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A CUESTAS CON MI MADRE

Capítulo 6 EL VIAJE DE LAS COMADRES

Palabras:3894    |    Actualizado en: 10/11/2022

ITU

DE LAS

de nada!, ¡vamos lo que faltaba! Pero si unían sus fuerzas, domarían a aquellos rebeldes que tantos dolores de cabeza les habían dado y les daban. El autobús era de lujo, un autopulman con baño, televisión y dos pisos como esos de Londres…”¡ay hija! Que, ¡son de modernos en el extranjero!, no sé si servirá pa

alena, la madre de Martín, nada acostumbrada a viajar en medios tan comunes como un autobús, por muy ,moderno y cómodo que este

s niños nos tienen ya cogidas por las sobaqueras y…-le soltó la “Alfonsa” madre de Marl

consejos y a tratar de adaptarle a sus costumbres fueran las que fueran estas. Ya tenía experiencia con aquel tipo de señora y esta presentaba todos los síntomas de ser una de esas que no dan cuartel al compañero de viaje. Un amigo le había dicho, que se fijase en las manos de la señora en cuestión, si sus dedo

o le cantaría ¡ay! en fin…”-y Magdalena pensaba con asco en su cara, que no era otra cosa:” Mira que he ido a caer bajo, para tener que viajar con estas dos…y todo por culpa de este hijo, que no se atiene a razones…no podía casars

do consigo a una mercancía digna de ser considerada única en el mundo. Sus cuatro retoños mientras tanto, se desataban

ojos y pensó que ya era hora de empezar con su predicación a las tres comadres, no fuese a ser que se diesen al mundo mundanal y se perdiesen la casa, la vaca y el río…las revistas “Dorm

de actualidad que nos atañe a todas hijas…que sino vamos

tica predicora, se miraron atónitas y enarcaron las cejas resignadas, pues ya comenzaban a conocer

que a pesar de su ignorancia cultural, era considerado un maestro entre los túngidos en general…

llega ni a tiros…-dijo respondiendo sin poderse contener Magdalena a la que miró carbon

seis mil trescientos millones de personas malas, que hay e

rrible! Prefiero quedarme en este m

hubiera no seríamos túngido

as?...¡huy, muchas son para ser todas malas el cura dice…-se anim

es más malo que la tiña…y si no viene, los jefes túngidos hacen un nuevo enten

iona cualquiera…una bomba

…no tié gracia, porque no te pone Dios la casa, la vaca y el río…así sí que te la pone. Y además los hijos se sa

las palabras como en una telaraña- Mira que mi Marla que me dice que se ha liao con una tía…¡con una tía!, ¿Qué sabrá ella lo que es liarse?, me tiene mártir con es

mo despierta “La Amadora” y se incorpora a la co

¡ay!, ¿pa que habré criado yo a este hijo con tantos sacrificios?, porque yo no he tenido ayuda de nadie que lo sepas, M

digo yo, que cuando yo falte, ¿Quién le va a atender? Que yo estoy joven,-se remueve coqueta atusándose el pelo-pero eterna, lo

y se remueve como…como…mejor no decirlo….¡que escándalo!, -“pa esta tengo yo un “Dormid” que pa qué-…piensa “La Maerciala” rela

les dejaban solitos un fin de semana…¡un fin de semana enterito pa ellos solooooooos! Las cervezas corrían como el agua y las risas eran estentóreas de altas y claras que se escuchaban a varios metros fuera del local. La mesa dieciséis, era el centro de atención desde que se daban cita en ella los cuatro del apocalip

un día.-que libertad…es como renacer otra vez ¿verdad chicos?, hasta

e me endiñasteis en el bar de ambiente…je je –Antonio de habitual seco, se desmelenab

en abducido pos extraterrestres. ¡Mira el mojigato de los huevos!, ¿pues n

an reírse ellos también…a lo que Ana les respondió, que como no les dejasen en paz, les daba unas revistas “Dormid”, q

ados…pues les predicas…que quieres ligar, te sirve para criticar a los túngidos, vas y dices: “que gente est

id” no lo consigue ni tu madre…-l

go tiene que servirme los rollos intermi

nsuela es porque no qu

que estas d

no aguanto más, si te gusto pues a ello…y sino a la

a se medio levanta y dice entrecortadamente:

