A CUESTAS CON MI MADRE
ITU
DE LAS
de nada!, ¡vamos lo que faltaba! Pero si unían sus fuerzas, domarían a aquellos rebeldes que tantos dolores de cabeza les habían dado y les daban. El autobús era de lujo, un autopulman con baño, televisión y dos pisos como esos de Londres…”¡ay hija! Que, ¡son de modernos en el extranjero!, no sé si servirá pa
alena, la madre de Martín, nada acostumbrada a viajar en medios tan comunes como un autobús, por muy ,moderno y cómodo que este
s niños nos tienen ya cogidas por las sobaqueras y…-le soltó la “Alfonsa” madre de Marl
consejos y a tratar de adaptarle a sus costumbres fueran las que fueran estas. Ya tenía experiencia con aquel tipo de señora y esta presentaba todos los síntomas de ser una de esas que no dan cuartel al compañero de viaje. Un amigo le había dicho, que se fijase en las manos de la señora en cuestión, si sus dedo
o le cantaría ¡ay! en fin…”-y Magdalena pensaba con asco en su cara, que no era otra cosa:” Mira que he ido a caer bajo, para tener que viajar con estas dos…y todo por culpa de este hijo, que no se atiene a razones…no podía casars
do consigo a una mercancía digna de ser considerada única en el mundo. Sus cuatro retoños mientras tanto, se desataban
ojos y pensó que ya era hora de empezar con su predicación a las tres comadres, no fuese a ser que se diesen al mundo mundanal y se perdiesen la casa, la vaca y el río…las revistas “Dorm
de actualidad que nos atañe a todas hijas…que sino vamos
tica predicora, se miraron atónitas y enarcaron las cejas resignadas, pues ya comenzaban a conocer
que a pesar de su ignorancia cultural, era considerado un maestro entre los túngidos en general…
llega ni a tiros…-dijo respondiendo sin poderse contener Magdalena a la que miró carbon
seis mil trescientos millones de personas malas, que hay e
rrible! Prefiero quedarme en este m
hubiera no seríamos túngido
as?...¡huy, muchas son para ser todas malas el cura dice…-se anim
es más malo que la tiña…y si no viene, los jefes túngidos hacen un nuevo enten
iona cualquiera…una bomba
…no tié gracia, porque no te pone Dios la casa, la vaca y el río…así sí que te la pone. Y además los hijos se sa
las palabras como en una telaraña- Mira que mi Marla que me dice que se ha liao con una tía…¡con una tía!, ¿Qué sabrá ella lo que es liarse?, me tiene mártir con es
mo despierta “La Amadora” y se incorpora a la co
¡ay!, ¿pa que habré criado yo a este hijo con tantos sacrificios?, porque yo no he tenido ayuda de nadie que lo sepas, M
digo yo, que cuando yo falte, ¿Quién le va a atender? Que yo estoy joven,-se remueve coqueta atusándose el pelo-pero eterna, lo
y se remueve como…como…mejor no decirlo….¡que escándalo!, -“pa esta tengo yo un “Dormid” que pa qué-…piensa “La Maerciala” rela
les dejaban solitos un fin de semana…¡un fin de semana enterito pa ellos solooooooos! Las cervezas corrían como el agua y las risas eran estentóreas de altas y claras que se escuchaban a varios metros fuera del local. La mesa dieciséis, era el centro de atención desde que se daban cita en ella los cuatro del apocalip
un día.-que libertad…es como renacer otra vez ¿verdad chicos?, hasta
e me endiñasteis en el bar de ambiente…je je –Antonio de habitual seco, se desmelenab
en abducido pos extraterrestres. ¡Mira el mojigato de los huevos!, ¿pues n
an reírse ellos también…a lo que Ana les respondió, que como no les dejasen en paz, les daba unas revistas “Dormid”, q
ados…pues les predicas…que quieres ligar, te sirve para criticar a los túngidos, vas y dices: “que gente est
id” no lo consigue ni tu madre…-l
go tiene que servirme los rollos intermi
nsuela es porque no qu
que estas d
no aguanto más, si te gusto pues a ello…y sino a la
