A CUESTAS CON MI MADRE
TULO
RMISOS CA
anida frasecita de inicio.-Una chica como tú no debería ir por esos mundos de dios s
estaba sola, pero se abstuvo de hacerlo, par
tutearte por favor, no eres tan mayor
ue te llamas Pablo…que bonit
la, que no sabía cómo evitarle, y a Antonio le entró una urgente risa, que a duras penas pudo contener. Ver a un heterosexual recalcitrante, bailar con una lesbiana de tomo y lomo, era algo digno de grabar en la mente, para no olvidarlo…Cuando se separaron, los dos tenían sus respectiv
ara a cara con una página de la historia, frente al anfiteatro de Mérida, que se le
arrio enorme, lleno de madres con niños, que es lo que hace falta. _”La Alfonsa” desbarraba, sin detenerse a pensar mi
de España al aire libre, es de la época romana un
an sus orgías y ritos en los que desangraban a sus víctimas para ofrecérselos a los demonios como ofren
s y dramas de poetas famosos griegos y romanos…-trata
mataban a los cristianos en el circo…esto era el
as…-Magdalena se llevaba las manos a la cabeza y suspiraba aterrada por la evidente carga de ignorancia que llevaban a sus
ra…para…¡ay!, no quería ni pensar que terribles cochinadas harían con su “Antoñito”, tan ingenuo e inocente él.
ó a decirle Magdalena indignada por perder parte del exiguo auditorio que la rodeaba en sus disquisició
sos” que hacen cosas malas…me vienen unas ganas de llorar. Hijas es que vosotras tend
te da nietos, esto lo hacen los niños para pincharnos ná más…¡ayyyyy! Estos críos que nos sacan canas, con tó lo que nos hemos s
rante de “La Amadora” y cotillear un poco, par al menos no perder el buen hábito. Que luego ya se sabe, se pierden las maneras y se deja de ser una maruja de primera por menos de nada. Pero “La Amadora”, ya estaba en otra “onda”, a la que le habían transportado un par de bollos e mantequilla que relucían como
con ruidos y mordisqueaba glotonamente sus bollos, uno tras otro, hasta meterlos dentro del buche.-que
ue heredaba de muchas generaciones de marujas de primer orden. El camarero, ya acostumbrado a ver escenas similares, no les prestó atención, ellos tenían en aquella ciudad, como tropecientas de aquellas co
xigido andar mucho…Cáceres era muy planita, por lo que al menos las cuestas no les supondrían un esfuerzo. A ver si con lo caros que salían los bollos en aquella cafetería, iban a devolverlo todo…como patizambas, c
rovechaba para sacar una revista “Dormid”, lista para atacar a sus comadres sin compasión. A fin de cuentas, no
quejaba “La Amadora”, sentándose despatarrada en un banco de piedra al lado de sus dos
eno será cuando no tengamos que sudar, ni nos duela anda, ni tengamos
s…-la respondió Magdalena que empezaba
nes y viviendo en una casa preciosa, con un río
tolón tolón…y ¿Qué comer
el demonio se te haya metido en el cuerpo…
e todo…como decía la famosa Wallis Simpson, “nunca se es
itos tién tus amigas Magdalena…
y de Inglaterra dejase el trono por ella…por amor a ella…mur
a señora-dice que dios hizo el mundo para aquellos y aquel
es decimos otro gallo les cantaría, no andarían por esos mundos de dios dando tumb
e ser túngida por culpa de ella y los otros tres, que son…ay c
e después de tantos años de túngida pa
e serlo cuando llegue el platillo volante para llevársenos a los justos, buenos y
al cielo, ¿para que un platillo volante? que los lleven los ángeles ¿no?-cada
hay dudas de ellos, se quedan en la tierra, y los malos, pal otro mund
chos para que sean
s de esas y en violar niños y matar a sus mujer
ara ti un marido ejemplar Marci
posa que sea fiel, sujeta al esposo, que vista decentemente, osea de largo hasta
ya decí
r, ni hijos que te lloren. Cásate ,que lo decía el apóstol
s tienen que obedecer a los padres, pero empiezo a comprender a m
y toma, lee esta “Dormid” que te vendrá de perillas y aprenderás a ser mujer. Mira en la página ciento tres habla de cómo preparar una comida para el marido que sea nutritiva…un cocido eso sí,
os domingos la pongo que a mi “Martinito” le encanta, si viene solo por la morcilla creo yo…que si por verme
e apareció a Henry Mordea en su cuarto el arcángel Tratael, y le dio las nuevas leyes para que estemos alerta y no nos devo
olerle. Las dos estaban pasándolo increíblemente bien, y habían permitido que la machacase “La Marciala” a fin de castigarla por ser tan finolis, y para divertirse un po
el mundo la odiaba?. Aquella rubia terrible que estaba liada con el marido de ”La Morqué”, una que actuaba en aquella serie que d
llegaron la susodicha famosilla, salía con una enorme bolsa de dulces de la pastelería. Con su larga melena rubia saltan
andar sensual de la famosilla-eso es a lo que me refiero, cuando digo que
nas, -la contradijo “La Amadora” a la que le empezaba a gus
binidosis esa y le van a salir cosas rarísimas,
es cosas terribles ¿eh mujer?, yo lo que sé es que si no s
ndola por otro camino, al temer que su comadre se est
que se lió con ella, que estaba casado con el médic
con quién se liará esa fulana en la
mbres para sacarles el dinero y luego, si te he
¡ay que mal repartido anda el mundo! Mira, mira, entra en ese portal allá que me voy,
miedo ser una de sus víctimas…-Se alarmaba Magdalena, que con gri
ragas estomagueras, a mí me da igual, que tengo que
as bragas estomagueras de color carne y talla setenta y dos en lo que ella llamaba cintura. A “La Amadora” le importó bien poco, porque
isqueaba el labio inferior tensa como cuerda de arco, y salía a esconderse tras un árbol, que apenas ocultaba su imponente humanidad. “La Morqué” recibía en ese momento a un hombre que ella no pudo ver bien, pero que le sirvió para decidirse a llamar por teléfono móvil al programa, que
o acudiendo a los periodistas y permitiéndoles sacarle fotos en todas las posturitas. Unos platós y tendría pasta gansa para olvidarse de las marujas arrugadas y las cutres famosillas de dos al cuarto, que al tres ni llegaban, y le pagaban miserias.