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A CUESTAS CON MI MADRE

Capítulo 3 LOS NO CUMPLEAÑOS

Palabras:4049    |    Actualizado en: 03/11/2022

TULO

O CUM

tería “Londres”, tenían una vida, unas experiencias, y unos traumas, fuera de lo habitualmente común. Antonio llegó casi de la mano de Martín, y cuando los dos varones est

ué haces por aquí? Te hacía en

rcano que se ve a lo lejos…-señaló el flamante edificio de la edi

ambién mi hermana Merche…vengo de terminar de firmar los pap

joven, lo siento mucho de verdad, les

ado en la tele hace un par de días, en el que un camión volcó y produjo un accidente encadenado

el mundo no pudiese afectarle, ni en tan difíciles circunstancia

rees que de veras siente la muerte

, joven era, pero n

amente Marla y Ana, que como ninfas canta

menos a alguien le va bien hoy, a Martín le han dado una mala noticia y m

…y es una historia que cuando os

a y el río…-dejó caer con sarcasmo Marla, que recibió

ermana acababa de morir con diecis

una pena…le quedaba to

aban veinte años men

o entenderemos nada de

asta ahí todo normal, pero…cuando un día me dijo que su madre iba a cumplir años, le pregunté que cuantos, y me respondió que treinta y nueve…bueno todo bien, pero al año siguiente me dijo que cumplía los mismos y pensé que com

eses el Serlock Holmes ese…ja ja ja –rió Marla, tratando de

pregunté un día al decirme que su madre cumplí

on al unísono” trei

te y su rabia salía despedida como rayos contra mí…descubría más tarde que su hermana, la que ha muerto y qu

ede que se quiten años pero tanto

como los demás mortales. Acaba de morir la hermana que le sigue en edad y que le llevaba un año con diecisiete años, cuando era un año

o no es normal…-le suplicó a gritos Ana, que ya tenía

años cada año, eso sí que tiene bemoles…ja ja ja ja –se rió de buena gana de sus propias palabras Martín.- El ah

ue su hijo, le ha parido, ¿o también eso lo discuten? No le pudo

in discutírselo, solo para contaros luego lo que ocurre en esa peculiar familia. La hermana pequeña. Que tienen otra, tenía ocho a

a cualquiera. Marla tomaba la palabra para apoyar la historia de Martín, que cada día le gustaba más, y

pintor y un frustrado político, pero un gran tío como person

arla estaba a punto de soltar una historia semejante a la lucha de los dinosaurios con

rárselo chicos, y tener la edad de tu h

y el de café…Ana, Martín y él mismo, miraron a Antonio y Marla, como exigiendo sin decirlo, que relatasen sus historias, y es que a aquellas alt

dos quieren algo…ja ja ja

en esa cabecita loca…lo sé. Dinos porqu

eír, pasó a relatarles con una voz de ultratumba, como si de un cuento

be en qué currar, y se me presentó un trabajito, de esos que en otras ocasiones, me hubiera producido risa, hasta que me lo dijesen en broma. Pero hij

de miedo qu

desaprobación, que hacer hablar a Marla de alg

sin hacer una cosa. Ven que te digo, para que otro día no te olvides”. Yo me puse a pensar en qué sería la terrible falta y no acertaba ver qué era hasta que…me dice la muy sinsorga…que bajo la pata derecha del mueble bar hay una manchaaaaa, y con gesto histriónico y gritando c

ando que trabajaba para una loca, o para una e

sada la era de los dinosaurios, aquellos que se creían de mayor tamaño por

hiiiiii!!!!, me lleva allá y me pide que mire, que se ve mucho…, yo me agacho, miro por encima, por debajo, por el costado,…nada, que no veo ná de ná. Pero a pesar de tó paso el trapo

que sea tan histérica, ¿verdad?, -les dic

histerias o Ana y sus ingenuidades. Las risas comenzaron a salir de sus gargan

opia del anterior, Felisina y su mar

l menos yo, lo hubiese intentado…-aña

qué decir de su maridín, hija que mala lecheeeee, entre los dos, una con el ¡¡¡hiiiiii!!!y el otro c

das, cuatro sombras, cuanto atormentados por cuatro madres…pero aún quedaba por ver si Antonio, al que se volvieron los tres, que y