a se medio levanta y dice entrecortadamente:
elgazara…digamos… ¿veinte kilitos? Esta
cha de las comadres…adelgazará esta tarde
nte kilos o más esta tarde? Todo sea
euritos un verde de estos que no a
euros me llevas a cenar…hummmmm que bieeeeeen
viernes tarde para disfrutar juntos del fin de semana, sin las rémoras
ilos en una tarde?, ¡ni que fueras la inventora del méto
se va a enterar ese machito refinadito, de lo
ndo te pones asíiiii…pero ¿a
hago ascos a un hombr
dré que tener ropa adecuada, que solo tengo para gordas…como estoy tan…en fin que nos vamos sol
ual ahora que estamos libres de madres dominantas encontram
Gran Vía, y miraron los escaparates como polillas pegadas a la luz de un farol. Marla, que tenía ahorraditos
, que bien me quedaría para sacarl
muslos y pensó que ni para uno de ellos le daría el
n de vértigo…si, e
uritos. Se los probó, ante el temor de la dependienta de que estallasen en sus pies, que por el co
olso, no, mejor dos, uno para cada vestidit
inero tan a la aligera, pero reconocía en su f
as dos, no me puedes ir con eso que llevas puesto…de hace
a los tacones de esos za
e me apolilla en el banco, de no gastarlo…anda mira za
ía en desastre, si intentaba embutirse en un vestido tan estrecho, que lo reventaría en el
gando las prendas que llevaba puestas en lo alto de la puerta y Ana comenzó a temblar, pero algo le distrajo y la desconcertó…Marla dejó en primer lugar la blusa…luego otra blusa, luego otra…y otra…y después aun otra…pero ¿cuantas blusas llevaba puestas esta mujer? Pero lo más extraño llegaba acto seguido. Marla d
do cómo se adelgaza veinte kilos…eres más delgada que la Ana
la cena y se va a dar una sorpresa de muerteeeee…cuando me vea de esta g
se va a mori
ngida de mal agüero…! Primero lo cato y luego ya vamos vien
le quedó como hecho expresamente para ella, y sali
Pa comértelos, has de enseñar, insinuar…¿me entiendes mujer
como…eso que sabes y yo soy una mojigat
que las mujeres esto lo llevamos dentro y sale a le men
ales de Swarosky, que costaban Seiscientos euros y se sinti
de pagarte la ropa y el calzado, el bolsito…es porque tenerte cerca para cotillear y sab
umas pequeñas azules y malvas en una especie de broche de cristales de Svaroski, sobre tela malva con cierre de dos zapatitos muy cucos que se abrazaban al cerrarlo, fue el elegido por Ana. Marla se fijó en uno
bolsos como estos son de un mon
leña, donde dentro de una hora, llegarían los chicos de hacer sus compr
es de Armani, les convirtieron en un par de dandis, y los complementos, tales como cinturones y camisas, les sentaron como anillo al dedo. Gastaron lo ahorrado y la tarjeta de Antonio se agotó en la última tienda, teniendo que
van a
o gustarl
uéeee’?, si
á hecha una vaca, como esas que le po
itos quedaría estupenda, porqu
ue alguien puede bajar veinte kilos
cidirás conmigo que lo
ieron cuenta, que dos tías, como dos trenes, estaban tomando algo de espaldas a ellos en la ba
is solas…?-les lanz
vuelta y le respondieron con s
ya no,
etamorfosis sufrida por Marla y Ana y con la
a
a ja
on un par de vueltas contoneándose como lobas en celo…a
o o no esos ve
luego estás
achote
…!-dijo pegándose
is elegantíiiisimos
rcar estilazoooo…-se pegó a Martín, que caballeroso la tomó por la cintura
ienen más sencillito
í unos cuantos túngidos me han propuesto ma
pueden…-hizo un gesto evidente con la mano derecha, apretando
rebujó entre compungida y divertida. Estaba tan elegante que er
échale una miradita y medio sonríele, veras como triunfas…antes de que regrese la Marciala, que te cortaría la garganta, ¡babilonia, más que
n, que casi babeaba, y le dirigió una media sonrisa, displicentemente…el hombre se
-le advirtió alarm
nes! que ya es hora de ma