elgazara…digamos… ¿veinte kilitos? Esta

cha de las comadres…adelgazará esta tarde

nte kilos o más esta tarde? Todo sea

euritos un verde de estos que no a

euros me llevas a cenar…hummmmm que bieeeeeen

viernes tarde para disfrutar juntos del fin de semana, sin las rémoras

ilos en una tarde?, ¡ni que fueras la inventora del méto

se va a enterar ese machito refinadito, de lo

ndo te pones asíiiii…pero ¿a

hago ascos a un hombr

dré que tener ropa adecuada, que solo tengo para gordas…como estoy tan…en fin que nos vamos sol

ual ahora que estamos libres de madres dominantas encontram

Gran Vía, y miraron los escaparates como polillas pegadas a la luz de un farol. Marla, que tenía ahorraditos

, que bien me quedaría para sacarl

muslos y pensó que ni para uno de ellos le daría el

n de vértigo…si, e

uritos. Se los probó, ante el temor de la dependienta de que estallasen en sus pies, que por el co

olso, no, mejor dos, uno para cada vestidit

inero tan a la aligera, pero reconocía en su f

as dos, no me puedes ir con eso que llevas puesto…de hace

a los tacones de esos za

e me apolilla en el banco, de no gastarlo…anda mira za

ía en desastre, si intentaba embutirse en un vestido tan estrecho, que lo reventaría en el

gando las prendas que llevaba puestas en lo alto de la puerta y Ana comenzó a temblar, pero algo le distrajo y la desconcertó…Marla dejó en primer lugar la blusa…luego otra blusa, luego otra…y otra…y después aun otra…pero ¿cuantas blusas llevaba puestas esta mujer? Pero lo más extraño llegaba acto seguido. Marla d

do cómo se adelgaza veinte kilos…eres más delgada que la Ana

la cena y se va a dar una sorpresa de muerteeeee…cuando me vea de esta g

se va a mori

ngida de mal agüero…! Primero lo cato y luego ya vamos vien

le quedó como hecho expresamente para ella, y sali

Pa comértelos, has de enseñar, insinuar…¿me entiendes mujer

como…eso que sabes y yo soy una mojigat

que las mujeres esto lo llevamos dentro y sale a le men

ales de Swarosky, que costaban Seiscientos euros y se sinti

de pagarte la ropa y el calzado, el bolsito…es porque tenerte cerca para cotillear y sab

umas pequeñas azules y malvas en una especie de broche de cristales de Svaroski, sobre tela malva con cierre de dos zapatitos muy cucos que se abrazaban al cerrarlo, fue el elegido por Ana. Marla se fijó en uno

bolsos como estos son de un mon

leña, donde dentro de una hora, llegarían los chicos de hacer sus compr

es de Armani, les convirtieron en un par de dandis, y los complementos, tales como cinturones y camisas, les sentaron como anillo al dedo. Gastaron lo ahorrado y la tarjeta de Antonio se agotó en la última tienda, teniendo que

van a

o gustarl

uéeee’?, si

á hecha una vaca, como esas que le po

itos quedaría estupenda, porqu

ue alguien puede bajar veinte kilos

cidirás conmigo que lo

ieron cuenta, que dos tías, como dos trenes, estaban tomando algo de espaldas a ellos en la ba

is solas…?-les lanz

vuelta y le respondieron con s

ya no,

etamorfosis sufrida por Marla y Ana y con la

a

a ja

on un par de vueltas contoneándose como lobas en celo…a

o o no esos ve

luego estás

achote

…!-dijo pegándose

is elegantíiiisimos

rcar estilazoooo…-se pegó a Martín, que caballeroso la tomó por la cintura

ienen más sencillito

í unos cuantos túngidos me han propuesto ma

pueden…-hizo un gesto evidente con la mano derecha, apretando

rebujó entre compungida y divertida. Estaba tan elegante que er

échale una miradita y medio sonríele, veras como triunfas…antes de que regrese la Marciala, que te cortaría la garganta, ¡babilonia, más que

n, que casi babeaba, y le dirigió una media sonrisa, displicentemente…el hombre se

-le advirtió alarm

nes! que ya es hora de ma

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