ieron los tontos y fingieron mirar a otro lado, como si aquello nada tuviera que ver con ellos.-no es como la de Ana y lo

a que estamo

que solo salen en la tele enseñándolo todo, y ante las que los hombres s

a…ya lo veo venir…-Marla en su l

a de exagerada heterosexualidad…pues eso, que sentía que me faltaba el aire y comencé a fijarme en chicos que me atraían y…-la cara de A

go asumido, la sociedad es muy hipócrita, pero a mí me

jer tan especial como era Herta. Me sabía mal

s?-le pregunta

amanerado tomaba una copa en la barra y al verme entrar, como si fuese , carne fresca, se me acercó…guapooooo, me dijo, ¿de dónde sales túuuu? Mirad chicas, uno nuevo,

l gay y el fino el hombretón…ja ja ja …-la

clara su posición.-y al rodearme tres tíos más me asusté y salí corriendo, no paré hasta la Gran

, sé que la primera vez que se entra en un bar de ambiente, se suf

imposible, diciéndole que yo era su niño, que merecería una mujer mejor, que no sabía cocinar, y eso que lo hacía de maravilla, de hecho me costaría encontrar algo que hiciera mal, para ser sincero. Pero nada ella erre que erre, a lo suyo, hasta que un día estalló la gorda. Mi mujer llegó a casa muy contenta, porque un cazatalentos le había captado en unos grandes almacenes, y le había hecho fotos para una revista. La había llevado a los estudios

ia de pescadores…-pronunció con sa

le sugirió con ironía Ana, que hacía causa común

miedoooooo. Dijo que la que se tenía que ir era ella, y Herta lo hizo, luego me enteré de que la m

es que tienen ojos hasta en la nuca hijo, que tía

s dej

s se cayeron y quedaron atrapadas entre la pared y el armario. Mi madre que rebusca como una comadreja en todos lados, las leyó y se puso

la casa, la ropa y la comida

, eso mismo dij

he sacrificado por ti…con lo que me he gastado en tu educación…que te merecías algo mejor

de vuelta a su casa. Parece que solo va para limpiar y vuelve a la carrer

alizan tanto que huyen a la carrera, y solo te dicen mal hijo y que has perdido a una madre. Lo ideal vam

él le echa a los perros, que me la conozco, ¡ay qué

haval, que lo sepas,

n la cabeza, como si no estuvieran allí. Estaban aterrados, Marla iba a s

ar a nuestras madres a la fiesta. Cuando estén juntas, se distraerán con sus típicos tópicos, y veremos de enviarlas a un

todos, ¡halaaaaaa! que se junte

on esa media sonrisa irónica, que se les pone a los conspiradores en la cara, c

tu madre la casa, la vaca, y el ríoooo…?-inquirió Marla de Ana, que enrojeció

es que

ado algo…no nos lo queremos perder…

ecieron ¡¡dos túngidos!! Feos como demonios, vestidos con trajes de cuadros de los años de la Tana…y uno muy gordo, que debe ser el que dice mi madre que le llaman el “gordo bandejas”, porque solo piensa en comer. Tenía un aspecto de obeso mórbido y el otro era una espiga escuchimizada, con cara de r

le dio unas palmaditas en la espalda Martín a

ner a ordeñar a las vacas detrás de las casas y al lado de los río

errible que te visiten los túngidos oye…-le trató de ayudar Antonio, para así

pera sorprender-me ha dicho mi madre que quiere que vay

nco, les daban el paseíllo, me lo decía mi abuelo, que de esto sabía mucho. “Salón del Cielo”…que pomposos…¡hiiiiii! me ponen de los nerviosss

sola no me atrevo, entre mi madre y los túngidos me ens

o…¡¡a ver si se atreven

ase nadie ¡extraño a sus ritos…Martín de traje de Hugo Boss, con un anillo de oro en cada mano, y perfumado, se acomodó en su coche Porsche, y salió en busca de Ana que le esperaría con su madre en el portal de su casa. Marla, perfumada con medio litro de colonia se vistió con un vestido negro largo y ceñido como una segunda piel y con unos taconazos de vértigo. Antonio, que no tenía trajes se embut

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