Valeria
Soy Valeria Sandoval, doctora de profesión, en realidad soy estudiante de medicina y actualmente estoy realizando la residencia.
Mi cabello es oscuro y largo con algunos pequeños risos en las puntas, ojos color celeste, estatura promedió. En mi rostro se ocultan unas pequeñas pecas que se pueden percibir desde la cercanía, usualmente las oculto con maquillaje.
En este momento estoy charlando emocionada con mi amiga y cuñada, Paulina sobre los planes para mi luna de miel.
Nunca simpatice con las novias de mi hermano Rodrigo, las cuales cambiaban cada semana; sin embargo, cuando conocí a Paulina congeniamos de inmediato.
Además de cuñadas somos grandes amigas, ayude a Paulina con los preparativos de su boda y ahora es su turno.
Tiene el cabello oscuro ondulado, sus ojos son grises, su tez blanca yes unos centímetros más alta que yo.
A pesar de haber sido madre joven de dos hermosos niños de cinco; y un año y medio, posee una figura esbelta.
Así es soy tía y mis terremotos, como los apodo, son mi adoración, mis consentidos. En verdad amo a los niños, por eso estudié pediatría.
Pao no es la clase de mujer que dice lo que las personas desean escuchar más bien es directa y honesta.
Sobre todo con las personas que le importan como es mi caso, siempre me dice la verdad sin importarle si me molesto.
-¿Vale estás completamente segura? No tienes una idea como será tu vida después de atarte a Andrés.
¡Atarme! Es la segunda persona que menciona esa frase.
Mi personalidad es libre e independiente, por eso para mis amigas es raro que quiera casarme con Andrés.
En algún momento tenía que ocurrir, él lleva un año pidiéndome matrimonio y finalmente acepte.
Reí - será como es ahora, no cambiará nada cuñada.
- Primero viene la boda, después el marido, luego los hijos. Te recuerdo que tu carrera es muy demandante.
- Lo sé, no será fácil, pero estoy segura de que mi amorcito me ayudara en todo
Paulina se controla para no reír a carcajadas - no sé si Andrés sea el hombre para ti
- nos queremos ¿por qué no te agrada?
-conoces su fama-Pau rodea los ojos
- eso era antes él ha cambiado, ya no es el mujeriego que solía ser.
- Los hombres no cambian
Andrés y yo somos novios desde los dieciséis años, sin embargo, al cumplir dieciocho años me marché a estudiar medicina fuera del país.
Por ello decidimos terminar y luego regresaríamos si ambos lo deseábamos.
No es un secreto para nadie que durante esos cinco años, Andrés, se convirtió en un hombre mujeriego quien jugaba con las mujeres y solo las usaba para tener sexo, incluso salió con mi hermanastra Florencia.
Entendí que en ese momento no estábamos juntos yo también salí con otros hombres, sin embargo, no fue nada serio nunca tuve relaciones con otro hombre que no sea Andrés quien es el amor de su vida.
Es algo que no puedo hacer tener sexo sí no hay amor de por medio.
Mi primera vez fue con Andrés al cumplir los dieciocho, él fue muy paciente conmigo, me espero dos largos años para que me entregara a él.
Cuando estuvimos juntos fue muy romántico y dulce, esa noche comprobé que lo amaba.
Regrese de Estados Unidos y Andrés decidió intentar reconquistarme no se lo hice fácil estuvo varios meses detrás de mí, me lleno de obsequios y le hice prometer que sentaría cabeza al igual que mi padrino quien es su padre.
Siempre nos hemos querido desde que somos niños incluso él me celaba cuando éramos solo amigos.