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Los Demonios de Hades

Capítulo 2 Serás la que olvide por los dos

Palabras:2109    |    Actualizado en: 02/09/2022

ck: Say

dr

Dos año

algo de la lasaña que seguramente la señora Grant me había dejado en el microondas, mientras leía un poco probablemente. Luego con suerte ir a dormir e intentar conciliar el sueño, algo que la mayoría de las veces me

orma en como hablaba sola, en como mordía el bolígrafo, en su sonrisa o en la t

tí muchas veces durante el día que no existía nadie inofensivo, que la experiencia me indicaba

n cosas, casi siempre se iba de lengua, aunque para ella eso no parecía ser malo en lo absoluto por el contrario era bueno y en ocasiones sentía que si me ace

go colocarlo concienzudamente en el margen de una hoja. Ni siquiera me es

me apoyaba en el marco de la puerta, esperand

ensi

se su día y podía apostar que había sido realmente malo. Tenía el cabello enredado en la parte de a

la oreja, nerviosa, porque la avergonzaba ser vista allí. Porque para su jefe aquello era una especie de castigo. —¿Qué hora es? Creo

tración. —Podría hablar con él, si tú quisieras. Ni siquiera los becarios pasan tan

a. Puedo salvarme sola. —Dijo con suavidad y poca convicción. —Además me van a pagar

terraza. —Le aclaré y me devolvió una de esas sonrisas que parecían iluminar toda la habitación. —No hay dobles intenciones

la cabeza, al tiempo que se a

entras se preparaba y dejé que mis labios se curvaran de manera casi perezosa, inconsciente de que observaba cad

tensa hasta que ella carraspeo po

te un poco de frío.

, o quizás debería decir que lo que no me gusta

a vivir. —Le dije tomando el único abrigo que se encontraba

la observaba por el rabillo del ojo, porque intentaba adivinar si ella sentía como yo que entre nosotros había algo más. Lo había sentido por primera vez, fuerte y l

ique con la mano que debía salir y me

en la que quería tocar al resto de las mujeres en las que intentaba trazar cada curva con dolor. Junto a Rebecca sentía que de alguna manera dejaba de ser yo, para ser alguien más, alguien mejor, alguien que solo quería acunarla

omado diferentes decisiones. No podía estar completamente seguro de nada porque los recuerdos se iban volviendo borrosos. Como si la distancia física, precediera inevitablemente al olvido. D

rnisa, colocándose en puntas

oso que he visto en mi vida. ¿Cómo sabias que esto me gustaría? ¿Qué me haría sentir mejor después de

r de mirarla de perfil, con la boca ligeramente

e siento mal, cuando creo que no hay un solo rostro amigable o estoy muy nerviosa de alguna forma estás allí. ¿Eso es raro? Porque en realidad

ieta esperando

itas porque a veces necesito lo mismo, como ahora… Lo que quiero es bailar y puede que quieras lo mismo porque bailar es dejar de pensa

la cabeza. —No se bailar, n

eguro de ser un gran bailarín, pero creo que leí que la música es curativa, puede hacerte sentir m

. Definiéndose entre lo que su mente le decía que era una completa locura y lo que

mo si intentase buscarle una

Rebecca apoyo su mano sobre mi hombro, asustada por lo

. Tomé el móvil que se encontraba en mi otro bolsillo para buscar una canción y le subí un poco

earan ligeramente como lo había hecho en el tren, analizándome de una manera tan intensa que sentí que algo se incendiaba en mi int

ndo, para ser franco simplemente nos mov

el sobre la tela y le canté suavemente al oído, mientras sentía que temblaba ligeramente, se sentía tal como si una

audífono con mis labios rozando su piel. Me dejo acariciarla, casi sin tocarla. Sintiendo latir

yema de su pulgar trazando suaves círculos en el dorso de mi mano, hasta que la canción terminó de sonar. Aunque ninguno de los dos, dimos un solo

ue en aquel momento, en esa terraza, entendí que no podía ser su amigo. —Prométeme que nunca vas a dejar

ontra mi

ba de manera perezosa sobre nosotros. Entonces entendí que no podía prometerle nada sin salir herido. Que necesitaba algún tipo de garantía. Por lo que me acerqué a ella, Rebecca no se movió cuando me incliné con cuidado, moviendo mis movimientos hasta qu

pesar de saber muy en el fondo que nunca podría ser correspondido. Era un amor condenado,

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1 Capítulo 1 Prefacio 2 Capítulo 2 Serás la que olvide por los dos 3 Capítulo 3 Un juego sin reglas 4 Capítulo 4 Un juego sin reglas (Parte dos)5 Capítulo 5 La noche que decidí partir 6 Capítulo 6 No lo dejemos al azar 7 Capítulo 7 Andrew, ya no existe 8 Capítulo 8 Muy cerca del inframundo9 Capítulo 9 Tártaro 10 Capítulo 10 Las entrañas del Tártaro 11 Capítulo 11 Acorralados 12 Capítulo 12 Atrapada (Parte uno) 13 Capítulo 13 Atrapada (Parte dos) 14 Capítulo 14 Déjame Protegerte 15 Capítulo 15 Nunca fui el bueno 16 Capítulo 16 Hacia la boca del lobo 17 Capítulo 17 Caminos separados 18 Capítulo 18 Directo a la trampa 19 Capítulo 19 Furia Infernal20 Capítulo 20 El rapto de Perséfone 21 Capítulo 21 Hades y Perséfone 22 Capítulo 22 La Bestia 23 Capítulo 23 Vender el alma 24 Capítulo 24 Jugando con fuego 25 Capítulo 25 Saltan chispas 26 Capítulo 26 Todos los demonios están aquí (parte uno)27 Capítulo 27 Todos los demonios, están aquí (parte dos) 28 Capítulo 28 Incorrecto29 Capítulo 29 Adentrándose en la oscuridad30 Capítulo 30 El rescate 31 Capítulo 31 Sangre de mi sangre (Parte uno)32 Capítulo 32 Sangre de mi sangre (Parte dos) 33 Capítulo 33 Déjame jugar contigo 34 Capítulo 34 La Tradición 35 Capítulo 35 El lobo y el cordero 36 Capítulo 36 La simetría del dolor y el placer 37 Capítulo 37 Soy tu amo 38 Capítulo 38 La oscuridad que te rodea (Parte uno) 39 Capítulo 39 Bajo tu piel 40 Capítulo 40 La oscuridad que te rodea (parte dos) 41 Capítulo 41 Tentar a un pecador42 Capítulo 42 Castigo. Obediencia. Placer. ¿Amor 43 Capítulo 43 La última línea 44 Capítulo 44 Carne de Cañón 45 Capítulo 45 Bienvenido a casa...