palabras, tenían muchas cosas que necesitaban saber el uno del otro.

Sin embargo, Zayden mantuvo la cabeza gacha y solo se concentró en su desayuno. Cada vez que levantaba la mano para llevarse la cuchara a la boca, los callos en los nudillos eran bastante visibles. Lo más probable es debido a que golpeaba los sacos de arena con mucha frecuencia.

Cuando Meagan vio eso, se tragó sus palabras con miedo.

La primera comida después del día de su boda fue larga y silenciosa, lo cual hizo que Meagan se sintiera muy incómoda. No obstante, eso era algo de lo que no podía huir. Desde el momento en el que se casaron, ya no había vuelta atrás.

"Por cierto, ¿estás libre hoy?", consultó ella, finalmente rompiendo el incómodo silencio.

Como no esperaba tal interrogante, Zayden quedó un poco desconcertado. "¿Por qué? ¿Qué ocurre?".

"Nada, solo voy al centro a devolver mi vestido de novia a la tienda en la que lo alquilé", respondió ella con una sonrisa nerviosa.

El rostro de Zayden se congeló por un momento. A él no le había importado un carajo nada relacionado con la boda, así que ni siquiera sabía que el vestido de novia de Meagan había sido alquilado. Para la mayoría de las mujeres, casarse era el evento más importante de su vida, y querían atesorarlo y recordarlo, por lo que con gusto comprarían su vestido de novia para conservarlo. Al pensar en eso, los ojos de Zayden se entrecerraron ligeramente con una sensación extraña.

Al ver que él volvió a guardar silencio, Meagan se apresuró a explicar: "¡No te estoy pidiendo que me acompañes! Puedo ir sola y tú puedes ocuparte de tus cosas si tienes algo que hacer. No tienes que preocuparte por mí".

"De acuerdo", dijo él sin oponerse.

Cualquiera diría que solo parecían compañeros de habitación, pues todavía no había ni una pizca de intimidad entre ellos como para que los llamaran pareja.

Después de limpiar brevemente el vestido de novia, Meagan lo empacó. Entonces salió de la casa y tomó varios viajes en autobús antes de llegar a la tienda de vestidos de novia. Aunque había salido temprano en la mañana, era casi mediodía cuando por fin llegó.

Durante los preparativos de la boda, a excepción de lo que su padre prometió verbalmente, los Allison no la ayudaron en nada, de modo que ella tuvo que buscar sola en esa tienda hasta encontrar un vestido de novia que encajara con su estilo y tuviera un precio razonable. El lugar no era tan grande, pero el personal actuaba como si fuesen la tienda más exquisita de todas. Especialmente para alguien como Meagan, quien solo alquiló su vestido de novia, la menospreciaron.

Cuando recibieron el vestido, una empleada dijo con desdén: "Señora, ¿crees que vamos a poder alquilar esto de nuevo? ¡Mira lo sucio que está! ¿Recuerdas haber recibido esto en este estado?".

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1 Capítulo 1 Noche de bodas2 Capítulo 2 Reemplazo3 Capítulo 3 Estás muy delgada4 Capítulo 4 Arrodíllate frente a ella5 Capítulo 5 ¡Sigan indagando!6 Capítulo 6 El día que debía visitar a sus padres7 Capítulo 7 Regalo sorpresa8 Capítulo 8 Un buen empleo9 Capítulo 9 Lo prometido se había ido10 Capítulo 10 Tu esposa acaba de venir11 Capítulo 11 No me interesa en absoluto12 Capítulo 12 No en esa situación13 Capítulo 13 No te atrevas a faltarle el respeto a mi esposa14 Capítulo 14 Doctor y cupido15 Capítulo 15 Estoy aquí16 Capítulo 16 Esa es mi esposa17 Capítulo 17 La trampa de Juliana18 Capítulo 18 Yo te mantengo19 Capítulo 19 Restaurante lujoso20 Capítulo 20 Yo te daré de comer21 Capítulo 21 Lo mejor será que renuncies22 Capítulo 22 Inexplicable simpatía23 Capítulo 23 Bueno en la cama24 Capítulo 24 Toda una vida juntos25 Capítulo 25 Beso26 Capítulo 26 Frustración dolorosa27 Capítulo 27 Una rosa con espinas28 Capítulo 28 La luna y las estrellas29 Capítulo 29 Eres muy inteligente30 Capítulo 30 La ausencia del anillo de casada31 Capítulo 31 Mientras sea de mi esposo32 Capítulo 32 Cuál es el apellido de tu esposo33 Capítulo 33 Bofetadas34 Capítulo 34 Protegerlo35 Capítulo 35 Noche de bodas retrasada36 Capítulo 36 La cama es lo suficientemente grande37 Capítulo 37 No uses la violencia38 Capítulo 38 Tengo una receta secreta39 Capítulo 39 Sopa medicinal40 Capítulo 40 Ascenso41 Capítulo 41 Dime cuánto sabes sobre tu esposo42 Capítulo 42 Ni siquiera lo intentes con la familia Friedman43 Capítulo 43 Calentando su vientre44 Capítulo 44 Yo también seré responsable de ti45 Capítulo 45 Solo a Meagan46 Capítulo 46 El banquete de esa noche47 Capítulo 47 Señorita Meagan Allison48 Capítulo 48 Un trato inolvidable49 Capítulo 49 Piensas muy poco de mí50 Capítulo 50 Ya no es él mismo51 Capítulo 51 Una compañía obligada52 Capítulo 52 Es su jefa53 Capítulo 53 Tócame otra vez y te mataré54 Capítulo 54 Nada es más valioso que tu vida55 Capítulo 55 Situación hipotética56 Capítulo 56 Te quiero esta noche57 Capítulo 57 Actividades58 Capítulo 58 Fuera de la empresa59 Capítulo 59 Callejón sin salida60 Capítulo 60 No sabes con quién te casaste61 Capítulo 61 Tendrán que pasar sobre mí primero62 Capítulo 62 Quiero que estés conmigo para siempre63 Capítulo 63 El secreto de su madre64 Capítulo 64 Soborno65 Capítulo 65 Vivir como esposos66 Capítulo 66 El centro de atención67 Capítulo 67 Con esa misma mano68 Capítulo 68 Una foto con el señor Friedman69 Capítulo 69 El portero70 Capítulo 70 El señor Friedman es un hombre calvo y gordo71 Capítulo 71 Vigila a Zayden72 Capítulo 72 Podemos hacerlo esta noche73 Capítulo 73 El dilema de un esposo74 Capítulo 74 No tengas miedo75 Capítulo 75 Fusión corporativa76 Capítulo 76 Orgullosa de él77 Capítulo 77 Doctor cupido78 Capítulo 78 Zayden pierde la pelea79 Capítulo 79 Solo quiero que estés a salvo80 Capítulo 80 Su hermana81 Capítulo 81 Ayuda con el asunto en sus pantalones82 Capítulo 82 Todo el mundo tiene un pasado83 Capítulo 83 El té84 Capítulo 84 Una persona común85 Capítulo 85 Un hombre común86 Capítulo 86 Qué sabrías tú acerca de acciones87 Capítulo 87 Una fortuna desayunando con Meagan88 Capítulo 88 Cena benéfica89 Capítulo 89 Te sacaré90 Capítulo 90 Una cuñada simple y tonta91 Capítulo 91 El matrimonio no es válido92 Capítulo 92 Si tuvieran un hijo93 Capítulo 93 Solo los muertos pueden guardar un secreto94 Capítulo 94 La desgracia de Winona95 Capítulo 95 Amistad entre mujeres96 Capítulo 96 En la montaña97 Capítulo 97 Ambos tenían sentimientos mutuos98 Capítulo 98 Deberle la luna de miel99 Capítulo 99 Estarán separados algún día100 Capítulo 100 Ojos de pez